En el bullicioso panorama del metalcore, The Ghost Inside se ha consolidado como una de las bandas más resilientes de la última década. Desde su trágico accidente en 2015, que casi les cuesta la vida, los californianos han demostrado una y otra vez que su pasión por la música es más fuerte que cualquier adversidad. En pocos días podremos verlo con nuestros propios ojos.
Para alguien que vio la muerte tan de cerca, Jonathan Vigil habla sobre todo lo que ha vivido su banda con una serenidad envidiable. Pocas horas de su último concierto en Birmingham, el cantante comparte sus reflexiones sobre la búsqueda de consuelo, cómo han canalizado la energía de su regreso a los escenarios y el impacto que han tenido en sus seguidores. La honestidad que emana de sus palabras es un recordatorio de que la vida es un viaje lleno de altibajos, pero también de que la música puede ser un refugio en medio de la tormenta.
Estáis ya inmersos en la gira europea que os traerá 5 de noviembre a la sala Razzmatazz de Barcelona y el 6 de noviembre a La Riviera de Madrid. ¿Cómo está yendo hasta ahora?
JONATHAN VIGIL “Sinceramente, va muy bien. Publicamos el disco a principios de este año, así que la gente ha tenido tiempo para escucharlo, y estamos tocando, creo, cinco o seis canciones nuevas. No sé el número exacto, pero todas están yendo muy, muy bien. Por ejemplo, tocamos ‘Wash It Away’ en Manchester y tuvo la reacción más loca de todo el set, lo cual fue increíble. Llevamos mucho tiempo y ver que las nuevas canciones funcionan tan bien como las antiguas es genial”.
Da la sensación de que la banda es más grande que nunca. ¿Sientes que desde el accidente el público os ha apoyado mucho más que antes? No sé si te produce un sentimiento contradictorio…
“Sí, creo que el accidente nos dio a conocer a muchas personas, y sabíamos que teníamos que aprovechar esa oportunidad para mostrar realmente de lo que somos capaces y seguir adelante para ver hasta dónde podemos llegar. Y hemos tenido bastante suerte de poder estar frente a mucha gente y tocar estas canciones. Quiero decir, incluso viéndolo cada día, es una locura saber que nuestro batería tiene solo una pierna. Entiendo que despierte curiosidad y admiración poder verle tocando”.
A propósito del título de vuestro último disco Searching For Solace, quería preguntarte dónde has encontrado tú el consuelo. ¿Es realmente posible encontrarlo cuando pasas por semejante tragedia?
“Creo que la búsqueda es realmente lo importante. Nunca hay un final, nunca hay un destino, porque una vez que llegas ahí siempre quieres más, siempre quieres que más cosas funcionen, quieres que más cosas estén bien. Es un proceso en constante crecimiento. Así que creo que la gente se pierde en tratar de llegar a este destino final que nunca va a suceder. Así que el consuelo está en la búsqueda en sí misma, dándonos cuenta de que atravesar cosas malas y negativas es necesario para apreciar las cosas que tenemos que son buenas. Es como que no hay luz sin oscuridad y viceversa. Así que la búsqueda nunca termina. Creo que esa es la conclusión más importante del disco”.
¿Crees que la gente no acepta que las cosas malas también son parte de la vida? Mucha de la frustración actual parece de la no aceptación de esa realidad.
“Sí, absolutamente. A pesar de que pueda parecer lo contrario, me siento una persona afortunada porque, en general, no he sufrido mucho y no he tenido muchas cosas de las que preocuparme. Pero en las veces que he estado en un mal lugar, puedo recordar esa sensación de que no había esperanza y de que no quería volver a estar ahí. Solo quería sobrevivir. Creo que es algo que las personas necesitan entender y aceptar porque realmente tienes que pasar por esos momentos para apreciar las otras cosas. Casi lo perdimos todo y ahora que lo recuperamos, vamos a aprovecharlo al máximo. Vamos a disfrutar cualquier situación y estar felices por ello, ya sea tocando para 200 personas o 20,000. Nada está garantizado. La vida no es una constante; son altibajos”.
¿Sientes de alguna manera que pasar por el accidente os preparó para el COVID, el confinamiento y todo eso? Porque supongo que eras más fuerte mentalmente que antes.
“Lo fue. Todos estábamos luchando muy duro mentalmente, recuperándonos del accidente y viendo anuncios de gira en los que hubiéramos estado si todavía hubiésemos estado activos en ese momento. Fue duro. Y luego, finalmente, volvimos. Tuvimos nuestro show de regreso, tocamos en un festival en Australia, teníamos un montón de cosas programadas y luego llegó el COVID. Así que no diría que estábamos preparados para el COVID, pero sabíamos cómo manejarlo. Sabíamos cómo gestionar esa frustración un poco más, mientras que muchas personas fueron arrojadas a una situación insólita. Pero nosotros pensábamos: ‘Oh, acabamos de pasar por esto. Sabemos cómo es. Sabemos cómo gestionarlo’. Y estuvimos allí para las personas que lo necesitaban. Y eso fue muy importante para nosotros. Lanzamos nuestro disco homónimo durante el COVID, aunque sabíamos que hubiera tenido mejor recepción si hubiéramos esperado a que la pandemia terminara y estuviéramos de gira con eso. Pero lo sacamos en el apogeo del COVID porque sabíamos que era el momento en que la gente más lo necesitaba porque estaba atrapada en sus casas, encerrada, no tenía nada, así que era cuando más necesitaban la música. Así que ese disco fue muy importante para nosotros. En el disco nuevo hay un tema titulado ‘Light Years’ que habla sobre eso. Es como si el COVID fuera un edificio y hay ventanas por todas partes y puedes ver el exterior; sabes que está ahí, casi lo puedes tocar, pero está a años luz de distancia. Fue difícil para todo el mundo. Posiblemente, el peor momento en la vida de muchas personas”.
«Casi lo perdimos todo y ahora que lo recuperamos, vamos a aprovecharlo al máximo» JONATHAN VIGIL
Ya que lo has mencionado, quería preguntarte un poco más sobre vuestro primer concierto post accidente en 2019 en Los Ángeles. ¿Cómo superaste la, supongo, abrumadora emoción de subir al escenario por primera vez? ¿No tenías miedo de quedarte congelado?
“Tuvimos mucha preparación. Ensayamos durante dos semanas seguidas preparándonos solo para ese show. Sabíamos que era algo importante porque en ese momento no sabíamos si alguna vez volveríamos a tocar. Pero sabíamos que, sin importar lo que pasara, nuestro accidente no iba a ser el final de nuestra historia. Sabíamos que íbamos a lanzar nueva música y, como mínimo, íbamos a dar ese concierto. Así que en ese momento pensábamos: ‘Vamos a hacer este concierto, esto es todo’. Era volver a donde pertenecemos. En lugar de tener miedo, en lugar de estar nervioso, quería estar feliz. Quería disfrutarlo. Y simplemente vivirlo. Porque si eso era todo, eso sería todo. Y luego íbamos a esperar un par de semanas para ver cómo se sentían nuestros cuerpos y saber si podríamos hacerlo de nuevo. Y afortunadamente, todo salió bien. Fue un momento enorme. Pero una vez en el escenario, todo duró un segundo. Literalmente, dije: ‘Los Ángeles, ¡hemos vuelto!’ y al segundo ya estaba caminando fuera del escenario. Así de rápido lo sentí. Nunca volveré a vivir un momento igual».
¿Pudiste dormir la noche anterior o la noche después?
“No dormí nada la noche anterior, ni la noche después. Y además, mis tobillos me dolieron mucho después del concierto. No, no dormí nada ni antes ni después”.
Volviendo a Searching For Solace, trabajasteis en él con todo un equipo de productores, lo cual es algo más habitual en la música pop o en el hip-hop. ¿Qué buscabais exactamente?
“Sí, estábamos en un punto en el que queríamos elevar lo que estábamos haciendo tanto como fuera posible, y queríamos tener tanto material como fuera posible. No dijimos que no a nada. Escuchamos todas las ideas, intentamos todas las ideas posibles. Y había algunas cosas que eran nuevas, pero funcionaron muy bien. Y luego había algunas cosas que eran nuevas, pero no funcionaron tan bien. Y al final, creo que lo que conseguimos es una variedad de registros que realmente refleja quiénes somos en este momento de nuestras vidas, no solo como músicos, sino también como personas. Era realmente importante para nosotros”.
Para acabar, quería preguntarte por mi álbum favorito vuestro, Dear Youth, del que ahora se cumplen diez años. ¿Qué opinión te merece?
“Me gusta mucho Dear Youth. Creo que fue un álbum enorme para nosotros. Salió después de Get What You Give, que realmente nos ayudó a dejar de ser una banda pequeña, y Dear Youth nos impulsó aún más. Fue uno de los que nos consolidó en la escena musical. Es raro pensar que ya hayan pasado diez años y todavía haya canciones como ‘Avalanche’, ‘Move Me’ o ‘Mercy’ que siguen siendo descubiertas por gente nueva. Dear Youth es una carta real que me escribí a mí mismo. Escribí una carta a mi yo anterior porque en ese momento había perdido la perspectiva. Estaba como en piloto automático y no me estaba divirtiendo; estaba en una situación donde sentía que la banda era más como un trabajo que algo que quería hacer por diversión. Así que tuve que escribir una carta para decirme: ‘Hey, estás agotado, ¿pero recuerdas el entusiasmo que sentías cuando empezabas?’. Y eso simplemente encendió la creatividad para escribir esas canciones. Es un disco especial y siempre habrá un lugar para varios de sus temas en los conciertos”.
En una de sus canciones, ‘White Eyes’, participó Jason de Letlive, ahora en Fever 333. Y, de hecho, hace como dos semanas, hizo público que estaba luchando contra la depresión. No sé si sois amigos y has contactado con él para ver cómo estaba.
“Sí, somos amigos, crecimos juntos. Yo crecí en una ciudad llamada El Segundo y él creció en Inglewood; son ciudades vecinas. Crecimos en el mismo mundo yendo a conciertos de punk, metal y hardcore en nuestro centro juvenil por un par de dólares. Hemos sido amigos desde siempre. Ahora vivo en Las Vegas y no nos vemos tan a menudo como solíamos, pero nos contactamos de vez en cuando. Nuestro técnico de luces también lo es de Fever. Hace un par de semanas le mandé una foto de nuestra gira por Australia y me dijo: ‘Amigo, no tienes idea de cuánto significa para mí. Estoy emocionado’. Estuvimos charlando un rato. Jason es un gran tipo, muy inteligente y un gran showman. Como dije al principio, todo esto va de buscar el consuelo. Tiene que superar esos demonios para volver a la carretera y realmente encontrar el valor que tiene para él tocar en directo. Está pasando por un momento difícil; al otro lado le espera el mejor momento de su vida. Así que le deseo lo mejor”.
JORDI MEYA