El pasado viernes, La Inquisición lanzaban su tercer álbum Mundo Invisible con el que, además de presentar nuevos temas, también presentan nueva formación. Cambiar para mantenerse.

Equinoccio de otoño. Fin de semana grande de las fiestas patronales de Barcelona dedicadas a la Mercè. En medio de todo el meollo, La Inquisición acaba de lanzar disco nuevo, Mundo Invisible (HFMN) y ha organizado un meet & drink en Garage Beer, una cervecería artesana en pleno centro del Gaixample de la ciudad condal. Pedimos permiso al dueño para ocupar un rincón tranquilo de la zona reservada a la fabricación del zumo de cebada y, entre depósitos y utilizando un congelador como mesa improvisada, enciendo la grabadora para que Rubén (voz) y Álex (guitarra) suelten la lengua.

La primera pregunta es obligada: para el último disco ha habido un cambio de bajista con Rau (ex 77, Deadyeard) como nuevo miembro. ¿Podéis explicar los motivos?
RUBÉN ARAGONÉS “Básicamente es porque Cirro estaba cansado, estaba quemado. Nosotros somos como hermanos, parte de una familia, pero también somos currelas y en esto de la música hay un peaje muy caro que la gente no sabe que existe. Para Cirro era muy duro”.
ÀLEX MONTORO “Rau era el candidato perfecto porque ya había sustituido a Cirro en alguna ocasión anterior. Para nosotros cada disco es una entidad en sí, y cuando nos planteamos componer Mundo Invisible Cirro nos avisó que no podía continuar, que quería dejarlo, así que Rau ya participó en la creación de los nuevos temas. De todas formas, somos tan colegas que Cirro nos ha comentado que le llamemos si algún día le necesitamos para cubrir algún bolo”.
RUBÉN “Rau ahora es uno más de nosotros. En La Inquisición no hay esa concepción de mercenarios tocando en un escenario; en este grupo todos somos iguales, tenemos un rollo muy familiar”.

De hecho, Mundo Invisible empieza a girar y lo primero que suena es una línea de bajo. ¿Era la mejor manera de presentar a Rau a vuestro público?
ÀLEX “No fue premeditado, no era nuestra intención hacerlo así”.
RUBÉN “No hay nada que mole más que un disco que arranca con un bajo y con una batería. En serio, no fue intencionado, pero resulta espiritual y me gusta que el oyente haya podido interpretar esa bienvenida que comentas tú en la pregunta”.

“En La Inquisición todo se consensua y no hay egos que puedan provocar enfados a la hora de componer. Esa es la clave” ÀLEX MONTORO

Hablemos ahora de algunas letras. ‘Cien Colores’ habla de inmigración, ‘Sombra Y Luz’ es un homenaje a un compañero fallecido. ¿Hay alguna letra más que tenga un significado especial para la banda?
RUBÉN “Las letras las escribo yo así que, por ejemplo, para mi ‘La Flor’ tiene un significado muy especial porque habla de mi hija. ‘Nadie’ trata sobre la anarquía y la relación que tenemos con nuestros trabajos; ‘Otra manera’ habla sobre la enfermedad mental y la incomprensión que genera. Pero cada letra tiene algo especial; la movida de utilizar un lenguaje poético es que yo puedo estar hablando de algo que es muy importante para mí y que yo veo muy claro, pero resuena en cosas de otra peña. Las palabras son las mismas siempre pero las sensaciones y las vivencias de cada uno no. Cuando hablas de temas universales como el amor, la vida o la muerte en el fondo estás conectando con la gente; son experiencias comunes para todos los seres humanos. Y la lírica de La Inquisición sigue este camino”.

Rubén, has mencionado la muerte, que es un concepto muy recurrente en vuestras letras. ¿Es importante tenerla bien presente para aprovechar mejor la vida? ¿Tú también sientes la angustia del vacío que provoca pensar en ella?
RUBÉN “Rotundamente sí, es fundamental asimilar que vamos a morir algún día. Pero también es importante saber que hay ciclos y nosotros hablamos de la muerte como el final de un ciclo. Hay cosas que mueren para que otras renazcan. Nosotros no hablamos de la muerte como el gran vacío, pensamos que es muy importante la fortaleza de los ciclos”.
ÀLEX “Son como etapas de la vida: unas se cierran y a continuación otra etapa se abre”.

A pesar de la crudeza de vuestra música y de los decibelios de los instrumentos, lo que más me gusta del sonido de La Inquisición es que la voz se escucha perfectamente y las letras se entienden hasta la última palabra. ¿De quién es el mérito?
ÀLEX “De todos, y también de Marc Boria que se ha esforzado mucho a la hora de grabar el disco en los estudios La Bdoble”.
RUBÉN “Además, yo como cantante intento vocalizar bien y me lo tomo muy en serio para que el mensaje se entienda. El mensaje sonoro es el que es pero las letras son muy importantes para la banda”.
ÀLEX “Yo siempre he dicho que el mérito del show de La Inquisición es 50% la voz de Rubén y 50% la música que hacemos los demás. Procuramos que todo esté bien compensado y que lo que grabamos en el estudio después lo podamos defender en directo”.
RUBÉN “Nuestra prerrogativa es ‘menos es más’ y nada es muy importante. Todo es una entidad. Lo único que nos interesa es hacer buenas canciones como conjunto, sin individualidades ni solos. Una buena canción debe tener todos los elementos, pero sin que choquen entre sí. En La Inquisición la voz no deja de ser un instrumento más”.

Hablando de buenas canciones, ¿cómo es el proceso de composición de un tema de La Inquisición? ¿Los cuatro miembros participan de él?
RUBÉN “Montoro y yo hacemos toda la música y tengo que reconocer que es el mejor compañero que he tenido en mi vida a la hora de componer. Cualquiera de los dos llega con ideas, que básicamente son riffs de guitarra, y luego la estructura de la canción se desarrolla entre los cuatro. Nosotros dos llevamos el barro y entre todos lo moldeamos. Pero como tenemos las cosas muy claras cuando algo no funciona lo desechamos directamente y ya está. No pasa nada”.
ÀLEX “En La Inquisición todo se consensua y no hay egos que puedan provocar enfados a la hora de componer. Esa es la clave”.

Una curiosidad: ¿por qué nunca metéis fotos vuestras en los inserts de los discos? ¿Es porque las fotos mienten, como habéis titulado la segunda canción de Mundo Invisible?
RUBÉN “Muy fácil, porque estamos convencidos que nuestro mensaje es mucho más importante que nosotros mismos. El Cantar del Mío Cid es una obra anónima, por poner un ejemplo; y lo importante aquí es la obra en sí, no los cuatro tíos que la han hecho. Vivimos en un mundo de mierda donde todo es imagen y postureo, así que nosotros queremos colocarnos en el polo opuesto y concebimos el disco como un objeto de poder. Estamos aquí para crear objetos de poder”.
ÀLEX “La Inquisición es lo que tu vas a escuchar. Y punto. Tuvimos claro desde el principio que no habrían fotos de los miembros en los álbumes que sacáramos”.

Ahora corregidme si me equivoco pero, ¿tampoco habéis metido nunca ninguna colaboración externa en vuestras canciones, verdad?
ALEX “Correcto. Es que nunca nos lo hemos planteado”.
RUBÉN “Si algún día nos planteáramos meter una colaboración sería con Rosalía o alguien así, es decir, en plan locura total. Algo que nos sacara de nuestro rollo habitual y de lo que se espera de una banda de punk como La Inquisición”.
ALEX “Solo nos interesaría hacerlo si fuera un reto. Como salir de la norma y de nuestra zona de confort. Pero de momento no es el caso”.

En Mundo Invisible hay un tema dedicado a ‘Agosto’ y anteriormente habéis hablado sobre ‘Febrero’, ‘Abril’, ‘Septiembre’ y ‘Octubre’. ¿Cuándo hayáis escrito sobre los otros siete meses del año se habrá acabado La Inquisición”?
ALEX “No, en ese momento sacaremos un disco recopilatorio con las doce canciones que hablen sobre los meses del año (risas)».
RUBÉN “Es una pregunta muy buena. El tema es que nos vinculamos mucho con los meses del año a través de la experiencia vital. Todas esas canciones hablan de alguien o de algo que nos ha pasado en ese mes en concreto, y son temáticas ultrapersonales. Aún así, lo bueno de todo esto es que el oyente puede conectar con nosotros ya que se siente identificado con lo que estoy cantando.”

¿Alguna vez habéis tenido algún problema con el nombre de la banda y con títulos como ‘El Himno De España’?
RUBÉN “No, nunca. Nosotros jugamos con la idea de representar a un mundo, y representar lo obsceno que es, a través de sus nombres. Los nombres solo son palabras, y solo la gente estúpida da valor a símbolos como la bandera, el himno o la cruz. Y no hay nada mejor que decir las cosas como son. Hay cosas que, con solo retratarlas, pones de manifiesto lo chungas que son. Por eso títulos como ‘Falsos Profetas’ o ‘Verdadera Fe’… Es una forma lírica de utilizar su lenguaje en contra de ellos. Mola hacer reflexionar a la peña sobre todo eso”.

Tengo entendido que sí tuvisteis problemas legales con la foto que utilizasteis para la portada de Lux, vuestro primer LP.
RUBÉN “Ya te digo. Tuvimos una mala experiencia: lo que nos pasó fue que encontramos esa foto por internet, pero no hubo manera de saber quién era el autor, así que no pedimos permisos ni la acreditamos a nadie. Cuando salió la segunda tirada del disco la hija del fotógrafo se enteró y nos interpuso una demanda legal. Yo incluso le mandé una carta personal super larga explicando nuestra historia y pidiendo disculpas. Al final arreglamos el malentendido, eso sí pagando y cambiando la portada en la segunda edición del álbum. Desde entonces hemos pagado a todos los fotógrafos por las imágenes que utilizamos y, a partir de ese error de principiantes que cometimos, aprendimos a valorar mucho más ese tipo de curros. Una imagen es el ojo de alguien, y eso se tiene que valorar”.

¿Cuál consideráis que es el himno de La Inquisición? Es decir, ¿cuál es ese tema que nunca puede faltar en el repertorio?
AMBOS “’Rosa De Mort’. Sin duda alguna”.
RUBÉN “La vamos a tener que aguantar toda la vida”.
ALEX “Es el tema. Es el himno. Es nuestro lastre, nuestra cruz particular. El público ha decidido (risas)”.
RUBÉN “Es un tema que ha conectado a saco con la gente y eso que la ha escrito un madrileño (risas)”.
ALEX “De hecho, es la última canción que grabamos para Lux y casi ni entra, porque no nos acababa de convencer al 100%. La llamábamos ‘Bob Esponja’, por eso de “Bajo el maaaaar”, era un cachondeo en el local. Y luego resulta que es el puto temazo de la banda y dices ¡joder!… Esto nos pasa siempre: lo que pensamos que no va a funcionar acaba petándolo y al revés. Nunca acertamos”.

Teniendo en cuenta que ahora no pararéis de tocar, que ya tenéis fechas confirmadas en el extranjero, que cada vez tocáis en salas de mayor aforo… ¿Se puede llegar a vivir de esto?
RUBÉN “No, y tampoco queremos. Por suerte, los cuatro tenemos trabajos decentes y también tenemos familias que mantener”.
ALEX “Sería malvivir. Y, aparte de eso, no nos olvidemos que esto es música undergound”.
RUBÉN “Tío, es que esto es una carrera de fondo y no debemos quedarnos solo con el highlight; un día estás en la cima y en tres años puedes tocar el fondo. Y necesitamos comer todos los días. Es imposible, así que ni nos lo planteamos. Hay que vivir por y para esto, pero no vivir de esto. Mi opción de vida es trabajar y ganarme la vida con mi trabajo, al fin y al cabo somos unos currelas y gente humilde. Y eso que nosotros ganamos algo de pasta con la música, tenemos un caché decente y eso es la hostia, pero la música no te da un sueldo fijo cada mes como para mantener a tu familia y pagar las facturas por los años que vendrán. La industria musical intenta siempre crear relatos de triunfo y de éxito, sobre grupos que han cruzado una meta etérea y pueden vivir de esto, pero eso es una auténtica gilipollez. Porque nadie se acordará de esos grupos al cabo de unos cuantos años y sus componentes seguirán vivos y necesitarán pagas sus facturas, pero ¿con qué medios?”.
ALEX “Todo lo que hacemos es una apuesta, y cada vez que sacamos un disco apostamos por la banda. Hacemos un disco y pensamos: a ver qué tal va esta vez”.

«Nosotros somos como la masonería. La masonería, ahora mismo, lo tiene difícil para captar nuevos miembros. Pero ¡joder! ¡cómo mola pertenecer a una sociedad secreta como esa!» RUBÉN ARAGONÉS

La siguiente pregunta va dirigida en exclusiva para Rubén: ¿qué significó tu proyecto Belchite en la trayectoria de La Inquisición? ¿Algo de oxígeno tal vez?
RUBÉN “Belchite es una forma muy personal de expresarme a través de la música. Es una cosa muy mía pero como yo también canto y escribo las letras en La Inquisición hay gente que puede percibir algunos retazos y paralelismos. Siempre estoy pensando en si mato o no el proyecto individual porque son temas que hago yo solo en casa, que voy colgando en internet sin muchas pretensiones… Belchite fue sobre todo un spin-off, un proyecto pandemial de cuando no se podía tocar en directo por el confinamiento; además, me habían puesto en un ERTE. En mi casa tengo un montón de copias del disco que no se venden, así que estoy pensando en regalarlos a la gente que venga de público a los conciertos de La Inquisición (risas)”.

Vale, pero nadie te hizo ningún comentario en plan: ¿por qué no has aprovechado esas ideas y esas letras para otro disco de La Inquisición?
RUBÉN “Tengo ideas a tope. (Me enseña su teléfono móvil, repleto de notas con letras para canciones, debidamente etiquetadas -ndr.). Cuando empezamos con el grupo sentía cierta inseguridad por hacer letras en castellano; ahora que ha pasado el tiempo me siento muy seguro de mí mismo”.

Esa respuesta me tranquiliza mucho. Ahora me gustaría hacer una comparación con Secret Army, la banda de la que surge La Inquisición cual Ave Fénix. Estaremos de acuerdo en que fue un grupo que alcanzó un cierto estatus pero, ¿con cuál de las dos bandas creéis que habéis conectado mejor con el público? ¿Y cuando habéis tocado en el extranjero tenéis la misma sensación?
AMBOS “Claramente con La Inquisición hemos conectado mejor”.
ÀLEX “Y no solo por utilizar el castellano. Rubén se ha quitado la guitarra y puede moverse más en el escenario, así que el espectáculo en directo es más dinámico. Y eso que con Secret Army nos movíamos bastante”.
RUBÉN “A mi me gusta poder hacer el gilipollas con total libertad sin tener que preocuparme de clavar los acordes”.
ÀLEX “Cuando tocamos fuera a la gente le flipa que cantes en tu idioma, que no recurras al inglés como hacen miles de bandas que parecen clones. Allí nos dicen a menudo que tenemos un potencial brutal que sabemos trasmitir al público. Desde mi punto de vista, en La Inquisición hay una mayor cohesión porque hay muchos más factores que te llevan a ello”.

Hay gente que dice que el punk es para viejos nostálgicos. ¿Vosotros habéis conseguido llegar a la gente joven y que escuchen vuestra música?
RUBÉN “No lo sé y tampoco estoy de acuerdo con esa afirmación. Por ejemplo, en Euskadi y Navarra hay mogollón de gente joven que va a conciertos de punk; por el contrario, en el festival Rebellion de Blackpool en Inglaterra la media de edad es de 60 años, la mayoría son jubilados. Así que todo depende del sitio donde vayas a tocar. Aunque los chavales no vengan a los conciertos de La Inquisición, seguro que algunos están haciendo sus propias movidas musicales que serán la hostia en unos años y no nos damos ni cuenta; quiero pensar que, dentro de la masa uniforme, unos pocos jóvenes están haciendo cosas interesantes al margen de la música comercial”.
ALEX “Cuando yo era joven y escuchaba a Iron Maiden mi padre siempre me decía que eso era ruido. Con el tiempo, mi padre ha subido a mi coche, le he ido poniendo los mismos discos de Maiden y me ha reconocido que tampoco estaba tan mal. Nosotros también tenemos que hacer eso, evolucionar como oyentes”.
RUBÉN “Mira Jordian, nosotros somos como la masonería. La masonería, ahora mismo, lo tiene difícil para captar nuevos miembros. Pero ¡joder! ¡cómo mola pertenecer a una sociedad secreta como esa! En el fondo esto es una puta sociedad secreta. Somos como Minor Threat, la amenaza minoritaria. Pero, desde el punto de vista del relevo generacional, creo que se tienen que acabar las estructuras rígidas del punk. No tenemos que seguir pensando en Minor Threat ni en Bad Religion porque, sino, nuestra movida no progresa; hay que abrazar a los grupos que pretendan traer aire fresco a la escena, como Fucked Up o Turnstile. La gente debería escuchar más música”.
ALEX “El punk de ahora es el anti-punk de antes”.
RUBÉN “Si había una cosa que teníamos clara cuando empezamos La Inquisición es que queríamos cambiar las reglas del juego del punk en español”.

Sinceramente, opino que lo habéis conseguido. Y esto nos lleva a la última pregunta: ¿os quedan ouijas del EP anterior?
ÀLEX “Sí, sí (risas). No fue un naufragio pero… hubo peña que nos dijo que le había molado mucho la edición limitada de Uróboros. Intentamos hacer algo diferente pero no siempre lo diferente triunfa. Realmente fue un currazo para construir el disco de una forma tan especial, con el troquelado y tal. ¿Balance de daños? Mejor que te lo haga alguien de fuera (risas). De todas formas, para nosotros y para los coleccionistas de vinilo es una pequeña obra de arte”.
RUBÉN “Es un artículo que mola. Para nosotros un disco es un objeto de poder, un artefacto sonoro. Si hablamos de vibraciones, ¿hay algo que vibre más que un vinilo cuando gira en el tocadiscos? Encona mucho con nuestro rollo de que existe un mundo invisible. Nosotros seguiremos haciendo música, ya sea por un bocadillo de nocilla o cobrando siete mil millones de euros de caché. Nos da igual. Estamos bendecidos por todo lo que nos está pasando, ya somos millonarios con eso. ¿Qué más queremos? Nada, nosotros realmente estamos donde queremos estar”.

JORDIAN FO