En esto de la cultura, especialmente en la música, se ha normalizado el consumo de drogas e incluso se han romantizado ciertas adicciones. Esto no es nuevo, podemos remontarnos a las grandes figuras del jazz de los años 30. El caso es que muchos de nuestros músicos favoritos caminaron por el filo de la navaja y algunos, demasiados, acabaron fatal. ¿Os suena la trágica lista del club de los 27? Alguno pensará que la música le debe bastante a las drogas, pero ¿y cuántos discos nos hemos perdido por su culpa?
Esto viene a cuento porque el nuevo disco de la genial Alicia Bognanno, más conocida como Bully, arranca con una feliz confesión: ‘All I Do’. Lleva tres años sobria, apartada del alcohol, una falsa muleta que se hizo demasiado necesaria para subirse a un escenario, como ha comentado en algunas entrevistas. Ahora eso se acabó, repite con una energía contagiosa en esta canción.
Lucky For You, que se nutre principalmente de experiencias personales de una artista que se presta a salir por primera vez en la portada, aunque sea ocultando tímidamente medio rostro, recoge también otros temas como los estereotipos de género en ‘Hard To Love’ y el dolor por la pérdida de seres queridos en ‘Days move slow’ -inspirada en la muerte de su perrita Mezzi- y ‘Lose You’, uno de los momentos destacados del disco por la participación de Sophie Allison de Soccer Mommy.
Producido mano a mano entre J.T. Daly y Bognanno, Bully nos entrega un disco musicalmente rotundo desde la vulnerabilidad y la sinceridad, a todas luces su trabajo más completo hasta la fecha. Los 32 minutos de duración de este álbum no podían estar mejor aprovechados; contiene melodías vocales invencibles preparadas para asaltar todas las radios de su país, unos guitarrazos crepitantes marca de la casa, capas de puro indie shoegazer (sublimes ‘Change Your Mind’ y ‘A Love Profound’, en la onda Alvvays y The Beths) y algún fogonazo de rabioso punk.
Mención especial merecen el estribillo envolvente de ‘How Will I Know’ -esa línea de bajo es un claro homenaje al ‘Gigantic’ de los Pixies– y la desafiante ‘All This Noise’’ que no podría existir sin el maravilloso legado de las hermanas Deal y los primeros discos de The Breeders. Referentes noventeros y sonido actual para un disco honesto que merece la mejor de las suertes.
LUIS BENAVIDES
