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THE BLACK DAHLIA MURDER – ‘Servitude’

El mejor homenaje de la banda a la pérdida de Trevor Strnad.

The Black Dahlia Murder vuelven con un álbum sólido. Sin sorpresas, pero también sin fisuras, a pesar de haber perdido a su líder Trevor Strnad, una de las figuras más carismáticas y queridas de la escena extrema americana.

Enfrentarse a la dramática ausencia de tu frontman no debe ser una tarea fácil. Strnad además de ser el alma de TBDM era un personaje muy querido, un pozo de sabiduría metalera que nunca dudó en apoyar a nuevas bandas desde su simpatía y afabilidad. Después de la terrible noticia de su suicidio, tras un breve periodo de reflexión, la banda decidió continuar con el proyecto y en una decisión (en mi opinión, acertada) decidieron que Brian Eschbach, miembro fundador y, hasta ahora guitarrista, pasara a tareas vocales y volver a reclutar a la guitarra a Ryan Knight quien estuvo en la formación entre 2009 y 2016 y participó en la grabación de discos como Ritual (2011) o Everblack (2013), que se encuentran entre lo mejorcito de la banda. 

Servitude es una obra conceptual que narra la historia de un protagonista sin nombre que es secuestrado y obligado a participar en una serie de experimentos retorcidos. Las letras, escritas por Trevor antes de morir, exploran temas de horror corporal, violencia, control mental y la lucha por la libertad en medio del sufrimiento extremo. Escucharlas sabiendo que se suicidó deja con mal cuerpo.

Musicalmente, nos encontramos una colección de veloces riffs, trotes alegres y aniquilación percusiva bajo la capa del tradicional melodeath facturado por los de Michigan. Justo lo que esperas de un disco de The Black Dahlia Murder. Aquí no hay espacio para la experimentación, ni la virguería: los solos de guitarra son sencillos, pero bien colocados, los ritmos de batería, precisos, todo sobre los cimientos de unas líneas de bajo profundas. ¿Y la voz? La voz te resulta misteriosamente familiar, como si nada hubiera cambiado.

La rutilante velocidad de ‘Aftermath’, el inicio canónico de ‘Cursed Creator’ con riffaco gotemburgo, la velocidad de crucero con puente de guitarras dobladas de ‘Servitude’ o ‘Mammoth’s Hand’ levantan el pie del acelerador, pero no la intensidad, y ‘Utopia Black’ pone un broche de oro difícil de superar. Por todo ello, Servitude es el mejor homenaje de The Black Dahlia Murder a la pérdida de Trevor. Siguen adelante, inamovibles y fieles a su estilo. 

JOAN CALDERON