FECHA: 9 DE MAYO DE 2024
LUGAR: GRUTA 77 (MADRID)
PROMOTOR: HELLO CLEVELAND

Siendo buenos colegas de esta santa publicación desde tiempos inmemoriales, ya se ha convertido en tradición que Cancer Bats se pasen una semana de gira por nuestro país con la excusa de presentar un nuevo trabajo. Se nota que les gusta tanto España como a nosotros tenerlos por aquí. Si encima sus acompañantes son otra formación por la que sentimos devoción como Cobra, entonces la cita se convierte en poco menos que una reunión familiar.

Tras haber arrancado en casa el día antes en la bilbaína Stage Live, las furgonetas de nuestros colegas llegaban a la mítica Gruta 77 de Madrid. Un garito que los canadienses conocen de sobra (de hecho, repetían tras su última visita en 2019), pero que en cierto sentido evidenciaba lo poco que han cambiado las cosas a lo largo de toda su carrera. Tampoco se puede hablar de altibajos, ya que siempre han permanecido como unos currantes de la carretera, pero tal vez por eso mismo merecerían algo más de reconocimiento. Lo mejor es que podrían estar vuelta de todo y más quemados que el cenicero de un casino, pero para nada es el caso.

Antes de su descarga, Cobra se encargaron de desvirgar la noche a base de sludge y stoner rock. Con el culo pelado de enfrentarse a situaciones como esta, los vascos salieron a hacer lo suyo, que no fue otra cosa si no activar los resortes de nuestros maltrechos cuellos para que el headbanging no cesara durante los siguiente 45 minutos. Haciendo especial hincapié en su última obra Fyre (sonaron ‘Parasites’, ‘No Miracles’ y ‘Emerald City’ del tirón nada más empezar), el combo de Bilbao no paró de lanzarnos guitarrazos de puro hormigón armado.

Foto Cobra: Blanca Gemma Fuerte

Aún con todo, sus miembros tienen la habilidad suficiente para escapar de los tópicos de un estilo dónde se suele dar más importancia al riff que a la propia canción. Curiosamente, cuando acuden al euskera su apartado melódico sale a relucir con fuerza como demostraron en ‘Oroiminduak’ y ‘Legarreko Kanpaiak’. E incluso en la casi progresiva ‘Miyagi’ son capaces de adentrarse por otro tipo de senderos sin que sientas que se están tomando un respiro. Por si había dudas, ‘We Are Next’, con la esperada aparición de Liam Cormier al micro, y ‘Life Is Too Short To Drive Slowly’, terminaron por hacer que pidiéramos cita al día siguiente con el fisioterapeuta. El teniente Cobretti sigue teniendo motivos para sentirse orgulloso de sus chicos.

Con una sala visiblemente más llena que hace unos años atrás, Cancer Bats regresaban a la escena del crimen dispuestos a repartir varias cucharadas de intensidad entre la parroquia. No tardaron demasiado en poner las primeras filas en ebullición constante a la que arremetieron con ‘Gatekeeper’, ‘Trust No One’ y una madrugadora ‘Pneumonia Hawk’ siempre bien recibida. No importa cuantas veces les hayas visto o el tiempo que haya pasado desde la última ocasión. Para los de Ontario la entrega al 200% no se negocia nunca.

Foto Cancer Bats: Blanca Gemma Fuerte

Tras el primer arreón, se produjo el momento clave de la velada cuando Jaye Schwarzer y Jackson Landry (al que se le vio totalmente integrado e incluso con mayor presencia sobre las tablas que el entrañable Scott Middleton) decidieron apagar las luces frontales del escenario con los mástiles de su bajo y guitarra, respectivamente. Esto hizo que viviéramos el resto del concierto prácticamente en penumbra, atisbando apenas sus siluetas. Nada de esto impidió que el pogo continuara entre las sombras al ritmo de clásicos como ‘Lucifer’s Rocking Chair’, ‘R.A.T.S.’, ‘Road Sick’ o las más recientes ‘Radiate’ y ‘Lonely Bong’ pertenecientes a Psychic Jailbreak.

Y es que de algún modo con el paso del tiempo han sido capaces de amasar un estilo personal donde la densidad de una banda de stoner se mezcla con la energía de una de hardcore. Algo así como si Sick Of It All tocaran temas de Clutch, para que nos entendamos. Como los buenos boxeadores, Cormier solo se retiraba a la esquina para escupir sangre, darle un traguito a la botella de agua y a seguir repartiendo caña. Casi sin darnos cuenta llegamos a la parte final compuesta por una triada mortífera: ‘Bricks & Mortar’, su celebre adaptación del ‘Sabotage’ de Beastie Boys y una ‘Hail Destroyer’ que lleva siendo su grito de guerra desde que se cruzaran en nuestras vidas. Podrán pasar los años y las modas, pero Cancer Bats son ese tipo de bandas que. por mera constancia, uno agradece que sigan existiendo. Nos vemos en la próxima, amigos.

GONZALO PUEBLA