Cinco años después de impactar con su debut, y tras superar una pandemia y un cambio de formación, The Mothercrow levantan de nuevo el vuelo con su segundo disco, Foráneo.

Surgidos del mismo linaje sonoro que une a bandas como Rivals Sons y Lucifer, The Mothercrow llevan desde 2015 propagando su amor por el rock de los 70 en todas sus variantes, canción a canción, concierto a concierto. Con base en Barcelona, el cuarteto ahora formado por Karen Asensio (voz), Max Eriksson (guitarra), Jaume Darder (batería) y Víctor Sancho (bajo), publicó su debut Magara en 2019, pero debido a la pandemia no pudo defenderlo tal como hubiera deseado.

Tras macerar sus nuevas canciones durante tres años y plasmarlas en el estudio, en septiembre publicaban su nuevo disco Foráneo a través de Discos Macarras y, ahora sí, se lanzaban a la carretera. Tras haber actuado en Barcelona, Madrid o Castellón, el grupo tiene por delante nuevas citas en Lleida (18 octubre, La Boite), Gasteiz (26 octubre, Raúl Aransáez Fest), Bilbao (1 noviembre, Sala Mytho), Zaragoza (13 diciembre) o Amposta (25 enero), a los que irán añadiendo más próximamente. Y es que por mucho que uno pueda disfrutar de sus temas en casa, el directo es donde la banda alcanza todo su potencial.

Me imagino que después de cinco años teníais muchas ganas de sacar el segundo disco. ¿A qué achacáis este largo silencio, más fuerzas externas o internas?
KAREN ASENSIO “Bueno, un poco de todo, principalmente al confinamiento que hubo por medio.  Habíamos estado grabando algunas cosas cuando ocurrió…
MAX ERIKSSON “Estoy seguro de que todo el mundo que trabaja en el periodismo musical ya está muy cansado de escuchar que el COVID y el confinamiento…”.

Bueno, es lo que había.
MAX “Hubo bandas que, si no habían sacado el disco, ya lo ponían como en un poco de stand-by porque no podían girar, y luego otras, como nosotros, que todavía teníamos que grabarlo. Y cuando quisimos sacarlo, como había tantos discos acumulados las discográficas no lo querían sacar, básicamente. Entonces, estuvimos un buen tiempo, ahí intentando encontrar una discográfica. Y cuando ya lo encontramos, tuvimos la mala suerte de que al final no llegamos a un acuerdo. Básicamente pasó un poco de nosotros, no sé por qué razón. Creo que uno de los motivos fue que la situación económica era muy difícil. Durante la pandemia se vendieron muchos discos y fue muy bien para las pequeñas discográficas, pero cuando ya terminó el COVID, la gente ya no compraba tanto”.

Se volvía a gastar el dinero en cervezas y salir a cenar y todo esto.
KAREN “Y la gira de presentación del primer disco también fue complicada. Al poquito de sacar el disco, Claudia fue a vivir a Francia. Luego nos costó unos cuantos meses encontrar el bajista. A Dani lo encontramos en otoño y para principios del año siguiente ya estábamos enfilando la gira de presentación, teníamos ocho meses cerrados, y todo se fue al garete. Y claro, eso te quema mucho a nivel emocional, a nivel de energías. Te has tirado un año y pico componiendo un disco y grabándolo, y casi un año cerrando la gira para que luego todo se vaya por tierra. Esto a mí es lo que más me machacó, me hundió en la miseria. Me costó mucho levantar cabeza y volver a tener una real pasión y motivación por seguir. Porque la banda es mi vida, pero llegué a un punto que no tenía fuerzas de más, no tenía fuerzas de más”.

¿Y cómo fue un poco el proceso de reconstrucción de esa motivación y de reencontrar la pasión? ¿Vino solo o te lo tuviste que currar?
KAREN “Todavía me la estoy currando, no te voy a engañar (Risas). La gran suerte y el gran hándicap en toda la historia, bueno, es la fuerza de Max. En las buenas y en las malas siempre hemos estado ahí mano a mano. Al final, si no fuera por Max, The Mothercrow, igual no existiría desde hace mucho tiempo”.
MAX “A mí, la parte musical no me cuesta mucho. Hay gestiones de la banda que no me gusta hacer, pero el tema de componer canciones, grabar demos, planificar una grabación en un estudio, me gusta. Entonces desde que sacamos el primer disco hasta grabar el segundo, para mí ha sido un proyecto largo de trabajar. Y también como tuvimos cambios en la formación, el objetivo fue encontrar un grupo que realmente encajaran tanto como personas que como músicos en las canciones que yo oía en mi cabeza. Y bueno, creo que al final, en 2022, lo logramos, y grabamos el disco.  El hecho de tardar mucho más tiempo también me dio más tiempo en trabajar arreglos. En plan, aquí a lo mejor molaría un poco de percusión o un teclado, una segunda guitarra… Cuando los temas tienen el tiempo para madurar, puedes sacar las cosas que sobran y meter cosas que realmente aportan algo”.
KAREN “Es como dicen, ¿no? Un disco no se termina, se abandona (risas)”.

O se acaba el dinero…
KAREN “Algo se termina, la paciencia o el dinero. Sí, sí”.

A la hora de buscar gente nueva, más allá de ser buena persona y música, cuenta mucho el compromiso.
KAREN “Claro, hay gente que tiene y pareja, hijos, trabajos, que no lo puede compaginar con esto. No cualquiera puede o quiere”.
MAX “Para una banda de este nivel es complicad. Nosotros ya tenemos una trayectoria, hemos picado piedra, hemos tocado en muchos sitios, pero todavía falta mucho trabajo. Y hay que comprometerse mucho, hay que dedicar mucho tiempo. Y es difícil encontrar a alguien de primera que quiera entrar y diga ‘mira, yo estoy 100% con vosotros’. Porque realmente, ¿qué es lo que puedes ofrecer tú a esa persona nueva? Al final es un poco confiar que las cosas van a salir bien, que va a haber más en el futuro. A nivel económico a una persona que entra en un grupo de este tamaño no le puedes ofrecer mucho”.
KAREN “Claro, obviamente casi todo lo que genera The Mothercrow se reinvierte en la banda de nuevo. En los seis u ocho años que llevamos en el proyecto apenas hemos repartido ganancias, y si viene alguien con aires de mercenario, pues igual no funciona. No hay cabida”.

Ahí se plantea un poco la dicotomía de muchas bandas, que inviertes mucho tiempo, dinero, ganas, ilusiones, y a veces la recompensa no acaba de llegar. Supongo que tú mismo tienes que ir buscando la zanahoria, te la tienes que imaginar casi, aunque no esté ahí, para seguir adelante. Pero me imagino que el día que sale un disco nuevo, eso os debe ayudar a renovar un poco las ilusiones.
KAREN “Sí, el disco y la gira. Yo creo que en eso estamos de acuerdo, que somos una banda de directo. Mucha gente nos dice que al final, el disco mola mucho, pero el directo tiene un je ne sais quoi, unas energías que no se pueden plasmar en un álbum. Es muy difícil plasmar ciertas cosas, claro. Por no decir, casi imposible. Y eso es lo que nos tiene motivados otra vez, empezar el tour por España y sacar todas las fechas posibles, y pegarnos con nuestros jefes para que nos den fiesta”.

Foto: Jon Usual

«Hay un hilo que suena a The Mothercrow, pero los temas son muy diferentes a nivel de influencias” MAX ERIKSSON

Por la música que hacéis, podría tener un recorrido también fuera de España. ¿Es algo que también estáis buscando activamente?
MAX “Es un paso que hay que dar, pero también logísticamente es más complicado organizarlo. Tiene que haber algunos criterios básicos. Por ejemplo, vamos a tener que salir y estar fuera mucho tiempo. No podemos hacer una fecha o un fin de semana en Alemania, con todos los gastos que conlleva. Tendríamos que hacer como mínimo, no sé, dos semanas. Sí, nos interesaría mucho, pero es cuestión de encontrar un poco el equilibrio entre cuánto queremos invertir en la promoción y cuánto estamos dispuestos de perder, tanto de tiempo como del riesgo de que a lo mejor sales con menos dinero que cuando empezaste. Pero está claro que es una cosa que tiene que pasar, o sea, todas las bandas tienen que pasar por esa etapa. Tenemos que arriesgarnos y hacerlo”.

Bueno, entrando ya en el disco, tengo que deciros que mis canciones favoritas son ‘Tumbling Down’ y ‘Northern Lights’, que son dos temas donde pasa un poco lo que decíais, de que hay muchas más cosas que suceden dentro de la canción.
MAX
“Esos dos son parecidos en el sentido de que hay dos partes de cada canción. Hay un cambio de tempo, no tanto de tonalidad, pero digamos que son canciones que van evolucionando. No son canciones que vuelvan a un tema principal o un estribillo que se repite muchas veces, sino que siempre van evolucionando. ‘Northern Lights’ fue un poco más compuesto en el local de ensayo, probamos muchas cosas diferentes”.
KAREN “Esa salió en el 2020 que yo estuve viviendo fuera porque a mi ex pareja le dieron curro en Bilbao, y me fui a casa de mis padres en Vitoria y estuvimos un tiempo viviendo en el País Vasco. Y cuando volví ‘Northern Lights’ duraba casi 15 minutos. Era una rapsodia interminable, pasajes larguísimos y cosas muy locas. ¿Y la voz qué? (risas). Está claro que no puedes dejar a tres hombres componiendo solos (risas). Pero bueno, al final la esencia se quedó. Tampoco se quitó ningún cacho, pero no había falta volver a ellos”
MAX “Fue uno de los temas que fue más con más participación de toda la banda y se tocó muchas veces en el local de ensayo. ‘Tumbling Down’ salió de juntar dos ideas mías en un tema. De hecho, las dos partes ni siquiera están en el mismo tono, podrían ser dos canciones distintas. Pero se enlazan con la letra que también va evolucionando. Al principio, la letra es un poco más pesimista o nostálgica, y en la segunda parte es un poco más optimista”.

Normalmente cuando se habla de vosotros suelen salir referencias muy clásicas, que si Zeppelin, que si Deep Purple, que si Sabbath… ¿Hay algún grupo que nadie nunca mencione y que vosotros consideráis que está ahí y nadie lo ve?
KAREN “Yo creo que tenemos mucha pasión, no sé si tanta influencia, pero hemos hecho muchas covers de Grand Funk Railroad. Nos flipan. Mira que amo a Deep Purple, pero no nos veo tan parecidos. Y no sé, a mí me comparan con Janis (Joplin) y no tengo nada que ver con Janis. Porque sea una mujer rubia encima de un escenario ya soy Janis Joplin.
MAX “Bueno, yo creo que a lo mejor la comparación también viene un poco de que Janis Joplin rompió un poco el estereotipo de lo que podía ser una cantante femenina. Llegó un poco más al campo, digamos, masculino”.
KAREN “Bueno, si me lo dicen por macarra, entonces sí que lo compro”.
MAX “Pero por lo general, si hablamos de influencias, yo escucho mucho tipo de música de los años 60, 70, a veces 80, o música moderna que esté influenciada por esa época. A mí una banda que me encanta es Rival Sons.  Muchas veces mencionamos a bandas como Led Zeppelin y Black Sabbath porque realmente fueron bandas que sí, fueron pesados, fueron duros, pero si escuchas un disco de Black Sabbath tienes una gama de canciones que suenan muy, muy distintas. No inventé yo ese dicho, pero se dice que si escuchas Master Of Reality de Black Sabbath, cada canción en ese disco es un subgénero del metal.  Hay bandas, que solo tocan canciones que suenan como un tema de ese disco. A mí como músico me llena más poder tocar canciones que suenan diferentes y a lo mejor se nota también en el disco. Hay un hilo que suena a The Mothercrow, pero los temas son muy diferentes a nivel de influencias”.

Pensando en unos Graveyard, Blues Pills o unos Lucifer, hay una especie de escena donde vosotros encajáis también.
MAX “Creo que sí, pero cuando compones no deberías pensar en cómo encaja esto o lo otro. Por ejemplo, el tema ‘Danger Rules’ del disco nuevo es como más de los ochenta, un poco más metalera.
KAREN “Yo siempre lo defino como salir en la emisora V-Rock del GTA Vice City. Es un poco nuestra versión V-Rock, vamos a decir (risas)”.
MAX “A lo mejor, en el primer disco había un poco menos cachondeo en las letras y ahora nos reímos un poco más, un poco irónico. Yo creo que hemos evolucionado también en ese sentido, que cada canción no tiene que ser demasiado seria. Tiene que haber un equilibrio”.

JORDI MEYA