Thy Art Is Murder es una de las bandas veteranas en esto del deathcore, con una trayectoria de las más consistentes de su generación. Human Target, su anterior trabajo de 2019, fue un bofetón en toda la cara aplastante, dejándonos las neuronas fritas.
Los australianos se consolidaron en el trono del género combinado con unos Carnifex un peldaño por debajo, unos Suicide Silence despistados y Whitechapel cerrando un ciclo. Pero entre entonces y ahora ha eclosionado el fenómeno Lorna Shore con un nivel de popularidad sorprendente para una banda de estas características, entregando un Pain Remains de una calidad indiscutible que ha “despertado” a las bandas con más trayectoria y sacarlas del piloto automático del que siempre se les ha acusado.
Godlike intenta ser la reacción a esta nueva situación. Y se queda un poco a medias. No es un mal disco, incluso tiene destellos y detalles experimentales para un combo como los australianos que apuntan más allá de las oleadas de breakdowns de siempre. Sin embargo, una mezcla y producción algo saturadas no le favorece.
La banda y Will Putney han buscado un sonido contundente, a la par que oscuro, en el que en ocasiones los riffs de guitarra ocultan detalles y arreglos muy cuidados; como algunos tremolos que se hacen imperceptibles por tanto abarrotamiento. Si a eso le sumas la inevitable sensación de reiteración de trucos y breakdowns, cuesta no darse un descanso a la hora de afrontar los 40 minutos que dura este Godlike.
Los temas iniciales se antojan orientados a un público más amplio. Ahí están ‘Destroyer Of Dreams’, ‘Blood Throne’, con momentos en los que recuerdan a los Slipknot más cafres, ‘Join Me In Armaggeddon’, pensada para que la arena se vuelva loca botando, o ‘Keres’, con un breakdown sincopado que será carne de festival. Todo ello sin abandonar la esencia de la banda. La épica y dramática ‘Everything Unwanted’, con una parte final casi sinfónica es también uno de los mejores cortes del disco.
La segunda cara del disco esconde la parte más explorativa del disco, con algunos signos de acercamiento al blackened death metal de los Behemoth más tralleros como en ‘Anathema’ y la industrial y atmosférica ‘Bermuda’ que cierra el álbum.
Mientras acabo esta reseña, la banda ha hecho público que ha expulsado a su vocalista, Chris McMahon y regrabado todas las partes vocales. ¿El motivo? Unas declaraciones tránsfobas que realizó en un podcast de ultraderecha este verano. Según la banda fue “la gota que colmó el vaso”, ya que, por lo visto, también quería cambiar la dirección musical de la banda… En definitiva, un lío. Desde aquí, solo puedo que apoyar su decisión, aunque seguro que el asunto va a traer.
En cualquier caso, con Godlike el trono de Thy Art Is Murder está a salvo (de momento) a la espera de los meses con nubarrones, declaraciones y contradeclaraciones que se avecinan.
JOAN CALDERON
