Tras más de una década viviendo en la carretera, cuesta imaginar que un grupo tenga el valor de poner el cuentakilómetros a cero. Pero para The Boo Devils su tercer álbum es el punto de partida para un nuevo comienzo. En It’s Only The End los madrileños se despojan de las raíces rockabilly para abrazar el rock en toda su magnitud.

Al entrar en el local de ensayo que The Boo Devils tienen en la mítica Gruta 77 de Madrid, lo primero que llama la atención es la cantidad  de carteles de conciertos que adornan sus paredes. Es casi un museo con el que podrías recorrer buena parte de sus más de diez años de historia. Basta echar un vistazo para apreciar la trayectoria de una formación que ha recorrido toda la geografía de nuestra país en más de una ocasión compartiendo tablas con compañeros de clase como Dead Bronco o hasta estrellas internacionales de la talla de Imelda May.

Sin embargo, el ensayo al que asisto esta tarde-noche de mediados de enero es el de una banda totalmente renovada. De la alineación que editó en 2019 su último trabajo, el EP Devil-o-matic, solo permanece el vocalista Al Navarro. Junto a él se encuentran Mike Esteve a los teclados, Félix Ruiz-Medrano tras la batería, el bajista Paco Rouco y Álvaro Escribano a la seis cuerdas. Es este último quien empuña el que sin duda es el objeto más valioso a nivel sentimental de toda la habitación; La Gretsch de Joe Gabardo, miembro fundador del grupo fallecido a comienzos del pasado año.

Semejante golpe cayó en el seno de The Boo Devils tras lo que ellos mismos definen como “una travesía por el infierno”. Y es que para llegar hasta su nuevo plástico It’s Only The End, Joe y Al decidieron reconstruir el grupo desde los cimientos. Cansados de repetir la fórmula rockabilly que les había convertido en uno de los nombres más reconocidos del circuito dentro de nuestro país, optaron por romper con todo e ir en busca de un nuevo sonido libre de cualquier tipo de ataduras. Adiós al contrabajo y los tupés. Hola a los teclados y al eyeliner color negro gótico. No menos complicado fue armar una nueva alineación con la que poder volver a salir a patearse todos los escenarios que se pusieran a tiro. Pero tras un par de años encerrados en el local, a finales de 2022 estaban listos para salir del garaje.

Sin embargo, el destino les tenía guardada la peor de las cartas. Como decíamos, el 5 de febrero de 2023 un cáncer se llevaba a Joe. Lejos de dejar el proyecto en el limbo, reclutaron a Álvaro Escribano no solo como nuevo hacha, sino como productor con el que grabar en sus estudios La Chulona las nuevas canciones que tanto tiempo llevaban cocinando. Una colección de temas que supone la culminación de una evolución valiente que muy pocos habrían visto venir, pero también un homenaje indirecto a su compañero y hermano.

Una vez finalizado el ensayo, encaminamos el camino hacia un bar cercano para una entrevista que se acabó yendo de tiempo mucho más de lo planeado. Y es que no era precisamente poco lo que había que tratar. Inevitablemente, el recuerdo a su añorado guitarrista estuvo presente durante toda la conversación. Como reza en la portada de su flamente vinilo: 4EVERJOEINRNRVERITAS. Va por usted.

Para entender hacia dónde va uno, primero hay que saber de dónde viene. En vuestro caso, en 2019 publicasteis el EP Devil-o-matic. ¿Que significó dentro de la carrera de la banda?
AL NAVARRO “Con Devil-o-matic no hubo una concepción clara desde el principio, como sí la tuvo The Noble Art Of Rock N’ Roll, que fue nuestro trabajo más importante. Para nosotros, aquel EP fue de alguna manera un hijo de ese álbum. Fue una continuación porque nos pilló en un momento que estábamos haciendo cambios dentro del grupo y, al mismo tiempo, muy enfocados en estar todo el rato en la carretera. Le dimos mucha caña a The Noble Art Of Rock N’ Roll y pensamos que también había que grabar algo. Como ahí ya empezamos a fraguar la idea de hacía dónde debía encaminarse la banda a partir de entonces, y no se podía hacer en ese momento porque era un cambio muy grande estando inmersos en la gira, nos dejamos llevar por lo fácil. Hicimos las canciones que nos salieron en aquel instante. De ahí salió un EP de cuatro canciones de las cuales tres fueron originales y una versión adaptada de ‘De L’amour’ de Johnny Hallyday que titulamos ‘Por Amor’. Si te fijas, son temas que podrían haber estado perfectamente en el anterior disco. Era muy continuista”.

Foto: Jaime Guerrero y Jaime Campiña

«Decidimos hacer con nuestra banda lo que nos saliera de los cojones. Sería la mayor decepción no hacernos caso a nosotros mismos» AL NAVARRO

Por lo que cuentas, la intención de dar un giro completo ya estaba presente desde hace bastante tiempo.
AL “Joe y yo siempre marcamos hacia donde debíamos ir creativamente, ya que al final eramos quienes componían. Lo curioso de todo esto es que, siendo personas muy diferentes, el roce hizo que hubiera una simbiosis entre los dos. Todavía hoy me pregunto porque, pero a raíz de ello se empezó a gestar la génesis de que The Boo Devils debían cambiar. No te diría que estábamos cansados, pero sí un poco aburridos de dónde nos encontrábamos. Todo iba demasiado rodado. Los directos funcionaban de puta madre, había entrado un batería nuevo… Todo era maravilloso y perfecto. En ningún caso se percibía desde fuera como algo mecánico porque había mucha energía. Pero cada noche poníamos el piloto automático y vomitábamos lo de siempre. Y ahí pensamos en que tenía que pasar algo. Nos podíamos quedar dónde habíamos llegado, hasta ese techo de cristal a nivel creativo, para bien y para mal. Preparar ese cambio que queríamos suponía algo muy grande en aquel momento para la tralla que llevábamos. Así que tiramos por algo que nos pareció guay pero sencillo. Para nosotros la manera de innovar fue grabar la cover de ‘Por Amor’. Nunca habíamos hecho una versión de nadie y menos adaptarla al castellano. Siempre hemos cantado en inglés. Y el resto fueron fáciles, pero al mismo tiempo nos costó porque no estábamos en modo grabación, sino en dejarnos llevar por la inercia”.

 En aquel trabajo ya hubo un baile de componentes. ¿Fue después cuando se produjo la desbandada hasta quedaros solos Joe y tú?
AL “Ahí fue cuando llegó la pandemia y paramos. Como básicamente nos estábamos nutriendo de girar, en el momento que todo se detuvo no había banda porque no estábamos haciendo nada. Tampoco dábamos los pasos adecuados para realmente empezar a ser todos participes de la nueva dirección. A Fabio, el último batería que entró, le surgió la oportunidad de irse con con Desvariados. Precisamente él quería encaminarse hacia eso mismo: un rock en castellano. Nos jodió, pero lo entendimos porque estábamos en pleno proceso de cambio y no sabíamos decirle a la gente por donde queríamos llevar la historia. Aprovechamos el impass de la pandemia y hablamos con Manuelle, el contrabajista, y Angel, el otro guitarra, y les dijimos: “chicos, esto va a cambiar y no sabemos hacia dónde, pero sí podemos deciros a dónde no va a ir”. Evidentemente no iba a ser continuista, aunque nosotros nunca nos hemos definido como una banda de rockabilly”.

Precisamente, ¿no teníais miedo de que el público que os habíais ganado durante todos estos años os pudiera dar la espalda? Precisamente, el fan pureta del rockabilly suele ser muy fiel pero también bastante cerrado. Igual que pasa en el hardcore o el metal, a veces te encuentras con gente que no se sale de esos parámetros ni un milímetro.
AL “A nosotros se nos ha percibido como un grupo de rockabilly en algún momento, pero en las giras cada vez venían menos rockers a vernos. Hay mucho rocker ortodoxo y nunca encajamos con ellos porque éramos una banda demasiado heterodoxa para ser rockabilly. Piensa que estábamos fusionando el rockabilly con rock n roll, un poquito de punk, algo de surf… Había mucha variedad”.
ÁLVARO ESCRIBANO “Ocurre que hay muchos grupos que hacen eso mismo pero con esquinas. Son bandas de rockabilly pero al mismo tiempo tienen una canción de cada estilo: una de rock and roll, otra de country, otra de surf… En cambio The Boo Devils te lo metían todo en una coctelera. De repente dentro en un tema country te podían colar una guitarra con un fuzz de la leche. Y eso a mucha gente le molaba, pero como decía Al, había un sector del público más ortodoxo que quería escuchar eso compartimentado. Y ellos eran una línea difusa todo el tiempo”.
AL “Al rocker le fuimos perdiendo, pero sin embargo las salas se empezaban a llenar cada vez más de un público azkenero que le podía gustar desde Social Distortion a The Cramps pasando por The Cult. Y eso era The Boo Devils en aquel momento, pero decidimos abrazar todo aquello que realmente nos apetecía hacer. Dio la casualidad que teniendo Joe unas influencias bastante diferentes a las mías, con los años nos fueron gustando las mismas cosas. Empezaron a sonar nombres como Depeche Mode, The Who, Led Zeppelin, AC/DC… Un montón de influencias. Fue cuando empezamos a ver el camino a seguir. Y ahí hubo miembros que no cabían en el nuevo sonido. Por ejemplo, a Manuelle le dijimos que tenía que tocar el bajo porque ya no íbamos a llevar un contrabajo. Tampoco sabíamos si mantendríamos dos guitarras, pero desde luego teníamos muy seguro que habría un teclado. Nos quedamos Joe y yo solos, pero empezamos a ver las cosas más claras. Nos tiramos durante meses en el local con dos guitarras acústicas. Cuando se relajó la pandemia, decidimos hacer una despedida del Antiguo Testamento de The Boo Devils. Reunimos a la banda otra vez e hicimos esas fechas que se habían quedado colgando. Fue una despedida, pero no del grupo, sino de una época. De hecho, en el último concierto ya estaba Mike con nosotros y presentamos algunas canciones nuevas. Fue el 21 de noviembre de 2021. No nos hemos vuelto a subir a un escenario desde entonces. A partir de ahí decidimos volcarnos en seguir trabajando los nuevos temas. Dedicábamos únicamente los ensayos a la composición, cosa que nunca antes habíamos hecho. Todos los días llevábamos material nuevo, Joe comenzó a investigar sonidos, comprarse pedales… Fue toda una explosión creativa”.
ESCRI “Recuerdo hablar durante aquella época con ellos y del factor riesgo que tomaron al estar abrazando cosas que no habían hecho nunca. Podía ser lo mejor que les hubiera pasado como grupo o el final del mismo. Y si se acababa les daba igual porque estaban haciendo lo correcto”.
AL “Fue totalmente catártico. A mucha bandas les pasa que hay una época de su carrera en que la cabeza está pensando constantemente en “quiero sonar, quiero gustar, quiero que me llamen para tocar allí y allá”. De repente, todo eso desaparece. Yo siempre ponía el ejemplo de la moto. Teníamos una moto que tiraba de la hostia customizada a base de años. Faltaba darle al botón para que funcionara sola. Y dijimos: “¿sabes qué? A tomar por culo”. La desmontamos pieza a pieza hasta tenerla desarmada completamente tirada en una manta en el taller. Podíamos haber seguido con lo mismo de siempre, teniendo cierto reconocimiento, nos habíamos creado un nombre… Pero decidimos hacer con nuestra banda lo que nos saliera de los cojones. Sería la mayor decepción no hacernos caso a nosotros mismos. La única opción que había era jugárnosla y hacer lo que nos pedía el cuerpo y el corazón. Fueron momentos jodidamente duros pero al mismo tiempo muy bonitos. Jamás he tenido con nadie ese nivel de hermandad musical que tuve con Joe.”

En esa búsqueda imagino que fueron surgiendo nombres como los que habéis citado: Depeche Mode, The Cult… A primera vista parecen muy alejados de dónde veníais, pero si te pones a hilar muy fino, te das cuenta de que tal vez no lo estén tanto. ¿Teníais al menos la intención de mantener una línea coherente dentro del cambio?
AL “Lo bonito de todo esto es que nunca hubo ninguna intención. Es increíble que, teniendo cada uno una idea de lo que quería hacer, siempre buscamos una parte en común. Había muchas cosas que se iban demasiado de lo que pretendíamos, pero luego había una carretera en medio con una misma dirección. Mike entró justamente en ese momento. Ahí comenzamos a darnos cuenta de que The Boo Devils siempre habíamos tenido un cierto punto oscuro y también decidimos abrazarlo. Por ejemplo, el rock gótico de los 80, The Cult, Sisters Of Mercy… fue una de las líneas que vimos muy claras y Mike llegó para apuntalarlas porque venía con todas esas influencias. Entre toda esa maraña de gente que empezamos a buscar y probar, encontramos una pepita de oro. Porque no era solo buscar el sonido, sino formar una familia desde cero. Era rizar el rizo”.

¿Cómo fue el reclutamiento de la nueva formación?
AL “Probamos a mucha gente después de hacer una criba brutal por teléfono, correos… De 20 personas que venían al local, al final había una que mínimamente se acercaba a lo que queríamos. En cambio con Mike fue amor a primera vista. No solos por sus facultades técnicas, sino a nivel personal. Nosotros siempre hemos sido como una secta. Como sabes que a lo que te vas a enfrentar es de una dificultad extrema, necesitas rodearte de músicos con una determinada personalidad que conecte contigo a muchos niveles. Inquietudes tanto a nivel musical, cinematográfico, humor…”
MIKE ESTEVE “Recuerdo que la primera vez que nos vimos fue a finales de 2019. 2020 fue una travesía por el desierto y así hasta prácticamente 2022 que empezaron a aparecer el resto de miembros. Pasamos muchas horas los tres juntos. Como músico haces muchas cosas diferentes con gente distinta, pero de alguna manera Joe y Al me transmitieron algo que me llegó. No sé explicar el que. Les cogí un cariño muy grande, sobre todo a Joe, que por desgracia ya no está. Capturaron algo que me pareció un proyecto dónde se podían plasmar muchas cosas que a mi siempre me habían gustado o que había querido hacer en una banda. Luego como decía Al, estaba la conexión personal, como el hecho de irnos dos días al Azkena y estar hablando de mil historias. Se formó un sentimiento de hermandad”.
AL “Lo más bonito fue que se encontró con dos tíos tocando la acústica, le dimos los temas y le dijimos que se los imaginará de la forma que queríamos. Todo de palabra. Trabajamos las canciones hasta la más última silaba”.
MIKE “Joe siempre tenía un punto de vista muy conservador y era complicado visitar ciertos territorios que para él eran tabú. Pero sin embargo, te daba la impresión de ser una persona absolutamente abierta por su formación e inteligencia. Igual le proponías una cosa y te miraba raro. A la semana siguiente volvía y te decía: “vamos a probarlo”. Por supuesto esto es un homenaje a su persona, pero también la culminación del trabajo que inicio con Al”.
AL “En el proceso dejamos de lado todo lo que no fuera la creación. Solo nos importaban las canciones. Pero hasta que aparecieron Félix y Paco fue un calvario. En el caso del primero, fue un poco de rebote, porque estábamos a punto de decidirnos por otro batería. Fue Joe quien nos dijo que había conocido a otro tío”.
FÉLIX RUIZ-MEDRANO “Hablamos tres o cuatro veces por teléfono y de primeras Joe me pareció una persona muy sobrexcitada, demasiado exigente y sin haberme mostrado ninguna credencial. Para él era como si estuviera entrando en U2 o en Metallica. De hecho, la última llamada que me hizo fue para decirme que lo sentía pero que ya habían escogido a otra persona”.
AL “Pero nos habíamos puesto tan exquisitos y tan pacientes que dijimos: “si este tío nos da un feeling mínimamente mejor, se merece una oportunidad””.
FÉLIX “Al cabo de unos días volvió a llamarme y me dijo, palabras textuales: “Hay algo que está mal en todo esto y creo que no lo estoy haciendo bien. No puede ser que te esté hablando de mi banda y no te de una oportunidad. Vamos a quedar y hablamos””.
AL “Eso era puro Joe. Conociéndole seguro que se pasó días rumiando esa llamada. Estoy convencido de que le quitaba el sueño”.
MIKE “En el caso de Félix fue puro olfato. Estaba claro que él tenía que ser el batería”.
FÉLIX “Y aún así, dos semanas después, volvió a llamarme para hacer una segunda prueba (risas). Me pidió que además de repasar los temas, me mirara una canción nueva para ver que se me ocurría. Al principio no me entró por el buen ojo. Pensaba: “¿Para que me quiere este tío aquí si no le gusta nada de lo que hago?”. No entendía nada. Pero en cada ensayo iba viendo como el asunto florecía poco a poco”.
AL “Fue un poco como Los Siete Samurais de Kurosawa. Había que ir buscando en cada poblado al guerrero adecuado. Una criba súper exigente. Y lo increíble de las coincidencias es que, después de años de búsqueda, dos semanas después encontramos a Paco”.
PACO RUCO “Bueno, lo primero que me dijo Joe fue: “tienes un bajo de hipster” (risas)”.
ESCRI “Mira, yo cuando les vi en su primer bolo y les empecé a conocer, no solo de trabajar con ellos, sino a nivel personal, llegué a pensar: “¿y este flipado?”. Y era así hasta que te dabas cuentas de dos cosas. La primera, que a Joe le encantaba descojonarse de sí mismo. Y la segunda, es que si le aguantabas todas las coñas y putadas que te hacía para ponerte a prueba y entrabas en su movida, luego te abría las puertas de todo. Era cruzar esa frontera y ya te ganabas su confianza para siempre. Es de largo de las personas más sinceras que he conocido. No te iba a regalar nada, pero cuando te tenía que echar un piropo lo hacía. Y era tremendamente leal”.
AL “Lo increíble es que no parecía de verdad. Era como un personaje de Twin Peaks o Sin City. La persona más cinematográfica que he conocido jamás. Y no es que fuera un flipado, es que iba en serio. Ese porte que tenía con su traje midiendo casi dos metros, no podía ser real. Y lo era. Nadie de los que estamos aquí sentados hemos conocido ni vamos a conocer a nadie igual”.

Volviendo al proceso, hasta primeros de 2023, ¿cómo de avanzado tenías el álbum?
AL “Cuando entraron Félix y Paco, de repente todo encajó y metimos el turbo. Lo que llevábamos armando durante años empezó a sonar que te cagas. Lo que nos habíamos imaginado en la cabeza por fin estaba ocurriendo en el local”.
FÉLIX “En el momento en que nos incorporamos, ellos ya tenían las canciones muy avanzadas. Estaba todo muy medido hasta el punto en el que Joe me corregía como hacer los redobles. Porque ellos lo habían parido así tal cual. Era como un manual de IKEA. Estaba todo por montar, pero las piezas y cada uno de los pasos estaban ahí clarísimos. Respeté muchísimo lo que me pasaron”.

En febrero del año pasado, Joe fallece por un cáncer. Entiendo que el golpe fue durísimo de encajar. Sin embargo, solo ha pasado un año y el disco ya está aquí. ¿Os resultó fácil decidir que tenías que continuar hasta el final?
AL “Joe se nos fue de una manera muy repentina. Todos sabíamos que algo estaba pasando y cada vez estaba más jodido, pero él nunca llegó a verbalizar que era. Nos decía que esperáramos y que ya nos diría más adelante. El momento en el que se va es uno de los más devastadores de mi vida. Es como si se muere tu hermano. Aunque sabes que estaba pasando algo chungo, de repente te enfrentas a la realidad. Las primeras 24 horas te las pasas asimilando el shock y son horrorosas. Pero sí que es verdad que el día que fuimos a enterrarle había algo que subyacía. Yo sabía lo que tenía que hacer, independientemente de lo que me apeteciera en aquel momento. Eso estaba claro, nunca hubo ninguna duda. De hecho, a las 48 horas llamé a Escri. Joe ya había tomado esa decisión por mí. Es de esas situaciones en tu vida en la que sabes que estás abocado a ello”.
MIKE “Hubo un momento de crisis que apenas duró una o dos semanas. Cuando Joe se puso enfermo definitivamente, nos planteamos seriamente que hacer porque no sabíamos cuando iba a volver. Siempre pensamos que regresaría, pero no cuando. Y él no quiso hacernos diferentes a nadie. Eso es algo que hay que agradecerle. Una persona que sabe que se va a marchar no quiere transmitirle a la gente que está con él esa sensación negativa porque no quiere amargarles la vida”.
PACO “De hecho, fue al revés. Veníamos de estar cenando en su casa en Navidad”.
MIKE “Recuerdo que nos encontramos en el Wild Thing una noche y fue cuando conocí a Escri. Es cierto que estábamos acompañados de unas cuantas copas de más, pero acordamos que eso que había costado tanto esfuerzo que germinara y en lo que habíamos depositado tanta ilusión no podía quedar en saco rato. El guión estaba escrito. Y Álvaro fue quien en ese instante hizo de correa de transmisión para poder llevarlo todo adelante. Y no solo eso, sino que, más allá de ayudar a acabar el disco, terminó por convertirse en el quinto Boo Devil”.
AL “Ese mismo fin de semana les dije que iba a hablar con la persona adecuada. Esto no iba de sustituir a Joe, pero si había alguien que nos podía ayudar y estar en esa posición de tanta responsabilidad para llevar adelante el proyecto, la primera persona era Escri y la segunda estaba a millones de kilómetros de distancia de él”.
MIKE “Se incorporó como guitarrista en marzo del año pasado . Quedamos un día, probamos y sonaba cojonudo”.

Escri, tu ya fuiste el productor en el primer LP de The Boo Devils, Mala Suerte. ¿Cómo habéis vivido el reencuentro desde cada una de las partes?
ESCRI “Justamente ahora hacen diez años de aquel disco. Fue mi primera grabación como productor. Cuando yo les conocí con la primera formación teníamos una buena amistad. Me hablaron de que iban a hacer un disco y me invitaron un día al local para escuchar los temas y que les diera mi opinión. Les comenté que haría falta un productor externo a la banda, empecé a sugerirles cambios en las canciones… Nunca había trabajado de productor y, aunque había estudiado sonido, quería empezar muy poco a poco. Precisamente fue Joe quién me llamó porque querían contar conmigo. Ellos tenían en mente hacer un disco de rock and roll 50’s, pero sus referencias de sonido eran de mediados de los 60’s. Para mí el cambio de entonces a ahora ha sido bastante grande. Para que esto saliera, mi mentalidad fue la de “voy a trabajar con un grupo que no tiene guitarrista y yo voy a tocar con ellos”. No me tomé la producción como si formara parte de la banda, porque sino no podría sacarlo adelante. Independientemente de toda la afinidad que había de por medio, me lo tomé como una producción ajena. Les dije que si querían hacerlo con otra persona, lo entendía. Y su respuesta fue “no es una cuestión del estudio, ni de experiencia técnica, sino de que nadie va a entender esta producción como la puedas entender tú por lo personal, de dónde vienes y desde dónde la estás cogiendo”. Grabar Mala Suerte e It’s Only The End fueron dos experiencias completamente distintas. La primera fue una producción completamente artística donde no toqué ni un botón. Y en cambio en este me he encargado de todo, junto con ellos, por supuesto. Cuando fuimos en coche al funeral de Joe, le dije a Al que haría lo que necesitaran para acabarlo. El disco de mis dos amigos tenía que terminarse. Todo el rato tuve una mezcla de factores entre lo profesional y lo emocional, de no querer que faltara nada. Cuando ya tenía la grabación más encaminada que solo faltaban mis guitarras y había empezado mezclar, ahí ya me relajé y empecé a desdoblar: “Vale, estoy produciendo un disco de mi grupo”. Para mi fue un mecanismo de defensa. De otra manera hubiera sido incapaz de hacerlo”.

Foto: Jaime Guerrero y Jaime Campiña

El calzarte los zapatos de Joe debe haber sido una responsabilidad para ti. A la hora de encarar las guitarras, ¿has procurado respetar su estilo? ¿Había riffs y arreglos que ya venían cerrados previamente o te has permitido darle tu propio toque?
ESCRI “Mi acercamiento siempre fue: “¿Qué es lo que haría Joe aquí? ¿Qué es lo que le gustaría hacer?”. He intentado ser fiel al máximo ya que todas las guitarras estaban completamente esquematizadas. No he escrito ningún riff. Pero por ejemplo, en ‘So Hard To Take’ hay dos solos. El primero estaba totalmente definido y el segundo era como un desarrollo del mismo. Ahí sí que intenté imaginarme que es lo que hubiera hecho él. Eso siempre lo tuve en la cabeza. Te voy a contar algo que para mi es muy emocional. Joe descubrió a Social Distortion tardísimo en su vida, cuatro años antes de morir. Recuerdo tener una conversación con él cuando hicimos Mala Suerte y él pensaba que eran una banda de hardcore (risas). Los descubrió y su disco favorito era Sex, Love & Rock ‘N’ Roll, que además tiene sentido porque es muy luminoso. Y para mi tiene un componente emocional importante ya que es el álbum en el que entra a tocar Jonny “2 Bags” Wickersham porque Dennis Danell, el guitarrista original de Social Distortion, murió”.
AL: “Otra de las señales es que el último concierto que vimos con Joe fue el de Social Distortion en el Azkena. Salió iluminado. Alucinó con la versión que hicieron del ‘Wicked Game’ de Chris Isaak. Dijo: “Menuda masterclass. Esto me lo llevo para el disco””.

Habéis anunciado ya un puñado de fechas con las que vais a estar ocupados al menos durante la primera mitad del año e intuyo que habrá varias más a lo largo de 2024. Pero, ¿qué habrá después? ¿Realmente es este el final de The Boo Devils o todavía queda carretera por delante?
AL “Lo más seguro es que lo vayamos viendo por el camino. Ahora mismo sabemos  lo que hay encima de la mesa y pinta muy bien porque todo fluye de una forma que crees que va a durar para siempre. Si te digo mi percepción a día de hoy por el momento en el que estamos, esto puede durar décadas. Tiene muchas oportunidades de continuar y además manteniendo el nombre. Mucha gente nos ha preguntado por qué no lo cambiábamos. Pero esto es The Boo Devils y será lo que tenga que ser”.
ESCRI “Creo que la única forma, al menos por ahora, de que esto pueda seguir durante mucho más tiempo es pensar que si se acabara mañana, no pasaría nada. Estaría todo bien. Sí que veo que estamos en una situación de carpe diem, pero no de dejarnos llevar, sino todo lo contrario. Queremos aprovechar el momento y ver que es lo que nos depara”.
AL “Lo maravilloso del álbum es que todo lo que hay en él es de verdad. Y es solo el final. Lo bonito también es disfrutar de lo efímero. Hay que celebrar que esta pueda ser la última noche que estemos todos juntos como que dentro de 20 años podamos seguir aquí. Y sea lo que sea, va a estar bien”.

 GONZALO PUEBLA