Adrift vuelven más retorcidos que nunca. Esta es la conclusión tras haber quemado como se merece Dry Soil, continuación, tras más de un lustro, del magnífico Pure (2019).
En los madrileños, la concepción del tiempo es relativa. Sus ciclos pasan por coordinar agendas y coincidir para parir obras absorbentes y adictivas para quienes buscan en la música un desafío antes que una recompensa inmediata. Si siempre nos han ofrecido un sonido contundente y abrasivo, en esta ocasión te golpean de frente con unas guitarras absolutamente aplastantes, una voz de influencia blackie cercana a la angustia y una base rítmica infalible que enmarcan un viaje sobre “los límites a los que se ven empujados los aspectos más básicos de la humanidad, sobre cómo lidiamos con los conflictos y contradicciones a los que nos enfrentamos a diario”. Aunque sea complicado entender las letras, el sentimiento llega.
Dry Soil acude a la cita de 2025 con seis monolitos que conforman un bloque sólido e inexpugnable que funciona como ariete existencial de las murallas de la desesperación. Jorge (voz y guitarra), David (guitarra), Daniel (bajo) y Jaime (batería) han decidido que el bulldozer sonoro que pilotan te pase por encima de la mano de Santi García que vuelve a repetir en los mandos de Ultramarinos Costa Brava
La banda consigue captar tu atención durante todo el minutaje del disco, que en los tiempos del streaming y la inmediatez no es el pan nuestro de cada día. Un trayecto sónico denso y complejo, a ratos adentrándose en la psicodelia (la influencia de Oransi Pazuzu llegó para quedarse) en el que te pierdes en los detalles y su profundidad. ‘Overload’ te inicia en un viaje con cadencia tranquila de final explosivo. Te agreden a base de riffs alambicados de guitarra como en ‘Edge’, te sumergen en rituales chamánicos en ‘Restart’ o te llevan de vivir una experiencia cinemática con la final ‘Bonfire’, una pieza de orfebrería post metálica absorbente de 9 minutos de gloria.
Un trabajo mayúsculo, que pone un ladrillo más en una de las carreras más sólidas del post metal, no sólo peninsular, sino internacional. Hay pocas bandas tan fiables, contundentes y solventes como Adrift. Es un hecho indiscutible y Dry Soil es la muestra fehaciente de ello.
JOAN CALDERON