Para su quinto álbum, Airbourne decidieron viajar hasta Nashville para impregnarse del ambiente musical de la ciudad. Pero tranquilos: Boneshaker no es el disco country de los australianos, sino otro ejercicio de puro rock’n’roll.

Si de algo puedes estar seguro en esta vida es que si entrevistas a un miembro de Airbourne, la palabra ‘rock’ saldrá de su boca un puñado de veces. Desde su formación en 2003, el cuarteto de la pequeña ciudad de Warrnambool, en el sudeste de Australia, ha tenido entre ceja y ceja mantener viva la llama de un estilo que tiene en sus compatriotas AC/DC uno de sus máximos representantes. Y nadie podrá negarles que, con sus cuatro discos publicados hasta la fecha y sus electrizantes conciertos, lo han conseguido. Y piensan seguir haciéndolo.

Por eso, la pasada primavera Joel O’Keeffe (voz, guitarra), Matt Harrison (guitarra), Justin Street (bajo) y Ryan O’Keeffe (batería) se trasladaron a Nashville para encontrarse con el productor Dave Cobb. El seis veces ganador de un Grammy conocido por sus trabajos con Chris Stapleton o Brandi Carlile en el histórico RCA Studio A (allí grabó Dolly Parton sus famosas ‘Jolene’ y ‘I Will Always Love You’ en un mismo día) les esperaba con una idea muy sencilla: grabar al grupo como si estuvieran dando un concierto.

Quizá por eso Boneshaker (Spinefarm) tiene más frescura que su anterior trabajo y anticipa que sus próximos conciertos por aquí – actuarán el 22 de octubre en la sala Santana 27 de Bilbao, el 24 en París15 de Málaga, el 25 en La Riviera de Madrid y el 26 en Razzmatazz de Barcelona- serán toda una fiesta. Su frontman Joel O’Keeffe también nos lo asegura cuando nos atiende desde un taxi mientras cruzaba Londres en una ajetreada, y resacosa, jornada de promoción.

En unas semanas vais a estar de nuevo en España, y de hecho el día que sale Boneshaker estaréis tocando en Madrid. ¿Vais a tocar muchos temas nuevos o creéis que es demasiado pronto?
JOEL  O’KEEFFE
“Sí tocaremos unos cuantos temas nuevos junto a todos los que la gente espera. ¡Lo pasaremos muy bien!”.

Vuestros conciertos son muy físicos, sobre todo en tu caso. ¿Haces algún tipo de entrenamiento especial antes de empezar una gira?
“Oh, desde luego. Salgo a correr con mi perro cada día. Es un perro de tres años, así que tiene mucha energía (risas). Es la mejor preparación (risas)”.

¿Y te sigues corriendo tantas fiestas como antes o te has tranquilizado un poco?
(Risas) No, la fiesta nunca para. Ayer estuve despierto hasta las seis de la mañana. Estuvimos en mi habitación escuchando música y bebiendo. Pero el plan para hoy ha seguido adelante como si nada hubiera pasado (risas)”.

¿Qué idea teníais antes de empezar a grabar Boneshaker?
“La idea para este álbum era volver a las raíces tanto como pudiéramos. Pensamos en cómo haríamos un disco si no se hubiese inventado nada después de 1978, en cómo lo haríamos si no existiesen ordenadores ni programas. Queríamos grabar en cinta y capturar las mejores interpretaciones posibles”.

En el disco anterior trabajasteis con Bob Marlette, que es un productor que busca un sonido más pulido y moderno. ¿Te arrepientes?
“Bueno, su estilo de producción es muy distinto al de Dave (Cobb). No sé si me arrepiento, pero desde luego disfruté más grabando de manera más espontánea. En este trabajo hemos dejado algunos errores porque le daban rollo a la canción, mientras que antes quizá nos hubiesen empujado a dejarlo todo perfecto. Al final se trata de capturar las mejores interpretaciones posibles y Dave era el hombre ideal para eso”.

Al parecer, os presentasteis al estudio sin ni siquiera tener las canciones compuestas.
“Así es. Sí, cada día íbamos al estudio a las dos de la tarde, empezábamos a tocar un riff o a probar un amplificador improvisando algo y Dave nos decía ‘vamos a probar eso’. Así que nos poníamos todos en círculo y empezábamos a tocar. Así es como salieron las canciones”.

¿Y qué pasaba si no estabais inspirados?
“La verdad es que sólo por estar en esa sala, en ese edificio, ya te sentías inspirado. En los pasillos había fotos de Johnny Cash, de Elvis Presley, de Roy Orbison, era muy inspirador. Y sólo por cómo sonaba aquello cuando te enchufabas al amplificador ya te venías arriba. ¡Estábamos ahí para rockear!”.

Dave Cobb suele trabajar con artistas más cercanos al country. ¿Estaba familiarizado con la música de Airbourne?
“Sabía quiénes éramos y el rollo que llevábamos. Hablamos por teléfono sobre los grupos que nos gustaban y cómo enfoca sus grabaciones. El tipo creció aprendiendo los mismos riffs de AC/DC y Led Zeppelin que nosotros. Se moría de ganas de hacer un disco de rock’n’roll, y nosotros queríamos hacer justo eso. Ni siquiera nos pidió demos ni nada, nos dijo ‘venid para aquí y vamos a hacerlo’”.

Más allá del estudio, ¿os influenció estar en Nashville?
“Es una ciudad muy musical. Toda la ciudad está construida sobre la música. Es el ambiente perfecto para grabar un disco como éste”.

¿Cómo sobrevive una banda de rock old school como Airbourne en el mundo moderno?
(Risas) Ésa es una buena pregunta. Creo que el secreto es centrarte en lo que te gusta, en lo que te hace feliz, que es el rock’n’roll. Si te diviertes tocando tus canciones, es muy posible que haya gente que también lo haga. Cuando éramos niños, Ryan y yo soñábamos con ser la mejor banda de rock del mundo y tocar por todo el mundo. Nunca pensamos en otra opción”.

Después de tantos años, ¿qué relación tienes con la industria?
“Para nosotros lo único que importa es el rock’n’roll. Hace diez años, cuando estábamos en Capitol Records, su director intentó cambiar nuestro sonido, nos dijo que quizá deberíamos cortarnos el pelo, pero dijimos que no. Por suerte ahora estamos en un sello que le gustamos tal como somos”.

¿Os sentís como una especie en peligro de extinción?
“No, hay bandas jóvenes de rock que lo hacen muy bien. Creo que las cosas no han cambiado demasiado desde que empezamos”.

Una que ha conseguido un éxito inesperado es Greta Van Fleet. ¿Te gustan?
“Sí, son una buena banda. Son una banda enorme. Son la banda más grande del circuito”.

Igual que a ellos se les acusa de copiar a Led Zeppelin, a vosotros se os acusa de copiar a AC/DC. ¿Te sientes identificado?
“Sí, nosotros pasamos por lo mismo. Pero no parece que las críticas les hayan supuesto ningún problema”.

Como a vosotros…
“Exacto. Seguimos siendo un grupo de verdad, estamos muy unidos. Cada vez es más difícil ser una banda de rock, no hay atajos, pero si te mantienes firme y no te comprometes al final tienes tu recompensa”.

JORDI MEYA