El canadiense Danko Jones está de vuelta a nuestro país dentro de su ‘Good Times Tour ’24’. A pocas horas de que cogiera el avión para cruzar el Atlántico, tuvimos la oportunidad de charlar con él sobre sus inicios y cómo le gustaría ser recordado.

Danko Jones y su inseparable socio, el bajista John ‘JC’ Calabrese son unos habituales de nuestros escenarios. Desde hace más de 20 años, han venido a presentar cada uno de sus discos, y aunque nunca han logrado salir del circuito de salas, tampoco nunca han parecido amargados por ello. Su mentalidad de obreros del rock, y una colección de himnos ideales para ser disfrutados en directo, han hecho de ellos una banda querida y respetada.

Dispuestos a arremangarse una vez mas, empezaron ayer viernes en Santander una gira que les llevará este sábado a León, mañana domingo a la sala Copérnico de Madrid, el miércoles 16 al Full Metal Holiday de Mallorca, el jueves 17 a la sala Salamandra de L’Hospitalet de Llobregat, y el viernes 18 y el sábado 19 en una doble cita en la sala Helldorado de Vitoria-Gasteiz. Si hace tiempo que no los ves, o nunca los has visto, no desaproveches la oportunidad porque nunca fallan. (Entradas aquí).

¿Recuerdas tu primera gira en España?
DANJKO JONES
“Fue en 2001. Creo que fuimos dos veces a España ese año. Fuimos a un club llamado Garatge en Barcelona y no había nadie. Igual 15 personas. Pero luego volvimos y estaba lleno. Creo que al año siguiente volvimos con Backyard Bables y esos shows fueron geniales”.

Estuve en ese primer concierto en Barcelona, y ya se te veía muy curtido, capaz de sobreponerte a que la sala estuviera vacía y dar un gran concierto. ¿Cuánto tiempo llevabais en activo entonces?
“Bueno, comenzamos en el 96, pero en realidad solo dábamos conciertos locales. Luego hicimos algunas giras en el 98 y el 99. Comenzamos a ser conocidos a nivel nacional en todo el país y también empezamos a tocar en Estados Unidos, pero en 2001 fue cuando empezamos a nivel internacional. Ya han pasado 23 años”.

¿Y siempre tuviste esa confianza en lo que hacías o es algo que se fue desarrollando a base de tocar?
“Creo que se desarrolló en bandas anteriores. Estuve en una banda de punk garage llamada The Violent Brothers. Éramos un dúo de garage que se inspiraba en bandas como Leather Uppers o Demolition Doll Rods, Gories y Jon Spencer Blues Explosion. Nos inspiramos en esa escena. Y luego nos separamos. Y para cuando nos separamos, yo ya estaba haciendo lo que hago ahora en el escenario, pero era más agresivo. Me metía mucho con la gente y era más impertinente. Pero dejé de hacerlo porque empezamos a tocar en sitios más grandes, y no todo el mundo pillaba el rollo. Pero algo de esa actitud más confrontativa se trasladó también a Danko Jones, y todavía hay gente que no lo pilla. Pero tengo tiempo ni interés en explicarte que estás viendo un espectáculo. Normalmente siempre tuve más problemas en Estados Unidos que en Europa. El público europeo es más sofisticado, pero en Estados Unidos siempre había alguien que quería pegarse conmigo.  Y sólo hace falta una persona para arruinar el concierto para todos. Es gente proyectando sus problemas sobre mí. Por ejemplo, una vez tocamos en Portland con los Supersuckers e hicimos lo nuestro. Me bajé del escenario y alguien se me acercó y me dijo: ‘No vayas a esa esquina del club porque hay un tipo allí que te va a dar una paliza porque cree que estabas ligando con su novia desde el escenario’. A ver, desde el escenario con todas las luces, te aseguro que no ves nada; yo estoy ahí para tocar, no para ligar. Así que todo es solo una proyección, ese tipo tenía serios problemas de inseguridad. Insisto, estás viendo un espectáculo. No es que sea un personaje inventado, o una obra de teatro, es parte de mi personalidad, pero pero al mismo tiempo tienes que saber que no estoy coqueteando con tu novia”.

Hombre, yo creo que es bastante evidente que ese punto vacilón forma parte del show.
“Sí, uno pensaría eso. Pero también por eso me sorprende cuando la gente me ve fuera del escenario y dice, ‘uau, eres muy callado’. Bueno, comparado con el Danko de escenario, soy callado. ¿Pero qué quieres que haga? ¿Que te grite en la cara? Pero mis amigos saben que soy la misma persona. Alguien me dijo, ‘eres tú con esteroides’. Nunca pensaron que era esquizofrénico o algo así”.

Foto: Daniel Berbig

«No siento que todavía tengamos que hacer nuestro Black Album, nunca lo haremos, pero si sacamos otros diez discos tan buenos como los últimos cinco estaré contento». DANKO JONES 

Una vez empezaste a funcionar como Danko Jones ¿tenías clara la dirección musical que querías seguir? En la columna que escribías para nosotros, se veía que te gustaba mucho el hard rock de los 80 o el heavy metal, por ejemplo.
“Bueno, no tengo la destreza musical para tocar metal. De joven me gustaba mucho el noise rock también, el rollo de Touch And Go, Jesus Lizard… Pero cuando empecé a tocar con el dúo, el otro tío quería hacer un rollo más a lo Rolling Stones. Pero una noche, un borracho no paraba de meterse conmigo y empecé a grítale mientras tocaba, y él se rebotó y empezamos un intercambio muy divertido. ¡Y a todo el mundo le encantó! Así que realmente atribuyo a ese concierto el inicio de mi estilo. Fue como salir del caparazón. Me encantó ese rollo y ya no miré atrás. Creo que el punk y el rock and roll se prestan más a ese rollo. En el metal, no tanto. Hay bandas que llevan un gran espectáculo como Ghost o Gwar, pero a mí me gusta el aspecto minimalista del rock de garaje. De todos modos, en los primeros dos o tres años todos los sellos de garage como Crypt o In The Red nos rechazaron. Me dolió mucho. Y ahí empecé a repensar las cosas y a tirar más hacia el hard rock. Creo que mantenemos esas influencias del garage punk, pero las canalizamos a través de un sonido de hard rock, que es lo que escucho. Al final es el estilo que me sale de manera más natural”.

¿Cómo entraste en contacto con Bad Taste, un sello de Suecia?
“Había una banda punk de Toronto que había firmado con ellos llamada The Almighty Trigger Happy, y Al, su cantante, le dio un CD a Bjorn que dirige el sello y decidió sacarlo. Ahí empezó una larga relación con él, porque sigue siendo nuestro manager”.

Como Danko Jones, nunca os habéis tomado un descanso, habéis ido sacando discos y girando sin parar. ¿Nunca has sentido la necesidad de parar un tiempo?
“Sí. Me encantaría tener el lujo de poder parar cinco años o incluso de un año, pero no es posible. Esto es nuestro trabajo y es a tiempo completo. Pregúntale a, yo que sé, un asistente dental si le gustaría tomarse un año de descanso. Te diría que sí, pero que no puede porque tiene que pagar el alquiler. A nosotros nos pasa lo mismo. Ninguno de nosotros viene de familias de pasta. Que por cierto, si investigas en el mundo de la música, te darás cuenta que hay mucha gente que sí”.

¿Y cómo lo gestionas? Porque, vale, es un trabajo, pero también depende de algo tan intangible como la inspiración.
“Sí, es difícil cuando no te sale nada. Es duro. Son días duros. Siempre he pensado que las crisis en mi vida personal afectan directamente a si soy capaz o no de crear cosas. Cuando las cosas van bien y puedo trabajar, entonces puedo pensar en lo que necesito pensar, que son las canciones. Pero la vida es la vida. Pasan cosas. Y no puedes vivir toda una vida sin que surjan crisis”.

¿Hay canciones salidas de esas crisis que cuando las tocas te traen malos recuerdos?
“Bueno, las del disco Rock and Roll is Black and Blue porque no lo hicimos en las mejores circunstancias. Es como si tuviera un trastorno de estrés postraumático. Luego está el tema ‘Invisible’, el que canta John García (del disco Sleep Is The Enemy, 2006 -ndr.). Recuerdo que escribí la letra y pensé que se trataba de una relación con alguien, ya sabes, alguien de verdad, y luego me di cuenta cuando terminé la grabación, que, aunque no nombro cosas específicas, es la letra más cruda y reveladora que he escrito. Palabra por palabra, línea por línea, es mi infancia”.

El año pasado sacasteis Electric Sounds. ¿Cuáles dirías que fueron las principales inspiraciones musicales durante su creación?
“Hay algunas canciones como ‘She’s My Baby, en las que me inspiré en Sparks. Posiblemente sean la última banda en la que pensarías. Pero cuando escuchas mucha música diferente, encuentra su camino. En realidad, me sorprende cuando la gente se sorprende de que escuche cosas fuera del rock. Pero creo que la mayor inspiración fue nuestro propio catálogo. A veces todo es tan sencillo como recordar cómo hacías las cosas al principio”.

¿Crees que darle muchas vueltas a las cosas es perjudicial para el rock?
“Sí, sí. Cada vez que ha salido algo malo ha sido por pensar demasiado”.

¿Podrías darme algún ejemplo?
“Bueno, la mayoría no llegaron a salir en ningún disco. Tengo maquetas de canciones muy bien grabadas que nadie va a escuchar porque son una mierda total. Pero de nuevo, Rock and Roll Is Black And Blue, Dios mío, no fue nada divertido, pero aun así, logramos sacar algún conejo de la chistera”.

JC ha estado a tu lado desde el principio, pero con los baterías no has tenido tanta suerte, aunque ahora ya lleváis 11 años con Rich Knox. ¿Cómo has vivido esos cambios, como una oportunidad para mejorar la banda?
“No quiero hablar mal de nadie que no esté aquí para defenderse, pero con Rich somos una banda mucha más unida de lo que hemos sido nunca. No voy a dar nombres, pero cada vez que ha habido un cambio ha sido una cuestión de personalidad, más que musical. De todos modos, parece que es muy fácil tocar el tipo de rock que hacemos, pero no lo es. Es extremadamente difícil. Tienes que ser realmente bueno. He tocado con bateristas profesionales que son rígidos cuando se trata de este tipo de música. Hacer un 4 x 4 como Phil Rudd no es fácil. Solo hay un Phil Rudd”.

Lo mismo pasa con los guitarras rítmicos.
“Exacto. Malcolm Young en los discos de AC/DC. Parecen solo tres acordes, pero la gente que piensa que es fácil no tiene ni idea de lo que está hablando. Por eso ya no leo críticas de nuestros discos, ni nuestros directos. Sin ofender, porque RockZone es otra cosa y tenemos una historia, pero la mayoría que escribe sobre nosotros no tiene ni idea. A veces leía cosas y pensaba, ‘sé más de música que tú, y estoy tocando en la banda, puedo escribir este artículo mejor que tú, y estoy tocando en la banda, así que dame tu trabajo y lo haré todo’. Pero de mi cuenta de que era un enfoque muy negativo, así que dejé de leer sobre nosotros”.

¿Crees que la banda ha alcanzado su máximo potencial o ya no hay margen de mejora?
“Soy realista. Creo que los últimos cinco discos que hemos sacado, Electric Sounds, Power Trio, Rock Supreme, Fire Music y Wildcat, los que hemos hecho con Rich Knox, son igual de buenos. Estoy muy orgulloso de la consistencia que hemos conseguido. Si podemos sacar otros cinco álbumes iguales, estaré contento. Pero no sé si hablas de éxito o fama…».

No me refería más a tu sentimiento interno, a que si murieras mañana, sentirías que has tenido una vida artística plena o a cómo te gustaría que se recordara a la banda.
“Sí. Hay gente dice que Motörhead alcanzaron su cima con Ace Of Spades o Overkill, pero siguieron sacando discos buenos. No tuvieron grandes picos y grandes bajones, fueron consistentes. Ese es mi modelo. No siento que todavía tengamos que hacer nuestro Black Album, nunca lo haremos, pero si sacamos otros diez discos tan buenos como los últimos cinco estaré contento. No sé, Metallica tienen cinco grandes álbumes, puedes escuchar cualquiera de ellos y pensar que no hay nada mejor, pero cuando miro su discografía, no es tan consistente como la de Motörhead, AC/DC o Ramones. En lugar de luchar por hacer un Black Album, prefiero luchar por una obra en conjunto más consistente”.

JORDI MEYA