Dos años después de impactar con su debut, The Mysterines tienen que demostrar con su segundo álbum Afraid Of Tomorrows que aquello no fue un golpe de suerte. Hablamos con Lia Metcalfe sobre los sueños y pesadillas que le han dado forma.

No es habitual que una nueva banda, y menos una que pone las guitarras en primer plano, consiga debutar en el Top 10 de Reino Unido con su primer disco. Pero justo eso es lo que lograron The Mysterines con Reeling en 2022. El joven cuarteto inglés formado por Lia Metcalfe (voz, guitarra), Callum Thompson (guitarra), George Favager (bajo) y Paul Crilly (batería) cautivó al público con unas canciones que mezclaban elementos del rock alternativo de los 90, desde PJ Harvey al grunge, con buenas melodías y una sensibilidad oscura, y que les llevaron a girar con Arctic Monkeys y Frank Carter & The Rattlesnakes por Europa y Estados Unidos.

Pese a que el grupo parecía que había salido de la nada, en realidad Metcalfe y Favager llevaban desde la adolescencia intentando abrirse camino, y si bien su primer disco salió en 2022, lo hubiera hecho antes si no hubiese sido por la pandemia. De ahí que Afraid Of Tomorrows (Fiction/Virgin), que verá la luz el 21 de junio, muestre un salto cualitativo mayor del que cabía esperar de un segundo intento. Grabado en Los Angeles junto a John Cogleton (Thrice, Spoon, Deah Cab For Cutie), el nuevo álbum logra impregnarte de una atmósfera sugerente, tenebrosa y sensual, sin perder la pegada de su debut.

Hace unas semanas teníamos la oportunidad de hablar por Zoom con Lia, quien se encontraba en una sala de reuniones en las oficinas de su discográfica en Londres. Con algo de retraso, la pobre entró agobiada arrastrando una gran maleta, como si ya estuviese a punto para empezar esa nueva gira que, por cierto, la llevará al festival Tsunami Xixón el próximo 20 de julio.

Te he visto entrar con la maleta. ¿Eres buena empaquetando?
LIA METCALFE
“La verdad es que no (risas). Todas mis maletas están rotas. A esta, por ejemplo, le falta una rueda. La semana pasada otra se me rajó y tuve que ponerle cinta americana alrededor para que no se cayera todo. La gente me miraba un poco rara (risas). Siempre empaqueto en el último momento, lo tiro todo dentro y ya está. Desde luego no es una de mis virtudes y nunca lo será”.

Equipajes al margen ¿cuál fue el principal reto que se te planteó al empezar a componer el segundo disco?
“Creo que afrontamos el segundo disco con aspiraciones distintas al primero. Ha pasado bastante tiempo desde que grabamos aquél, y entre medio hemos crecido, la vida ha seguido su curso, hemos escuchado más música y nos hemos inspirado. Creo que ha sido un paso bastante natural. Supongo que el reto era no encerrarnos en nosotros mismos. Creo que la percepción del éxito es muy distinta desde fuera que desde dentro. Para nosotros lo más importante sigue siendo la música e intentar crear algo de lo que nos sintamos orgullosos. Para nosotros es un sueño poder habernos centrado solo en crear, que sea nuestro trabajo, es lo que deseábamos desde pequeños”. 

¿Cómo recibiste el éxito de vuestro debut? ¿Había una parte de ti que lo esperaba?
“Cuando escribes canciones nunca piensas en esas cosas. En realidad ni siquiera piensas en publicarlas, y mucho menos en listas, ventas, ni nada de eso. Pero una vez grabamos el disco, teníamos ganas que la gente las escuchase, claro. Por supuesto fue una gran sorpresa que entrara en listas, especialmente por cómo funcionan las cosas actualmente. No esperaba vernos al lado de Ed Sheeran (risas)”.

Encontrarte en esa posición ¿te dio más confianza, o al revés, se volvió en más inseguridad?
“Esa guerra interna siempre está ahí. La vive cualquier artista o persona creativa. Pero supongo que esa lucha es la que genera la creatividad al mismo tiempo. Por eso es importante centrarte en la música y dejar que otras personas se ocupen del resto”.

Para el público seguís siendo vistos como una nueva banda, pero en realidad lleváis bastantes años.
“Sí, cuando salió el primer disco ya llevábamos siete años tocando. Para mí somos veteranos (risas)”.

¿Desearías que todo hubiera ido más rápido o agradeces el haber tenido tiempo para preparados por lo que estaba por venir?
“Creo que fue la cantidad de tiempo adecuada. Algunas de las primeras canciones que hicimos, ni siquiera puedo escucharlas ahora. Son muy flojas. Creo que nuestro primer disco hubiera sonado muy distinto si lo hubiésemos hecho antes, así que estoy contenta de haber esperado”.

¿Cómo fueron vuestros inicios? ¿Teníais claro qué música queríais hacer?
“Creo que siempre me he sentido inclinada a escribir y tocar en este estilo. Al principio intentas reflejar lo que hacen tus bandas favoritas. Empecé el grupo cuando tenía 14 años y conocí a George, el bajista, y empezamos a ensayar. Pasamos por varios cambios de formación, de batería, pero cuando conocimos a Callum y Paul todo hizo click”.

Liverpool es una ciudad con una gran tradición musical, supongo que es fácil encontrar gente que quiera tocar.
“Sí, sí. La historia musical de Liverpool está muy presente.  Cuando creces ahí, la música está siempre a tu alrededor, incluso aunque no sea música que escuches. En los 90 había una escena dance super grande, pero antes tenías a los Beatles y a Echo and The Bunnymen, claro. Hay una gran variedad y muchos padres escuchan buena música, forma parte de la cultura. No creo que fuera determinante, pero sí ayudó a que me interesase la música”.

¿Formabais parte de alguna escena?
“La verdad es que no. Nunca formamos parte de ninguna y no sé por qué. Quizá porque seamos de las afueras de la ciudad, o porque éramos un poco más duros que el resto. A veces la gente puede ser bastante ignorante y piensan que eres una banda metal o gótica o algo así. Pero el éxito de Royal Blood, que incluso suenan más duros que nosotras, nos ayudó. Hizo que las bandas de rock volvieran a generar interés”.

Mucha de vuestra música bebe de los 90, en especial de PJ Harvey, pero eres demasiado joven para haberlos vivido de primera mano.
“Sí, la verdad es que no recuerdo cómo descubrí a PJ Harvey. Cuando empezamos el grupo, me comparaban constantemente con ella… incluso físicamente, y la verdad es que me molestaba mucho, no lo entendía. En ese momento su música me parecía bastante horrible (risas). Pero entonces alguien me dejó To Bring You My Love y todo cambió. De golpe entendí de dónde venía y me enamoré completamente de ella como artista. Así que no fue una inspiración al principio, pero sí luego. Ahora lo reconozco totalmente. De todos modos, que no viviéramos los 90 no quiere decir que no hayamos escuchado mucha de esa música. Muchas de esas bandas nos impactaron mucho, especialmente Nirvana.”

De hecho una banda que se citó mucho en vuestro primer disco como referente era Hole.
“A Hole nunca los escuché demasiado. Conocía ‘Celebrity Skin’ y poco más. Courtney Love nunca ha sido inspiración para mí. Pero igual algún día me acaba pasando como con PJ Harvey (risas)”.

«Siempre me ha atraído el lado oscuro, pero no de una manera negativa. En el fondo soy una persona bastante positiva» LIA METCALFE

Recientemente has citado el libro Meet Me In The Bathroom, que repasa la escena de Nueva York de los 2000, como una inspiración para el nuevo disco. ¿En qué sentido lo hizo?
“Sí, Paul y yo vimos el documental antes de un ensayo, y justo después de verlo escribimos ‘Stray’. Es un gran libro y un gran documental. Me recordó mucho a los grupos que escuchábamos de jóvenes, y en cierta manera, ahora nos encontramos en una posición parecida a la que estuvieron ellos. Volvimos a escuchar muchos de esos grupos y recordamos qué nos hacían sentir cuando los descubrimos. Queríamos despertar de nuevo ese fuego y trasladarlo al disco”.

El primer disco quizá estaba más basado en riffs, y en este hay más sutileza y arreglos.
“Creo que en el primer disco solo éramos unos chavales con instrumentos. Tocábamos rápido y duro, y éramos algo más inocentes. Ahora lo veo como el hermano pequeño gamberro (risas). Pero en este disco queríamos mostrar que no éramos solo eso”.

Esta vez grabasteis el disco con John Cogleton en Los Angeles. ¿Qué os llevó a él?
“John es un productor increíble y muy creativo. Alguien nos lo recomendó y escuchamos varios discos que había hecho, y de hecho, vimos que ya habíamos escuchado algunos mientras estábamos componiendo. Ha trabajado con algunos de nuestros cantautores favoritos como Bill Callaghan. Sus discos tienen ese toque raro… No quiero decir espiritual, pero hay algo de eso. Cuando grabamos con él, nos sentimos atraídos como si fuera un imán. Había algo superior ahí. Había construido un estudio en LA y fuimos la primera banda que grabó allí. Nos sentimos muy bien”.

¿Qué canción sufrió una mayor transformación desde que la escribisteis a cómo salió del estudio?
“Posiblemente ‘Another, Another, Another’. Empezó como una canción acústica, pero se acabó convirtiendo en un viaje. Fue genial desarrollarla con John y los chicos”.

Otra canción con una onda especial es ‘Junkyard Angel’.
“Sí, no está basada en una historia real, pero es la única que tiene una narrativa. Saqué el título de una letra de Bob Dylan. Queríamos que la canción sonase eso, como si se hubiera grabado en un almacén de chatarra. La batería suena como torpe y todo está distorsionado. Sparklehorse fueron una gran influencia en ese tema. Como John había terminado de construir el estudio, había taladros por ahí, y los metimos en la canción también. Puedes escucharlos al final. Ahora tendré que tocar el taladro en directo (risas)”.

‘Tired Animal’ también da un aire inquietante.
“Esa también la escribe con Paul en el local. Llevaba una semana teniendo un sueño recurrente, era muy intenso y necesitaba sacarlo fuera. Muchas de las imágenes de la canción salieron de ese sueño. Al principio casi me daba miedo escucharla porque era como si el sueño se hubiese manifestado. Era algo casi físico, como si la canción estuviera encantada”.

¿Dejaste de tener ese sueño una vez la escribiste?
“Lo tuve unas cuantas veces más, pero no tantas. Creo que fuera lo que fuese, un demonio que me perseguía, o lo que fuera, en el sueño, ahora está atrapado en esa canción”.

¿Siempre has tenido este tipo de sueños tormentosos?
«En parte sí. Creo que en mi corazón siempre he sido un poco gótica (risas). Siempre me han atraído el lado oscuro de las cosas. De pequeña siempre me atraían las películas de fantasmas o de miedo. Me gustaba llevarme al límite, ver cuánto miedo podía sentir. Por ejemplo, me gustaba escalar hasta lo más alto, hasta que sentía vértigo. Es un poco raro, lo sé (risas). Pero sí, siempre me ha atraído el lado oscuro, pero no de una manera negativa. En el fondo soy una persona bastante positiva (risas). Y a la hora de componer me gusta acceder a ese lugar de mí misma que da un poco de miedo, también, pero es dónde está el buen material».

¿Y con todo lo que os ha pasado, alguna vez has sentido que estabas soñando?
«La primera vez que fuimos a América tuvo un gran impacto. Toda la experiencia fue como un sueño febril. Íbamos en un coche pequeño con todo nuestro equipo, y ya sabes que las distancias ahí son enormes. Desde entonces nunca más me he quejado por tener que conducir en Reino Unido (risas). Pero sí, recuerdo conducir a través de Utah, debía tener 21 años, y fue increíble. No podía creer que estaba siendo testigo de algo tan hermoso. Es algo que siempre llevaré conmigo».

JORDI MEYA