¡Hola amigos! El futuro ya está aquí, o al menos, lo parece tras los últimos acontecimientos. ¿Recordáis cuando la princesa Leia enviaba un mensaje desesperado a Obi-Wan Kenobi pidiendo su ayuda? Estoy segura de que sí. ¿O cuando Sharon Stone recibía clases privadas de tenis en su apartamento en Desafío Total? Quizás esto es demasiado serie B ya…
A mí me alucinaban los hologramas, que estuvieron muy presentes en las pelis de ciencia ficción a lo largo de mi infancia y adolescencia. Han pasado unos cuantos años, y la ficción se ha convertido en realidad. No hay coches voladores todavía, es cierto, pero los hologramas nos están invadiendo de forma silenciosa. Si no recuerdo mal, así, para las grandes masas, la primera demostración se hizo en Coachella sacando de la tumba al rapero Tupac. Recuerdo que una mezcla de fascinación y horror se gestó en mi interior.
Muchos rumores se han escuchado acerca de futuros shows con Elvis o Michael Jackson, e incluso en el metal recientemente se ha experimentado con Dio, pero el último anuncio de Abba me ha dejado boquiabierta. Los suecos han salido de sus madrigueras para hacerse LA FOTO y han anunciado un single después de mil años de inactividad, seguido por un tour a cargo de sus avatares setenteros. La denominación ‘avatar’ es mucho más actual, pero no dejan de ser putos hologramas.
Me pregunto si esto tiene futuro y, a nivel económico, si es beneficioso. En realidad es un pensamiento retórico, porque sí va a tener éxito, incluso con Abba, que cuentan con bandas tributo e incluso un musical. Mucha gente con poco criterio paga por cualquier cosa, y si la fórmula funciona, aún se puede joder más lo que queda de industria musical. Y si no, al tiempo.