FECHA: 4 DE OCTUBRE DE 2023
LUGAR: PALAU SANT JORDI (BARCELONA)
PROMOTOR: LIVE NATION

¿Qué ha ocurrido exactamente para que desde su última visita en 2012 Blink-182 hayan pasado de tocar en el Sant Jordi Club al Palau Sant Jordi, multiplicando por cuatro su público? ¿Es realmente el regreso de Tom DeLonge, después de siete años, un factor tan decisivo? De ser así, en 2012, Tom ya había vuelto al grupo por primera vez y no se armó tanto revuelo. ¿Será por qué Travis Barker ya es una celebrity en toda regla tras casarse con una Kardashian? ¿Han tenido un hit viral en TikTok y no me he enterado?

La única explicación que se me ocurre, y más viendo cómo ha subido la mediana de edad de su público, es que la nostalgia se ha impuesto como el elemento más importante a la hora de vender entradas. Blink-182 se han convertido definitivamente en una legacy band: su carrera ya no depende de lo buenos o malos que vayan a ser sus futuros discos, sino de la huella que dejaron los que hicieron hace más de 20 años.

Foto: Alex Belza

El trío californiano es bien consciente de ello, y en esta gira de ‘reunión’ han sabido jugar esa baza a la perfección con un espectáculo diseñado para activar constantemente los resortes de la memoria emocional. El escenario, un pequeño cuadrado rodeado por los fans, intenta emular la cercanía y el ambiente que te podrías encontrar en un club punk. Pero claro, estamos en 2023, y para estar en esa pista delantera, el público ha tenido que pagar una entrada más cara que el que se sitúa detrás de una valla, bastantes metros más atrás. Vergonzoso. Por otra parte, los visuales de las pantallas recuperan gráficos y elementos de su pasado, actualizados con trucos de un show de estadio (petardos, rayos láser, llamaradas…) que hacen que todo sea todavía más entretenido.

Esta disposición, y el no contar con ningún artificio extra, no jugó a favor de los también californianos The Story So Far, a quienes unos días antes había podido en la sala Copérnico de Madrid. Si allí, los pogos y el crowdsurfing fueron constantes, aquí no lograron romper en ningún momento la cuarta pared con temas como ‘Nerve’, ‘Big Blind’ o una versión de ‘Penguins & Polarbears’ de Millencolin. Aunque cabe decir, que el sexteto, y en especial Parker Cannon, su cantante, tampoco es que se esforzaran mucho.

Volviendo a Blink, su setlist parece divido en tres partes. En la primera, domina el punk rock melódico con un ‘Anthem Part Two’, ‘The Rock Show, ‘Family Reunion’, ‘Man Overboard’, ‘Dysentery Gary’ o ‘Dumpweed’, complementada con uno de sus mayores hits, ‘Feeling This’, y la nueva ‘Edging’ del inminente One More Time, que me sorprendió lo bien recibida que fue. Por desgracia, el atronador sonido de batería y un exceso de graves, hizo que las melodías vocales no brillaran tanto como debían, y la guitarra de Tom, a menudo, fuera ininteligible.

Foto: Alez Belza

En segunda parte que se inicia tras dos versiones seguidas de ‘Happy Holidays, You Bastard’, una rápida y otra ultra rápida, con la batería de Travis elevada en una plataforma, Blink nos muestran su cara más emo y madura. Es ahí donde caen temas como ‘Stay Together For The Kids’, ‘Always’, ‘Down’, ‘Bored To Death’ (la única de la etapa de Matt Skiba), ‘Miss You’ y ‘Adam’s Song’, y donde se ve a a la banda más cómoda, quizá porque estos tipos de mediana edad (Mark Hoppus tiene 51 años, y DeLonge y Barker, 47) no tienen que fingir ser teenagers gamberretes. Y luego llega la traca final con ‘What’s My Age Again?’, ‘First Date’, ‘All The Small Things’ y ‘Dammit’, cuatro temazos como cuatro soles, infalibles para desatar la euforia.

Distó de ser un concierto perfecto, sobre todo por el sonido, pero un repertorio bien equilibrado y simplemente la presencia de ellos tres, como si fueran avatares de ellos mismos (Tom con la gorra para atrás, Travis tocando como un loco sin camiseta, y Tom con esa cara de buenazo) fueron suficientes para que la balanza se decantara a su favor. Y es curioso, pero a medida que han ido pasando los días, mi recuerdo del concierto es mejor que cuando lo estaba viviendo. Supongo que en eso consiste la nostalgia.

JORDI MEYA