En un momento en el que la nostalgia por la era dorada del punk rock está en alza, The Offspring vuelven con Supercharged, un testimonio de que no solo quieren vivir de sus viejos hits. Hablamos con Noodles, su guitarrista, sobre los cambios de la escena, la evolución de la banda en directo y si, como NoFx, se han planteado colgar las botas en un futuro próximo.

Cuando ha pasado un mes desde que lanzaran Supercharged (Concord/Music As Usual) parece claro que su nuevo disco ha sido recibido con más entusiasmo, tanto por la crítica como por sus fans que el anterior Let the Bad Times Roll (2021). A diferencia de aquel, Supercharged transmite un espíritu más optimista y enérgico, casi celebratorio, en unas canciones con energías renovadas.

Pero para muchos seguidores en España, la gran noticia es que The Offspring ha incluido al país en su gira mundial de 2025, visitando Madrid el 26 de septiembre en el Palacio de Vistalegre  y Barcelona el 27 de septiembre en el Olimpic Arena de Badalona, con Simple Plan como banda invitada. (Entradas aquí). Por lo que nos han dicho, huele a que ambos recintos estarán a reventar, lo cual demuestra que 30 años después de que Smash les catapultara a la fama, The Offspring continúan llevando la bandera del punk rock a nuevas generaciones.

Hace unos días teníamos la oportunidad de hablar vía Zoom con Noodles, un tipo con una actitud relajada, sinceridad y sentido del humor que prueban que el éxito (han vendido más de 40 millones de discos) no está reñido con la humildad.

Hola Noodles ¿cómo estás?
“Muy bien, aquí en mi casa, ¿y tú?”.

Muy bien. Justo después de la entrevista me voy a ver a Redd Kross, que tocan esta noche en Barcelona, así que contento. ¿Los llegaste a ver cuando empezaron?
«No recuerdo haberlos visto en la época. Sé que tenía Teen Babes from Monsanto… De hecho, aún lo tengo en vinilo. Los vi tocar ese disco hace como seis o siete años. Fue un gran show. Tocaron Melvins, luego Redd Kross, y luego OFF!. Steve McDonald tocó en las tres bandas esa noche, vaya tío (risas)«.

Veo que tienes un montón de guitarras colgadas detrás de ti. ¿Cuántas tienes en tu colección?
«Bueno, en mi colección personal, probablemente unas 30, quizás un poco más. Y luego, aparte, tengo las guitarras que llevo de gira. Tengo dos racks de guitarras, los dos idénticos, con unas ocho guitarras en cada uno. Y después, ya sabes, tengo otras guitarras en el estudio que antes llevaba de gira y que he dejado de usar».

Pero no eres de esos locos que tienen como 300 guitarras.
«No, no (risas). Estuve coleccionando durante un tiempo, en los años 90 y a principios de los 2000, y ya tengo suficientes guitarras. Me estaba quedando sin espacio y me di cuenta de que tampoco tenía tiempo para tocarlas todas. Era en plan, ‘¿Qué estoy haciendo?’ (risas). De vez en cuando consigo alguna nueva y la dejo en el estudio para tocarla allí».

Foto: Daveed Benito

Hace unos días anunciasteis una gira para 2025 con Simple Plan. Ya girasteis con ellos en Norteamérica y los vais a traer a Europa también. ¿Cuál es vuestra relación con ellos? ¿Los conocisteis cuando empezaron o fue más adelante?
«Los conocí por primera vez en un Warped Tour. Yo estaba allí como espectador y ellos estaban tocando. O quizás fue en otro… Dios, no estoy seguro, igual fue cuando estuvimos en el Warped Tour en 2005. De todos modos, los conocí en uno de los Warped y no podrían haber sido más amables, son muy simpáticos. Creo que fue Pierre (Bouvier) a quien conocí primero. Y después, a lo largo de los años hicimos algunos conciertos con ellos y finalmente giramos con ellos el año pasado. Cada vez es más fácil tocar con ellos. Son una gran banda, realmente tocan muy fuerte en directo y además tienen esa onda punk pop, ya sabes, canciones que se quedan pegadas”.

Vendréis a presentar vuestro último álbum Supercharged, que parece que está gustando mucho más que el anterior Let The Bad Times Roll. ¿Cómo te sentiste al ver que ese disco no cuajó después de haber estado siete años sin sacar nada nuevo?
«Bueno, en aquel momento, uf, estaban pasando tantas cosas… Estábamos saliendo de una pandemia, y el álbum se llamaba Let the Bad Times Roll (risas). Este nuevo disco definitivamente tiene una energía un poco más positiva que Let the Bad Times Roll, ¿sabes? Aquel era más una especie de lamento, mientras que este es más una celebración. Pero siempre hemos hecho eso, incluso cuando hemos cantado sobre todos los problemas que vemos en el mundo o de malas relaciones personales, intentamos centrarnos en ‘vamos a superarlo juntos, lo lograremos’. Eso es más o menos lo que sentimos con este disco».

Con la nueva victoria de Trump, desde luego vais a necesitar esa actitud en los próximos cuatro años.
«Tenemos que hacerlo, sí, y sé que lo haremos. Sé que lo lograremos. Solo espero que las cosas no empeoren demasiado antes de que empecemos a recuperarnos. ¿Cómo de malas se pondrán las cosas? Esa es la gran pregunta para mí. Realmente no quiero hablar más de eso; es deprimente, ¿sabes? Pero veremos qué pasa. Todo está demasiado reciente ahora mismo».

Esta vez han sido algo más de tres años entre el disco anterior y el nuevo, en lugar de siete, pero lo cierto es que comparado con los 90, en los 2000 os lo tomáis todo con más calma. ¿Cómo vives esos largos intervalos en los que no hay un disco nuevo en el horizonte?
“Bueno, no es algo que podamos controlar totalmente. En los años anteriores a Let the Bad Times Roll estuvimos mucho de gira y no nos sentíamos muy creativos. Pero, por ejemplo, justo antes de terminar Let the Bad Times Roll, de repente empezaron a surgir nuevas canciones. Realmente empezó a llegar todo más rápido y nos dimos cuenta que, sin quererlo, estábamos haciendo otro disco.  Pero luego vino la pandemia y decidimos emplear el tiempo en pulir ciertas cosas. Nos pusimos a revisar nuestros directos, cómo tocábamos los temas antiguos, porque a veces te vas olvidando de las partes originales y necesitas volver a ponerlo todo en orden, y al mismo tiempo seguíamos trabajando en el estudio. Y después de que saliera Let the Bad Times Roll, salimos de gira, y fue realmente exitosa. Creo que fue de las mejores que hemos hecho. Y poco después ya nos pusimos a fondo en terminar Supercharged. No queríamos esperar otros siete años entre discos y decidimos sacarlo. Como te decía, hay muchos factores. Por ejemplo, Dexter (Holland) también decidió centrarse de nuevo en su carrera académica y necesitaba más tiempo fuera del grupo».

Decías que tuvisteis que reaprender cómo tocar vuestros temas antiguos. Lo cierto es que la primera vez que os vi como teloneros de NoFx me parecisteis muy malos, pero a lo largo de los años creo que fuisteis lo suficientemente inteligentes para incorporar más gente al escenario conforme la música tenía más arreglos en el estudio, y desde hace unos años ya sonáis como deberíais. ¿Cómo has visto tú la evolución de vuestro directo?
«Sí, ahora somos un quinteto. No creo que hayamos sido nunca un sexteto, aunque puede que hayamos tenido algún percusionista en algunos conciertos. Pero definitivamente ahora somos un quinteto. Bueno, en primer lugar, gracias por tu sinceridad (risas). Lo cierto es en España que tuvimos la reputación de no ser buenos en directo durante años, como durante toda la década de los 90. No creo que fuera hasta los 2000 cuando empezamos a cambiar esa percepción. Ahora hemos dado grandes conciertos allí, creo (risas). Pero en aquellos días también nosotros sabíamos que no éramos demasiado buenos en directo. Cuando salió Smash nos ofrecieron telonear a grandes bandas de estadios, y dijimos, ‘No, no estamos preparados’. También nos ofrecieron tocar en Saturday Night Live en 1994, y lo rechazamos porque sentíamos que no tocábamos lo suficientemente bien. Así que empezamos a revisar nuestro equipo, cómo tocábamos las canciones…. Yo tomé clases de canto, clases de guitarra, y salimos a tocar a clubs pequeños. Realmente tratamos de mejorar y convertirnos en una banda profesional. Sentíamos que éramos una banda amateur y queríamos ser una banda profesional. Con el éxito de Smash nos convertimos en profesionales antes de realmente sentirnos profesionales (risas). Nos llevó mucho tiempo sentirnos como tales, la verdad».

¿Cómo es ir a un profesor de guitarra y decirle, ‘He vendido 10 millones de discos, pero necesito que me enseñes a tocar bien’?
«(Risas) Creo que nunca eres demasiado mayor para aprender y mejorar en lo que haces. Eso lo aprendí de mi padre. Mi padre nunca dejó de estudiar. Era ingeniero en Boeing, trabajaba para la industria aeroespacial, y creo que también en cosas militares, pero siempre estaba yendo a la escuela. Cuando era joven no terminó la universidad. No obtuvo su licenciatura hasta que tuvo 65 o 66 años, algo así. Siempre estuvo aprendiendo y finalmente obtuvo su título. Y como te decía, Dexter es otro ejemplo de lo mismo. Volvió a la universidad y obtuvo su doctorado hace como cinco, seis años. No creo que nunca seas demasiado viejo para aprender cosas, sabes, y me da pena por la gente que piensa que sí».

Volviendo a Supercharged, trabajasteis de nuevo con Bob Rock. Además de ser un gran productor, ¿contratarle es solo una excusa para ir a su estudio en Hawái?
(Risas) Sí. Trabajar en Hawái es divertido, pero también es un poco complicado, no te creas, porque cuando estás ahí sientes que deberías estar de vacaciones, no trabajando. De hecho, creo que prefiero ir a Vancouver. Vancouver es una ciudad genial. Trabajas duro y luego sales a tomar algo y a cenar. Es como más normal (risas)”.

Comparado con otras bandas con las que Bob ha trabajado, supongo que sois de las menos disfuncionales. Para él debe ser fácil trabajar con The Offspring.
«(Risas) Puede ser. Nos han dicho mucho que nos llevamos mejor que la mayoría de las bandas. Creo que todos los productores con los que hemos trabajado nos lo han dicho».

Desde fuera parece que Dexter y tú tenéis un vínculo y una amistad muy fuerte. ¿Cuál es el secreto? ¿Estar siempre cerca o saber cuándo estar separados y, tal vez, ni llamaros durante tres meses?
«¿No es así como funciona toda relación, un matrimonio? (risas) Somos dos personas muy diferentes, pero creo que ambos somos lo suficientemente inteligentes como para reconocer las fortalezas y debilidades del otro, saber cuándo presionar y cuándo echarse atrás, como dices, darnos espacio. Siempre que hemos tenido discusiones, nunca se han salido de madre. Siempre hemos podido hablar de todo. Realmente ya somos como hermanos”.

Por cierto, ¿es culpa de Bob Rock que acabarais haciendo coros en el nuevo EP de Mötley Crüe?
«Sí. Sí, fue divertido. Fue un día divertido, solo ir y pasar el rato. Soy amigo de John 5, somos conocidos. Le he visto de vez en cuando y soy un gran fan de cómo toca. Así que eso también fue realmente divertido».

En los años 80, la escena punk y la del hard rock estaban completamente separadas. ¿Es más fácil interactuar con músicos de otras escenas a medida que te haces mayor?
«Absolutamente. Sí. Sabes, creo que es así en general. Cuando crecía, o te gustaba el rock o la música disco o el punk. El punk era punk. Ahora hay gente tocando techno, hardcore, y también hip hop, metal, gótico, emo y todas esas cosas, todo está mezclado, y creo que es genial. Mi hijo, que toca en una banda, escucha todo tipo de música diferente y creo que es realmente positivo. Se junta con fans de toda clase de música».

Foto: Daveed Benito

«Quiero que seamos los Rolling Stones del punk rock» NOODLES

Quería preguntarte sobre cómo se ha percibido la banda a lo largo de los años. Obviamente empezasteis en la escena punk, pero alcanzasteis un gran éxito y os acercasteis más al mainstream y ahora sois vistos más como una banda clásica. En este punto de vuestra carrera, ¿crees que tenéis más en común con una banda como Cheap Trick que con una banda punk joven?
«Bueno, me cuesta compararnos con Cheap Trick porque, para mí, son leyendas, pero me lo tomo como un cumplido. Pero es posible que haya bandas jóvenes que ahora nos vean así. Yo no me veo de esa manera. Aún me siento como una banda punk joven (risas). Pero más que con Cheap Trick, creo que estamos más alineados con Pennywise y NOFX, que son amigos nuestros».

Justo quería preguntarte por NOFX, quienes dieron su último concierto hace unas semanas. ¿Es algo que os habéis planteado? ¿Fijar una fecha y decir “esto es todo”?
«No, nunca. Estos días Dexter y yo estamos hablando sobre el futuro. Quizá nos tomemos un descanso de las giras después de 2026, o tal vez en algún momento de 2026. Literalmente estamos planeando girar hasta 2026 con este disco. Luego probablemente volveremos al estudio. Creo que después podríamos tomarnos un tiempo fuera de la carretera, pero en ningún caso pensamos en dejarlo».

¿Queréis ser la banda punk más longeva de la historia?
«Sí. Quiero que seamos los Rolling Stones del punk rock (risas)«.

A lo largo de los años, habéis explorado diferentes estilos musicales. Y este disco nuevo no es la excepción. Tenéis una canción más metalera, como ‘Going to Brazil’, un tema con un aire de rock de los 70 en ‘Get Some’, y algo más pop en otras canciones. ¿Cuándo eras un chaval, tuviste a alguien que te abriese a nueva música?
«De hecho, sí. Tenía un primo bastante mayor que vivió con nosotros un tiempo y creo que él fue el primero que me mostró el rock clásico. También tenía un vecino al que admiraba mucho y me descubrió mucho classic rock. Mi padre también tenía algo de rock en su colección, pero escuchaba más folk y grupos con armonías vocales tipo Simon & Garfunkel, Crosby, Stills & Nash, The Beach Boys. Así que me encantaba todo eso, y fue cuando aprendí a amar la música realmente. Y además, mi padre siempre estaba poniendo música clásica en casa, que también me encantaba. Pero luego, cuando descubrí el punk rock, todo cambió. Supe que no era la música de mi padre. No era la música de mi primo ni la de mis vecinos. Era… ‘¿Qué es esto? ¡Quiero más!’ (risas), Y te diré que todo fue culpa de dos discos: uno era Never Mind the Bollocks de los Sex Pistols, y el otro era un EP de vinilo blanco de una banda de Los Ángeles llamada The Dickies, que realmente tenían un sentido del humor muy divertido, y todavía lo tienen. Esos fueron los dos discos que me engancharon, y después descubrí a Ramones, T.S.O.L… Generalmente descubría a los grupos por el boca-oreja y luego por fanzines. Había un fanzine local llamado Flipside que fue esencial. Hacía reportajes de la escena, así que sabías a qué clubes ir para ver a las bandas. Aunque muchos clubes en Orange County, los cerraban si tocaban bandas punk”.

Se dice que había mucha violencia.
«Sí, podía ser violento. Había varias pandilla punks y todas las pandillas de skinheads, y si te cruzabas con la persona equivocada en el pogo, podía ponerse realmente feo. Normalmente las pandillas estaban en los rincones de la sala y sabías dónde no debías ir. Sí, era algo intimidante en ese momento».

Escuchando cómo describes esa escena, cuesta creer que de ahí pudiera salir una banda de tanto éxito como The Offspring.
«Cuando Smash lo petó, no podíamos creerlo. Y todavía me sorprende hoy, 30 años después, que pueda viajar por el mundo y que haya tanta a la que le gusta nuestra música. Simplemente me asombra».

Hubo bastante polémica cuando dejasteis Epitaph y firmasteis con Columbia, algunos os llamaron vendidos. ¿Crees que ese término era ridículo o tenía algo de verdad?
«Recibimos muchas más críticas cuando aún estábamos en Epitaph y vendimos un millón de discos que cuando dejamos Epitaph. Fue un momento difícil, parecía un divorcio. Sentíamos que ser una banda independiente era importante. Por eso no dimos el salto a una multi de inmediato. Podríamos haberlo hecho, la mayoría de las bandas, una vez que empiezan a tener éxito, dejan su sello independiente y se unen a una gran discográfica, pero nosotros nos quedamos con Epitaph y realmente queríamos que funcionara. Lamentablemente, no fue así. Pero seguimos muy unidos a esa escena. Todas esas bandas siguen siendo amigas nuestras: Rancid, NoFX, Pennywise. Seguimos muy unidos con todos ellos. Les queremos y apoyamos en lo que hacen. Pero, sí, una vez que fichamos con Columbia, ya nos habían lanzado toda la mierda posible”.

Y respecto a los fans, ¿sientes que son más comprensivos con el hecho de que las bandas hagan lo que sea para sobrevivir?
«Sí, bueno, creo que internet lo ha cambiado todo. Muchos sellos discográficos ya no existen. Estar en una gran discográfica o una independiente significa algo diferente hoy en día. Si eres un listo, puedes hacer música en tu ordenador por la mañana, subirla por la tarde, o grabar un vídeo, subirlo esa noche, y si llega a las personas adecuadas, puede hacerse viral, y no necesitas una gran discográfica para que te escuchen. Antes había unos prescriptores que decidían quien triunfaba y quién no, ahora es todo mucho más anárquico».

JORDI MEYA