Desde que Abbath abandonara Immortal para arrancar su carrera en solitario, le he visto cuatro o cinco veces sobre un escenario. Durante estas ocasiones nos movimos entre el suspenso total y lo mínimamente aceptable, siendo la del Brutal Assault la única destacable.
En su momento, su disco de debut lo abrazamos con estima por pura necesidad, pero no es menos cierto que, escucha tras escucha, ha ido perdiendo fuelle ante nuestros oídos. Ante un panorama tan desolador, sólo faltaba que Demonaz y Horgh publicaran un pedazo de álbum como Northern Chaos Gods… En mi opinión, la cara más reconocible del black necesitaba redimirse, era casi un imperativo que pudiera demostrar que tanta caricatura de sí mismo podía quedar atrás publicando una gran segunda obra, pero salta a la vista que no ha sido así.
El vulgar Outstrider certifica que la llama y el talento del músico escandinavo siguen durmiendo la mona en algún lugar de Bergen. ‘Calm In Ire (Of Hurricane)’ no puede ser más facilona, pero en cambio, ‘Bridge Of Spasms’ aporta suficientes alicientes como para llamar nuestra atención. Y ésta será la tónica general del álbum: una de cal y otra de arena.
A cualquier corte interesante, como podría ser el homónimo, luego le sucederá otro que se lo podrías escuchar a tus compañeros de local. Además, no puedo imaginar un sonido más endeble e impropio para el género maldito que el que presenta este trabajo. ¿Tres años para entregar estos 38 minutos, con innecesaria versión de Bathory inclusive? Con el increíble black y war que se factura actualmente, esto está para darle dos o tres vueltas, y ya.
PAU NAVARRA