FECHA: 15 DE DE FEBRERO DE 2023
LUGAR: SALA APOLO (BARCELONA)
PROMOTOR: LIVE NATION

La de Palaye Royale era una de esas giras pendientes que teníamos pendientes de la era pre-pandémica. Tanto tiempo ha pasado que si entonces tenían que presentarnos su disco The Bastards, ahora lo hacían con uno nuevo, Fever Dream, publicado en octubre del año pasado, y en una sala mucho mayor, habiendo pasado de Razzmatazz 3 a la grande de Apolo. Y aunque no se llenó, algo más de 700 personas disfrutaron de esta primera visita de los hermanos Kropp a Barcelona. Por desgracia, la fecha de Madrid se cayó del itinerario.

No llegué a tiempo para cazar a Starbenders, pero sí a los británicos Yonaka, a quienes ya había visto en abriendo para Bring Me The Horizon en Londres en 2018. Si entonces parecía moverse en unas coordenadas parecidas a Paramore, ahora el cuarteto liderado por Theresa Jarvis se presentaba como una versión más estilizada y pop de ellos mismos reflejo de esa «nueva era» que iniciaban en 2021 con el álbum Seize The Power. No es extraño que la mitad de su set estuviera dedicado a él con temas como ‘Ordinary’, ‘Greedy’ o ‘Call Me A Saint’, sin que faltara tampoco su single ‘Panic’ del año pasado.

Foto Yonaka: Nadia Natario

Pese a no ser demasiado conocidos por aquí, el público reaccionó con gritos de entusiasmo cada vez que alguno de los músicos lo requería. Arropada por los guaperas George Edwards a la guitarra y Alex Crosby al bajo -ambos podrían ganarse la vida como modelos-, Theresa dominó con pulso firme el escenario, pero aunque la banda sonó bien, y sus canciones son resultonas, tampoco ofrecen nada especial o único. Su directo fue formalmente impecable, pero no marcó la diferencia.

Todo lo contrario ocurrió con Palaye Royale. Si en sus discos caen en el error de tantas otras bandas coetáneas por adaptar su sonido a una producción más pop que les haga encajar bien en la radio, sobre el escenario sorprendieron con uno más potente y vibrante. Bien es sabido el amor que tienen los hermanos por las bandas de rock clásico, y en directo todas esas influencias (Bowie, New York Dolls, Queen…) salieron a relucir mucho más.

Foto Palaye Royale: Nadia Natario

Contando con el guitarrista Andrew Martins y un bajista cuyo nombre no identifiqué (por algún motivo en esta gira no estaba Jennie Vee) como músicos extra, la formación arrancó con ‘Nightmares’ de The Bastards y su riff fue suficiente para que toda la pista empezara a botar. De inmediato quedó claro que Remington Leith, con falda escocesa y corbata y americana de uniforme escolar, iba a ser el centro de todas las miradas, mientras que a su derecha Sebastian Danzig tenía un papel mucho más sobrio y Emerson Barrett estaría totalmente centrado en pegarle fuerte a las baquetas sin buscar más protagonismo.

La popera ‘No Love In LA’ sonó con mucha más fuerza que en disco y ‘You’ll Be Fine’ fue la primera de varias (‘Mr. Doctor Man’, ‘Off With The Head’…) en las que recordaron bastante a My Chemical Romance con ese punto entre punk y grandilocuente. Remington no paraba de moverse de un lado a otro, y cantaba con verdadera pasión incluso las partes más melódicas de temas como ‘Fucking With My Head’ o ‘Paranoid’. La balada ‘Broken’, fue uno de los momentos álgidos, aunque el intento de que el público cantara al final la versión en español, ‘Destrozado Y Roto’, no acabó de funcionar.

Foto Palaye Royale: Nadia Natario

Haciendo gala de su sentido del espectáculo, y pese a tratarse de un concierto en sala, en varios momentos se encendieron varias columnas de chispas, y emulando a Rammstein, sacaron una balsa hinchable para que el cantante llegara hasta la mesa de sonido y volviera al escenario por encima de las cabezas de los fans. En el bis, en el que interpretaron ‘Lonely’ y ‘Fever Dream’, hasta hubo lluvia de confeti. Está claro que en la cabeza de los hermanos, Palaye Royale es una banda de arena rock, aunque por ahora, les toque seguir picando piedra.

Viendo la media de edad del público es posible que para muchos de los asistentes este fuera uno de sus primeros conciertos. Viendo lo bien que lo pasaron y la entrega de la banda, seguro que no será el último.

JORDI MEYA