Si eres de los que echabas de menos a Catorce, estás de enhorabuena. Dos de sus miembros, Jaime Ladrón de Guevara y Luis Manuel Terán, están de vuelta junto a Fran García (Smokers Die Young, Salvaje Lola) conformando Kaiosama. Un nuevo grupo con el que tratan de reconectar con la música al tiempo que corrigen los errores cometidos en el pasado.

Fue en agosto de 2019 cuando todos recibimos sorprendidos el anuncio de la separación de Catorce. Con su último trabajo, Arcadia, el combo sevillano estaba al fin recogiendo lo sembrado durante más de una década actividad, recibiendo elogios por parte de prensa y público e incluso participando en citas masivas como el Resurrection o el Download Festival. Por desgracia, Jaime Ladrón de Guevara, cantante y guitarrista del grupo, se vio obligado a frenar en seco a causa de una depresión, suponiendo el punto y final del trío hispalense.

Mientras sus compañeros José Miguel Ocón y Luis Ruiz emprendieron una nueva aventura bajo el nombre de Hoy Es Siempre Todavía, Jaime permaneció alejado del mundo de la música durante una temporada. Poco a poco fue asomando la cabeza, ni aunque fuera de forma secundaria. Su incorporación temporal como guitarrista de Viva Belgrado durante la gira de Bellavista, o la colaboración que realizó con Le Mur en su álbum Caelum Invictus, hizo que muchos siguiéramos esperando nuevas canciones por su parte.

Han tenido que pasar cinco años para que Jaime volviera a armarse de valor y, junto a Luis Manuel Terán (a quién ya conocía de su paso por Catorce y De La Cuna A La Tumba) y Fran García (anteriormente bajista en Smokers Die Young y Salvaje Lola), iniciar un nuevo proyecto. Como ellos mismos se encargan de remarcar a lo largo de la entrevista que leeréis a continuación, Kaiosama nace de la necesidad de seguir creando música, pero priorizando por encima de todo su propia salud mental. Un tema que está muy presente en Una Columna De Humo, su álbum de debut recién sacado del horno. De todo el largo proceso de reconstrucción vivido durante este tiempo hablamos largo y tendido con sus tres protagonistas.

Me gustaría empezar haciendo un poco de retrospectiva desde los últimos meses de Catorce hasta el momento actual. En 2019 apareció vuestro tercer disco, Arcadia, con el que parecía que poco a poco empezabais a recibir todo ese reconocimiento que os había resultado esquivo hasta entonces. ¿Cómo lo viviste a nivel interno?
JAIME LADRÓN DE GUEVARA “Es complicado darte una respuesta certera. Es verdad que cuando salió Arcadia las cosas empezaron a salir muy bien. Lo notábamos y nos dábamos cuenta, pero quizás en lo que no cae tanta gente es que en 2019 Catorce ya éramos una banda que llevaba 12 años. Fue mucho tiempo tirando del carro buscando algo que nunca terminaba de llegar. Y cuando llega, tienes la sensación de que lo ha hecho un poco tarde. A eso le tienes que sumar, y soy bastante claro con esto, que la música es un camino, ya no difícil, si no que te destroza si no estás concienciado de a dónde quieres ir. Si no tienes otras cosas que llenen tu vida, puede ser peligroso. Y personalmente eso fue lo que me pasó”.

En agosto de ese mismo año anunciasteis repentinamente la separación del grupo. Muy pocos lo sabían por aquel entonces, pero estabas atravesando una depresión.
JAIME “Llegué a un punto en el que me di cuenta de que no tenía nada más que el grupo. Y claro, siendo una formación del nivel al que nos movíamos, daba para lo que daba. Los últimos meses de vida de Catorce los recuerdo como una mezcla de ver que estaba empezando a funcionar, pero por otro lado… Siempre cuento lo mismo porque me parece un ejemplo muy clarificador; yo me subí a tocar al escenario del Resurrection Fest, había mucha gente viéndonos, y al tercer tema me quería ir a casa. Tocar en un festival como ese es una meta para muchas bandas y para nosotros también lo era. Llevábamos años queriendo formar parte del cartel. Pero la situación era esa. La depresión no avisa y en mi caso me vi forzado a parar la maquinaria. Me ha llevado cinco años sentirme con la fuerza suficiente para darme otra oportunidad con una nueva perspectiva”.

«El 90% de las conversaciones que tenemos cuando estamos los tres juntos son sobre cine, literatura… La música es casi de lo último que hablamos” JAIME LADRÓN DE GUEVARA

Intuyo que el momento de comunicarles a José Miguel Ocón y a Luis Ruiz que necesitabas bajarte del barco no debió ser sencillo. ¿Cómo se lo tomaron?
JAIME “Para ellos fue una sorpresa, claro, pero no es algo que eliges. Simplemente necesitaba curarme y no era una cuestión de decirles “chicos, dentro de dos meses nos vemos otra vez”. No sabía cuando iba a poder volver y a la vista está que hasta ahora no he sentido la necesidad de hacerlo. También, como te decía, hay un factor importante y es que yo monté Catorce con 17 años. Era un bagaje muy largo. Creo que necesitaba experimentar otras cosas y descubrir nuevos intereses durante un tiempo. Kaiosama nace de la necesidad de hacer música. Sin más. No estamos pensando en los mismos términos que entonces. Entiendo que para la gente externa que seguía a Catorce, o incluso personas con las que convivía, pudo suponer una sorpresa, pero en lo personal era lo que necesitaba”.

Sé que es una cuestión bastante compleja, pero ¿cuánto tiempo te llevó poder decir “estoy bien”?
JAIME “No sabría decírtelo con exactitud. En algunos aspectos te podría decir que pasado un año ya estaba mejor, pero por otra parte todavía me sigo preguntando si de verdad lo estoy. Sí que es verdad que hubo tres momentos que fueron claves para que pudiera regresar a la música con ganas y decisión. Uno fue reencontrarme con Luisma en estos términos, cosa que también nos llevó un par de años. Había ciertas partes de nuestra relación como amigos que eran más importantes. Luego, evidentemente, que me llamaran de Viva Belgrado. De un día para otro pase de estar en mi casa, sin tocar desde hacía 3 años, a estar girando con ellos. Es verdad que fue una situación extraña porque nos pilló justo saliendo de la pandemia y los primeros conciertos fueron un poco raros. Pero incluso eso me vino mejor para no sentir esa ansiedad de estar en una sala petada de 500 personas. Y la tercera fue cuando Le Mur me pidieron hacer una colaboración en su disco. Fue la primera vez que volvía a prestar mi voz para algo. Esos tres momentos fueron los catalizadores para empezar a volver a hacer esto bien. Aprovecho para darles las gracias tanto a Luisma, los chicos de Viva y Le Mur, especialmente a Elsa, por querer contar conmigo en un momento en el que no estaba seguro de nada”.

Como decías, pasado un tiempo en el que estás casi desaparecido de los focos, en 2021 vuelves durante una temporada como guitarrista de directo de Viva Belgrado para la gira de presentación de Bellavista. ¿En aquel momento ya tenías la intención de armar un nuevo proyecto o fue su llamada lo que te reactivó?
JAIME “Curiosamente coincide todo un poco. Ya estaba macerando la idea de montar algo con un par de colegas, simplemente por probar. Necesitaba volver a tener la sensación de meterme en un local. Justo me llamó Cándido y me comentó que necesitaban sustituir a Pedro (Ruiz, guitarrista original de Viva Belgrado – ndr.). En principio iban a ser unos cinco conciertos. Al final estuve año y medio yendo y volviendo de Córdoba. Esa época fue increíble, no la cambio por nada. De hecho, a día de hoy cuando mi tocayo Jaime (Acosta, actual guitarrista de Viva Belgrado – ndr.), por la circunstancia que sea no puede, saben que pueden contar conmigo siempre que lo necesiten. Incluso ya he dado un par de conciertos durante la gira de Cancionero De Los Cielos. Son mi familia y parte de mi vida musical”.

¿Y cómo viviste esos conciertos? Porque debe ser muy diferente salir como músico de apoyo a tener que hacerlo con tu propio grupo.
JAIME “Como te comentaba antes, los primeros bolos fueron un tanto extraños porque era la época en la que aún había restricciones, el público tenía que estar sentado… Recuerdo que tocamos en la edición pandémica que hizo el Resu y fue súper raro. Pero más allá de eso, fue toda una experiencia. No hubo ningún tipo de anuncio ni nada. Simplemente yo me presentaba allí y veía las caras de la gente pensando, “¿y este tío quién es?” (risas). Había quién me reconocía y me preguntaba que hacía allí. Para mi fue gracioso. Al no tener que encontrarme de sopetón en una salla llena tampoco me resultó nada dramático, sino que fue de manera escalonada. La verdad que para la ansiedad me vino estupendo (risas)”.

¿Llegaron a proponerte que te quedaras con ellos?
JAIME “No, porque date cuenta que la incorporación de Jaime no ha sido oficial hasta que han sacado el nuevo disco. No fue algo que se planteara o en lo que yo pensara. Estaba ahí tocando con ellos y ya está. Lo que ocurre es que me llamaron para un trabajo y ya no me resultaba tan compatible. Pero no es algo a lo que dedique tiempo a pensar porque es una experiencia de la que ya me siento satisfecho solo por haberla vivido”.

Decías que antes de Kaiosama hubo la intención de montar algo nuevo. En su momento me comentaste que teníais fechas reservadas para grabar en los Ovni Estudios de Pablo Martínez (ex-Desakato -ndr.). Si no me equivoco esto era para finales de 2021, pero finalmente anulasteis las sesiones.
JAIME “Aquello fue un primer intento de probar a meterme de nuevo en un local, componer canciones otras vez, tocar con gente distinta… Iba guay porque además Pablo y Jorge, los dos colegas con los que intenté montar ese grupo, son personas increíbles. Les agradezco muchísimo los meses que pasamos juntos, pero el tema es que aún no me sentía preparado. Es más, al coincidir con lo de Viva Belgrado, me encontré en una situación en la que no podía gestionarlo todo. Tuve que cancelar la grabación que teníamos en Ovni. Hablé con Pablo y le comenté que no sentía que fuera el momento para mí. Ahí se quedó, pero había que intentarlo”.

Cuando retomas otra vez la idea de armar una nueva banda en 2022, tiras de nombres familiares y amigos. El primero de ellos es Luis Manuel Terán para la batería, que ya había estado contigo en Catorce y De La Cuna A La Tumba.
LUIS MANUEL TERÁN “Como decía Jaime antes, ya llevábamos un par de años hablando. Lo que ocurre es que todavía nos costaba dar el paso de volver a convivir dentro de un local de ensayo y componer juntos porque aún teníamos mucho acumulado de lo vivido en Catorce y De La Cuna A La Tumba. Había mucha tensión. De hecho, los primeros años que nos reencontramos, estuvimos hablando mucho para sanar esa parte. A mi me costó muchísimo arreglarme. Abandoné la música, dejé las redes sociales, me fui a trabajar al extranjero… Esa etapa me vino muy bien porque, al estar tan volcado en los grupos, es como si dejaras tu vida de lado. Intentas mantener un equilibrio entre tu vida laboral y la música, pero inconscientemente le das prioridad a lo que de verdad te gusta, y entonces no avanzas. En la etapa final de Catorce me vi en Sevilla perdiendo mi casa, solo… un puto desastre. Lo tuve que dejar todo, me fui al extranjero y me compré una casa. Así que los cinco años que pasé sin música los enfoqué en mi, en sanarme y reconstruir la vida que había dejado de lado. Los primeros años de reencontrarme con Jaime estuvieron orientados a curar esa parte, a arreglar los problemas que tuvimos en los anteriores proyectos y aprender a reorientarnos para ser la mejor versión musical de nosotros mismos. Fue complicado para los dos”.

De hecho, lo último que supe de ti, Luisma, es que dejaste Catorce justo antes de entrar a grabar Arcadia.
LUISMA “El proceso final de la composición de Arcadia, junto con el drama que estábamos viviendo en De La Cuna A La Tumba, fue muy duro. Me sentía responsable de la convivencia de las dos bandas porque yo empecé con Jaime las primeras bases que se hicieron para De La Cuna y luego también entré a formar parte de Catorce, aunque ya había estado por ahí durante los primeros años. Y quise arropar todo aquello porque quería que ambos proyectos funcionaran. La parte final fue muy complicada porque fluctuaban los intereses de dos entes distintos. Por un lado, Catorce llevaba muchísimo tiempo en funcionamiento, y por otro, De La Cuna A La Tumba empezaba a comernos terreno en cuanto a la percepción que teníamos de la otra banda”.
JAIME “El tema es que estábamos en dos grupos que estaban empezando a funcionar y eso es muy difícil de compatibilizar. Lo quieras o no, era un caso raro. Cuando hablo de esto con gente que me pregunta al respecto, les explico que es como sentir que tú mismo eres tu propia competencia. Se juntaron muchísimas cosas, pero creo que la mayor de todas fue la cantidad de años que llevábamos intentándolo. Es algo en lo que no se hace mucho hincapié, pero es crucial. Normalmente cuando te pasas tanto tiempo haciendo esto, piensas que cuando llegue tu momento lo vas a recibir como si fuera lo máximo, aunque en nuestro caso tampoco fue gran cosa, pero bueno… Habíamos pasado por muchas situaciones de vernos pensando “¿pero qué hacemos aquí?”. Al final fue una mezcla explosiva de querer hacer cosas pero al mismo tiempo estábamos supeditados a ciertas inseguridades. Para explicarte todo esto necesitaríamos otra entrevista entera analizando cada punto”.

Lo dejaremos para otro momento mejor. Pasando a hablar de la grabación, para el bajo contasteis con Ángel Madueño de Viva Belgrado. ¿Recurristeis a él porque era la persona que teníais más a mano?
JAIME “Haber contado con Ángel es una de las partes que más me llena de todo este proceso. Es de mis mejores amigos y un pilar en mi vida ahora mismo. Él sabía que Luisma y yo estábamos empezando un proyecto nuevo cuando apenas teníamos tres canciones. Un día que íbamos a dar un concierto con Viva Belgrado en Córdoba, estábamos sentados en un bar antes de salir a tocar y me soltó que si hacía falta que nos grababa los bajos. Así que terminamos de componer el disco con la idea de que Ángel iba a grabarlo. Evidentemente, éramos conscientes que, debido tanto a la situación en la que están Viva Belgrado ahora mismo como a su trabajo, no íbamos a poder contar con él como miembro fijo. Fue gracias a Edu de Ella La Rabia quien nos recomendó que contactáramos con Fran. Ya le conocíamos porque De La Cuna A La Tumba tocamos alguna vez con Smokers Die Young hace un montón de años. Eso sí, desde que le escribimos hasta que pudimos hacer un primer ensayo los tres juntos pasó casi un año. Estuvimos muy centrados componiendo y preparando la grabación”.

Fran, tu ya venías de tocar en dos bandas prometedoras como Smokers Die Young y Salvaje Lola, pero ambas terminaron quedándose a medio camino de lo que podrían haber dado de sí. ¿Cómo te asaltaron para entrar a formar parte de la banda?
FRAN GARCÍA “Después de Smokers, formé Salvaje Lola con Guillermo Alvah, un músico de Cádiz al que conozco desde hace un montón. No era exactamente el estilo al que estoy acostumbrado, pero soy un adicto a tocar en directo, así que me apunto a cualquier aventura. También entró Adri (Cherbuy, anteriormente batería de Smokers Die Young – ndr.), que es mi hermano dentro y fuera de la música. Fue una experiencia muy chula a nivel creativo y de explorar otros mundos a los que estaba acostumbrado. Por aquella época Jaime y Luisma ya me escribieron por privado y me enseñaron algunos experimentos que estaban haciendo en el local. Por mi parte estaba encantado, lo que pasa es que yo vivo en Cádiz y ellos en Sevilla, mi curro me demanda mucho… Pero les dije que si éramos capaces de cuadrarlo, podían contar conmigo. En realidad, Kaiosama es el tipo de música que a mi me gusta tocar. Pasó el tiempo y Salvaje Lola se acabó un poco por las mismas circunstancias que han comentado ellos. Al final todos los grupos pasan por la misma historia de siempre. No soy un tío muy místico que crea en el destino y esas cosas, pero al final he ido empalmando un proyecto tras otro. Cuando las cosas vienen así de seguidas, las cojo sin pensar. Los temas me encantaron, aparte que ya me gustaba lo que hacían anteriormente. Soy fan de ellos. Todos escuchamos música nueva, pero cuando das con algo mucho más profundo, hay un componente que te engancha. Hay un punto de artesanía que es complicado de encontrar y creo que este proyecto lo tiene”.

¿Musicalmente teníais clara la dirección que queríais tomar? ¿Se salvaron algunas canciones que venían de tu anterior intento, Jaime?
JAIME “No, fue un inicio desde cero. Recuerdo el primer día que ensayamos, mientras iba con Luisma al local, la conversación era “¿pero qué vamos a hacer?”. No sabíamos ni por que estilo tirar, simplemente era encender el ampli, coger las baquetas y ver que pasaba. Y ya desde el primer segundo aquello empezó a sonar a algo parecido a lo que habíamos hecho antes, obviamente. Los bases de Arcadia y los temas de De La Cuna A La Tumba los hacíamos los dos en el local antes de que llegaran los demás. Era inevitable que nos saliera así, aunque no lo supiéramos. Fue comenzar a tocar y saber al instante por dónde queríamos dirigirnos. También es verdad que por mucho que durante estos cinco años no haya estado haciendo música, sí que me he preocupado por tocar en casa. Creo que ahí empecé a entender mejor ciertos lenguajes musicales que antes no podía ni siquiera contemplar. Lo intentaba pero no llegaba. En Kaiosama nos hemos visto lo suficientemente maduros como para poder acometerlos. Desde el principio vimos claro que no teníamos por qué cambiar de estilo como hacen algunas bandas que vuelven después de haber estado en otros sitios y cambian de rollo. Cogimos lo que sabemos hacer e intentamos elaborarlo más. Hacerlo más nuestro, más personal. No sé si lo habremos conseguido, pero yo creo que sí (risas)”.
LUISMA “El enfoque que le dimos fue el querer encontrar esa música que no conseguíamos escuchar en ningún otro lado y que nos permitiera superarnos como músicos. El equilibrio de las composiciones ya era un reto en sí. Hay una mezcla entre lenguaje rítmico y melódico. La capacidad para crear todo eso in situ es un proceso de años. Tiene que haber una química especial entre los músicos para crear una música tan compleja. La suerte que tenemos es que Jaime y yo nos conocemos musicalmente desde 2008. Al apostar por nuevas bases rítmicas y melódicas, nos costó relativamente poco trabajo. Sí que es verdad que, dentro de los pequeños secretos que tenemos, es que dentro de cada canción generábamos 20 ideas y quizás eliminamos las que más nos recodaban a proyectos anteriores. No queríamos ser continuistas con lo que habíamos creado. Queríamos renovarnos y lanzar un mensaje nos retiramos hace cinco años, pero hemos vuelto con un nuevo enfoque. Hemos sido capaces de reconstruirnos y de crear un ente nuevo, lo cual es muy complicado teniendo en cuenta la cantidad de horas que hemos echado. Entre Catorce, De La Cuna A La Tumba, Astronomist, un grupo instrumental que tuvimos, e incluso las que no se llegaron a grabar, Jaime y yo habremos escrito 100 canciones. Esto lo he comentado muchas veces con él; Yo no tenía ninguna intención de volver a hacer música, y si lo hacía para seguir la corriente con la que yo me siento más identificado, la única persona con la que podía contar era Jaime. Por la comunicación, la fluidez, la capacidad para adaptarnos y llevar una canción por cualquier lado… El nudo que se forma y la energía que se crea y nos lleva hasta el final de un tema sin saber cómo, es algo único. Me parece el pilar por el que los dos supimos que teníamos que dejar el pasado atrás. Era mucho más importante perdonarnos y empezar desde cero”.

Mi impresión es que, siendo cierto que puede recodar a Catorce, es verdad que hay un elemento mayor de agresividad e incluso a nivel técnico que requiere de mucha intensidad.
LUISMA “Otro factor importante a la hora de componer a ese nivel de exigencia es que quedamos los sábados por la mañana, llegamos al local descansados y hasta una semana después no volvemos. Eso hace que cada día empecemos con las pilas cargadas al 100%, porque cuando llega la hora de trabajar el setlist completo es cuando te das cuenta de que lo que hemos escrito requiere de un nivel de energía bastante alto. Los ensayos que estamos haciendo ahora son prácticamente clases de spinning. Yo me llevo ropa para cambiarme cuando terminamos (risas). Si quedáramos para ensayar los domingos por la mañana entonces estaríamos tocando jazz (risas)”.

Vuestro debut, Una Columna De Humo, lo habéis registrado en Green Cross Studio con Jesús Gómez “Trikel”.
JAIME “La grabación fue un cúmulo de situaciones que se fueron dando. Aquí tenemos que mencionar a nuestro amigo Fran Corpas de Málaga. Fue él quien desde el primer momento nos recomendó el estudio que tiene allí junto a Trikel. Fuimos para allá sin ni siquiera conocerlo. Fue un salto de fé confiando ciegamente en Fran. Y desde el día uno fue una gozada porque Trikel, aparte de que tiene una cualidad increíble para su trabajo, nos supo tratar muy bien. Luisma y yo somos dos tipos complicados porque aparte de ser muy perfeccionistas, tienes que sumar las experiencias por las que hemos pasado que nos hacen arrastrar ciertos temores y dudas. Él estuvo recordándonos constantemente que teníamos un discazo entre manos y que no teníamos que pararnos a pensar en paranoias que no eran reales. Sí que hubo momentos duros y otros más plácidos, pero como en cualquier grabación”.
LUISMA “Hay que destacar que Trikel corona el disco. En ‘Seele’, el tema que cierra, las segundas voces son suyas”.
JAIME “Antes tocaba el bajo y cantaba en una banda llamada Oh Trikelians!. Tiene una vez increíble. Cuando escuchó la demo de ‘Seele’ nos preguntó si podía meter voces y quedó estupendo. Ha sido una experiencia tremenda y desde entonces Trikel es una parte más de Kaiosama. Le tenemos muy presente”.

Entrando en el contenido de las letras, es muy obvio que circulan sobre todas las vivencias personales de los últimos años. De hecho, la primera frase que se escucha en el álbum es muy significativa “Vengo del incendio. No querrás saber lo que vi allí”. Hay muchas referencias al fuego, desde el propio título hasta temas como ‘La Pira’.
JAIME “En realidad la metáfora del fuego no es desconocida para mi. La he usado tantas veces que ya hasta me da vergüenza (risas), pero es como me ha salido. Una Columna De Humo ha sido totalmente colaborativo entre Luisma y yo hasta el punto de que incluso las letras, aunque es verdad que las he escrito yo porque llevo mucho tiempo haciéndolo, las líneas de voces, ideas para melodías… han salido de los dos. En cuanto a la temática, no es que los temas hablen de que estemos quemados, sino de vivir algo con un fuego muy intenso, como pudieran ser las bandas en las que estuvimos antes, y lo que queda después de quemarse. Para nosotros lo que quedaba era esa columna de humo que nos recordaba que ahí hubo algo. De eso va Kaiosama. Coger lo que queda del fuego que tuvimos y ver que somos capaces de hacer con ello”.

También se repiten las referencias a la ciencia ficción y la fantasía. Mismamente, Arcadia ya tomaba mucho conceptualmente de Blade Runner. Aquí hay temas como ‘Atreides’ que remiten a Dune. Lo mismo sucede con ‘NERV’ y Evangelion. ¿Cómo te las apañas para insertar ese mundo dentro de lo que quieres contar.
JAIME “Bueno, no son canciones que hablen directamente de esos libros o películas como si fuéramos Blind Guardian, aunque también me molan (risas). Pero por ejemplo, tanto ‘NERV’ y ‘SEELE’ están inspiradas en Evangelion, solo que me centro más en el tema del cometa, el tercer impacto… Todo esto surgió después de sentarme a leer las letras y darme cuenta que me recordaba a todo aquello. Quién sea capaz de entenderlo, estupendo. Sé que es algo marca de la casa, así que lo vimos bien. Siempre me gusta meter detalles que tengan relación con cosas extra musicales. El 90% de las conversaciones que tenemos cuando estamos los tres juntos son sobre cine, literatura… La música es casi de lo último que hablamos”.

De hecho, el mismo nombre de Kaiosama viene de Dragon Ball, lo cual le da un aire casi inocente contrastando con el contenido de las letras.
LUISMA “Para el nombre buscamos algún vínculo que tuviéramos entre Jaime y yo. Empezamos a nombrar pelis y series que tenemos en común. Llegó un momento en el que apareció Dragon Ball y comenzamos a soltar nombres de los personajes. Cuando salió Kaiosama fue como si se hermanasen nuestros yo de niños que iban al kiosko a comprar el cómic por dos euros (risas). Nos hizo mucha ilusión encontrar ese nexo de unión. Nos parece más mágico que poner un nombre aleatorio sin que tenga nada que ver nada con nosotros”.
JAIME “Aunque no lo parezca, los dos tenemos una diferencia de edad de 7 u 8 años. Es difícil encontrar un punto en común. Un día nos dimos cuenta de que pocas cosas había que fueran tan de nuestra generación como Dragon Ball. Claro, aquí en España Kaiosama era Kaito, cuando en realidad hace referencia a varios personajes. Exploramos el lore de la serie, vimos las connotaciones que tenía… y nos pareció muy guay”.
LUISMA “Y sobre todo, que Kaiosama, o Kaito, entra en juego antes de que resucite Goku. Con lo cual hay un paralelismo con nuestra propia historia”.

El siguiente paso lógico debe ser un gira de presentación. ¿Cómo se está presentando el horizonte para 2025?
JAIME “De momento estamos hablando para cerrar fechas con grupos amigos. Queremos que los primeros conciertos que demos sean especiales y rodeados de gente con la que tengamos confianza. Que echar a rodar sea también una manera de reencontrarnos con caras familiares. Ahora mismo estamos gestionando esa parte. También te digo que no empezaremos a tocar hasta el año que viene porque los temas se las traen y tenemos que ensayar a saco (risas). Lo estamos auto gestionando todo nosotros. Hacer los videoclips, preparar la salida del disco… No es tan simple como meterte a ensayar un repertorio y salir a tocar cuando quieras. Por eso estamos yendo tan lentos, porque lo estamos haciendo todo nosotros. Hasta ahora no tenemos nada cerrado todavía. Confiamos en poder empezar anunciar fechas próximamente”. 

Aún con todo, no sé si teméis que al salir a la carretera os vuelva a pasar lo mismo que ocurrió con Catorce y De La Cuna A La Tumba. Me refiero a que pueda aparecer de nuevo el miedo a encontraros con no estar disfrutando de una situación que para otros sería idílica.
JAIME “Por supuesto y quiero aprovechar para aclarar las dudas que pueda haber al respecto. Este es un proyecto que hemos montado para nosotros. Tanto la música como la manera en la que funcionamos es por y para nosotros. Esto lo hemos hablando mucho y nos da cierta tranquilidad porque los tres hemos pasado por situaciones similares, y es que esta banda no tiene por qué desaparecer. En el momento que uno de nosotros necesite parar durante el tiempo que haga falta, Kaiosama para y ya está. Va a seguir ahí y si en un momento dado queremos volver, se puede hacer porque así lo hemos planteado desde el primer minuto”.
LUISMA “Nos dimos cuenta que siempre acaba habiendo un momento en el que las bandas superan a las personas. Una de nuestras prioridades es que el bienestar y la salud mental de todos nosotros estén por delante del proyecto. Nos hemos propuesto una serie de reglas, como por ejemplo no tocar más veces de las necesarias”.
JAIME “Lo que nos comentas es una perspectiva que contemplamos, desde luego. Sabemos que este es un mundillo que demanda y no te devuelve tanto como tú le das. Creo que es necesario tenerlo presente y saber de base como pueden ser las cosas. Somos gente muy previsora”.
LUISMA “Dentro de las calamidades que nos rodean a Jaime y a mí, Fran ha llegado aportando un soplo de aire fresco y un equilibrio que necesitábamos. Nos ha insuflado una vitalidad tremenda para lo quemados que veníamos. Creo que estoy disfrutando más del grupo ahora que está él porque nos da un empuje que nosotros, por todo lo que hemos vivido, no tenemos”.
FRAN “No hay que olvidarse de pasarlo bien. Muchas bandas se matan a currar y se olvidan que esto va de disfrutar. Siempre lo he visto así. Por supuesto que hay que mantener ciertos compromisos como ensayar, rodar un videoclip, hacer una sesión de fotos, coger la furgoneta para ir a tocar muy lejos… pero eso también se disfruta. Si apetece se hace y si no, se habla, se busca una solución o no se hace. No necesitamos cumplir una serie de requisitos para ser un grupo. Al llegar de nuevas, aparte de la aportación musical, mi labor también ha sido la de decirles “tíos, no os rayéis”. Cuando nos apetezca hacer las cosas, las haremos, y si no, pues ya está. No estamos mandando un cohete a la luna ni operando a corazón abierto. Solo estamos tocando música por pasión y placer”.
JAIME “Hay que saber diferenciar entre vivir para la música y vivir con la música. A día de hoy estamos más centrados en lo segundo porque es parte de nosotros. Por eso hemos decidido tirar adelante con esta aventura haciendo las cosas a nuestra manera, no para llenar ningún hueco, porque no lo va a hacer. En todo caso, eso nos haría el hueco más grande a nosotros. Cuando pasas por situaciones así, es necesario que exista mucha comunicación entre los miembros para que nos entendamos y todo vaya a gusto de todos. Si no, no tiene sentido. En el mundo de la música parece que hay un libro de reglas no escritas sobre como tienes que hacer las cosas, y yo pienso “pero, ¿por qué?”. Vamos a hacer esto a nuestra manera siguiendo nuestro instinto. La única manera de que salga mal es ponerle una intención, y ahora mismo no tenemos ninguna más allá de presentar el disco y dar algunos conciertos. Lo importante es hacer canciones para nosotros y que nos ilusionen. Y eso ya lo hemos cumplido”.

GONZALO PUEBLA