Cruzado el ecuador de su ‘Indoctrinate North America Tour: Part 1’, Angelus Apatrida llegan a la meca del thrash, la Bay Area de San Francisco, actúan en el mítico Whiskey A Go Go de Los Angeles, y tiran millas hasta llegar a Arizona y Texas. Nos lo cuenta en la tercera entrega de su Diario de Gira.

20 de septiembre de 2022, Bay Area, CA.
Ayer antes de ir a visitar el memorial de Jimi Hendrix, amanecimos con un mensaje en el grupo de WhatsApp de la gira en el que Andi, nuestra Tour Manager, nos decía que lamentablemente había tenido que coger un avión de madrugada para Atlanta ya que una serie de problemas personales le impedían seguir con la gira, por lo que desde esa mañana Claire (ayudada por Chris de Hidden Intent y Guille), toma las riendas de la gira y, todo sea dicho, mejora enormemente de aquí en adelante. ¡Ojalá vaya todo bien, Andi!

Nos pasamos todo el día viajando desde Seattle; hicimos parada en un pequeño pueblo nada más cruzar la frontera de California, al norte del estado, llamado Dunsmuir (tanto su nombre como el ambiente de pueblo fantasma y lluvioso, nos recordaba a cualquier historia de los mitos de Cthulhu de H.P. Lovecraft…). Hacemos el check-in en un acogedor motel y nos vamos a cenar al único sitio abierto, Penny’s, un restaurante 24 h. ambientado como los diners de los años 50, donde nos pegamos una buena cena mientras leemos carteles de ‘Peligro con los osos’ y algunas noticias de avistamientos de plantígrados por los alrededores del pueblo. Lo típico, vamos… Al terminar nos fuimos a tomar unas cervezas al único bar que existe (y que estaba abierto) donde cuatro parroquianos de película nos recibieron en la barra del mismo. Buenas charlas, algo de Ozzy. Maiden y Dio en la gramola (digital) y unas partidas de billar y nos vamos a dormir ya que todavía nos esperan cinco horas hasta San Francisco, y queremos llegar pronto para poder tener algo de tiempo para turistear.

Tras unas largas horas de viaje, donde podemos ver las maravillas del paisaje de California, nos invade una emoción tremenda. Entramos por la parte norte de San Francisco, exactamente por San Rafael (donde tienen Metallica su centro de operaciones) y conforme nos vamos acercando vamos viendo a lo lejos la bahía, la isla de Alcatraz y el principio del Golden Gate, ¡tenemos todos la piel de gallina!

Nuestra primera parada es la zona del mirador norte, donde infinidad de bandas se han fotografiado con el famoso puente y el skyline de San Francisco a la espalda (las más famosas las de Exodus, Testament o Metallica). Pasamos un buen rato echando fotos, grabando vídeos, compartiendo unas cervezas que llevamos en la nevera de la furgo y hablando de cuando empezamos en la música, lo que nos ha influenciado todo lo que ha salido de ahí, “quién nos iba a decir que un día estaríamos aquí…”, con una emoción que nadie puede esconder, algunos ojos vidriosos y muchos brindis con nuestros amigos de Hidden Intent, con Jay y Claire. Estamos viviendo uno de esos momentos que perdurarán para toda la vida y a la par, somos conscientes que, de algún modo, estamos formando parte de la historia del thrash, no solo para España y lo que supone, si no para un sitio tan importante como la Bay Area, como comprobaremos después en el show.

Volvemos a la furgoneta e improvisamos el plan. No tenemos mucho tiempo por lo que planificamos ir al centro de San Francisco, cruzando todo el Golden Gate y nos vamos a Chinatown a dar una buena vuelta, visitamos sus calles y compramos algunos souvenirs, y tras otro paseo por la zona financiera, se nos cae la baba con los rascacielos y la belleza de las calles del downtown. Divisamos unas cuantas cervecerías muy apetecibles pero el tiempo se echa encima y estamos en hora punta (Google Maps dice que tardaremos sobre 50 minutos en llegar a la sala que apenas está a unas pocas millas), por lo que tras las fotos de rigor y mirar la hora, cogemos un taxi y nos dirigimos a la zona de Albany, al otro lado de la Bay Area, muy cerca de Oakland, donde se encuentra la mítica Ivy Room.

La sala está en San Pablo Blvd, tan solo a un par de millas de El Cerrito, exactamente en la misma calle donde está la famosa primera casa de Metallica. Ya en la puerta del local nos encontramos con un buen puñado de fans que estaban esperándonos con discos, fotos, etc., para que se los firmáramos y echarnos unas cuántas fotos más para inmortalizar el momento. Todo el mundo nos comenta lo importante que es que estemos allí, lo conocidos y respetados que son Angelus Apatrida en toda el área de la bahía y las ganas que tenía todo el mundo de vernos tocar. Eso multiplica por mil que quisiéramos empezar cuanto antes el show.

Y como era de esperar, el concierto es auténticamente brutal, de los mejores hasta la fecha sin duda. Hoy abría la noche una banda local, Frolic, chavales jóvenes que vienen dando duro por todo el área y grandes seguidores de Angelus Apatrida. Uno de los días donde más merch hemos vendido. La hospitalidad y buen rollo de la sala además es increíble y todo eso hacen que nuestro paso por la Bay Area sea algo para enmarcar. Al terminar y compartir experiencia con fans y resto de bandas, nos damos cuenta que hemos dejado huella y que tenemos que volver por allí lo antes posible. Varios periodistas, fotógrafos y algún que otro personaje famoso del área de finales de los 80 nos envuelven en halagos y nos invitan a seguir construyendo lo que estamos haciendo, ¡y nosotros no podemos estar más felices por ese momento!

Tras unos burritos en lo único que queda abierto a esas horas (un Taco Bell que solo sirve drive-thru (así que David y Guille simulan ir en un coche para que les atiendan… con las respectivas risas de la peña que estaba currando…) furgo y a sobar. ¡Mañana vamos a Los Angeles y también promete ser un día épico!

21 de septiembre de 2022, Los Angeles, CA
¡Buenos días! Hoy nos pegamos otro madrugón a tope ya que tenemos algo más de 6 horas de viaje y tenemos que aprovechar este día al máximo. Conforme nos vamos acercando más a esta zona más calurosa de California podemos ir viendo el cambio en el paisaje, cruzamos el lago pirámide y ya empezamos a ver los primeros carteles que indican que nos aproximamos a Los Angeles.

Un poco de tráfico y sin darnos cuenta ya estamos entrando en la ciudad. Los Angeles es inmenso, una ciudad de ciudades, y a donde nos dirigimos, el mítico Whisky A Go Go, se encuentra en West Hollywood. ¡Qué impresionante es el acceso a Hollywood, nunca mejor dicho, de película! Los edificios, las palmeras, la sensación de amplitud, los cochazos por todos lados… por fin cogemos Sunset Boulevard y nada más llegar a la esquina del Whisky se nos llenan los ojos de emoción al ver el cartel enorme donde reza “ANGELUS APATRIDA” con el resto de bandas…

Jay, nuestro conductor, nunca ha estado aquí, pero tanto él como Guille han sido grandes jugadores del GTA V, y entre gritos de emoción y risas, ¡reconocen al pelo todo el lugar y hasta saben dónde hay que ir a aparcar! Es impresionante el realismo del juego en la ciudad ficticia de “Los Santos” y Los Angeles.

Descargamos el material y nada más entrar al Whisky flipamos con la cantidad de material, discos de oro, fotos de bandas, de todo tipo que han pasado por allí. Desde Kiss, Judas, Motley Crue, System Of A Down, Pantera, Black Flag, RHCP… ¡es tremendamente brutal pisar ese escenario y subir a los camerinos! La de historias que habrán ocurrido allí, y la de conciertos épicos… ¡qué pasada! Choca ver que la sala en sí es una sala pequeña, pero tan exclusiva, que todavía no nos explicamos como nuestra primera visita a Los Angeles pueda ocurrir en tan mítico lugar. El caso es que este bolo, además, que compartimos con otras tres bandas locales (junto a nuestros compañeros NervoChaos y Hidden Intent) es un bolo pagado a caché (y bien pagado) directamente por la dirección de local, lo que hace ponernos aún más los pelos como escarpias.

Sobre todo porque tenemos una sensación extraña: ese mismo día está actuando también en Los Ángeles la banda de nuestra vida, Iron Maiden, y nada menos que con Trivium como grupo invitado. (Escuela Grind, EyeHateGod y una veintena de otros buenos bolos de metal se suceden a la vez en todo Los Angeles…) Tenemos muchos compañeros y amigos en la zona que nos piden disculpas porque no pueden venir a vernos ya que tienen entradas para Maiden (que hacen dos noches de sold out) pero, aunque no se espera una gran entrada, sin duda nos mentalizamos que va a ser una gran noche.

Tras la prueba de sonido nos vamos a conocer el también histórico Rainbow, a apenas dos minutos andando del Whisky. Aquí lo más flipante es el “Lemmy Lounge”, el rincón al fondo donde se sentaba el gran Sr Kilmister a fumar, beber Jack Daniel’s y jugar al pinball. Con su estatua, sus fotos… qué maravilla, deja claro lo grande que era y cuánto lo quería la gente.

Nos sentamos a cenar en la misma terraza y nos ponen unas pizzas tremendas con unos nachos y por supuesto, aderezado con unas buenísimas IPAs. Está tremendo todo, de los mejores sitios donde hemos cenado hasta la fecha. Y lo mejor de todo, no más caro que cualquier bar normal y corriente de Malasaña, teniendo en cuenta que estás en Sunset Blvd., en Hollywood, en el puto Rainbow.

Con la panza bien llena y mientras flipamos siguiendo en directo por la tele una persecución de un coche robado por el centro de la ciudad, volvemos a la sala, donde están tocando los primeros grupos locales (menos mal que tocamos últimos y podemos reposar). En la cola de la entrada nos encontramos con Tye Trujillo (hijo de Robert Trujillo) que viene a ver los conciertos, hablamos un rato con él (nos conocimos en el FTA Open Air, hacía un par de semanas) y de que nos queremos dar cuenta ya estamos en el cambio para nuestro show.

Mesas reservadas para peña famosa, algunos vienen al bolo, otros pagan (mucha pasta) por sentarse ahí… Hay buen ambiente y aunque se ha hecho muy tarde y se nota que la gente está algo cansada (y algo pedo, también…) no quita que nos subamos a tocar con una energía tremenda y a hacer un concierto de cátedra. En seguida la gente se viene arriba y nosotros, aún flipando por estar en estas tablas, damos el 200% para dejar claro que hemos venido a no hacer prisioneros. ¡Estamos viviendo el sueño de cualquier músico rockero/metalero tocando en el Whisky y eso la gente nos lo nota!

Después de estar en el merchan atendiendo a la peña echándonos fotos y birras, no tardamos mucho en recoger porque queremos ir a tomar la última al Rainbow con el staff del Whisky, y en seguida irnos a dormir: mañana tocamos en Palmdale, que está tan solo a hora y media de allí por lo que queremos aprovechar toda la mañana para visitar Los Angeles con más profundidad.

22 de septiembre de 2022, Palmdale, CA.
Descansamos las horas justas en un motel en West Hollywood y ya por la mañana pronto salimos a dar una vuelta. Justo estamos cerca del paseo de la fama, así que tomamos un buen café (de cafetera de las de siempre, por fin) y damos una vuelta por la zona. Vamos andando hasta el edificio de Capitol Records y para poder tener una buena vista del cartel de Hollywood, y nos dejamos llevar por la magia de este sitio, por todo el paseo de la fama viendo las estrellas de la gente más conocida de la industria del cine y la música, por el teatro chino y las calles más emblemáticas de Hollywood. ¡Hace bastante calor, va a haber que irse a echar unas cuantas cerves!

Hay que elegir bien donde ir porque tampoco tenemos mucho tiempo así que pillamos un taxi y nos vamos a Santa Mónica, a ver una de las playas más espectaculares de LA y otro de los sitios más míticos: el famoso muelle de Santa Mónica Pier con su pequeño parque de atracciones, tiendas, bares y demás puestos. Corremos para darnos una buena vuelta por semejante festín gringo.

Casualidades de la vida, al entrar en un área de recreativos, nos encontramos a Nicko McBrain, batería de Iron Maiden, dando una vuelta por allí con su mujer, ¡qué majete es! Tomamos unas fotos, una vuelta por la montaña rusa y tras fotos y vídeos, de vuelta a la furgoneta.

Palmdale, que es donde tocamos hoy, está a menos de hora y media, así que vamos bien de tiempo, pero resulta que estamos en plena hora punta y el trayecto se convierte en tres horas. Por fin llegamos, un poco tarde, pero contentos. La sala de hoy se llama Transplants Brewing, ¡y no podemos creer donde estamos y donde vamos a tocar! ¡¡Una fábrica de cervezas artesanas!!

Nada más llegar nos dicen que la hospitalidad consta de… ¡todas las cervezas que queramos, y más! Tienen como 25 grifos diferentes, todas las cervezas las fabrican allí mismo. David, siendo fan de Zelda, solo bebe una que se llama “Ocarina Of Thyme”, tributo al mítico juego de N64. Incluso le regalan un póster con el artwork, ¡qué gente más maja! La nave está dividida en dos partes: La brewery y zona de restauración (donde también está la misma fábrica de cerveza) y otra donde está la sala de conciertos. Llevan poco tiempo haciendo shows allí y el trato es magnífico. Además, esa noche el concierto es gratis por lo que se prevé una gran fiesta.

El bolo muy guay, la gente entre de pie en primera fila y sentada en las mesas más atrás (nos recordaba a algunos bolos en plena pandemia) se lo pasó a tope, y nosotros, en nuestra salsa. ¡Sonido perfecto y gran conexión con la peña!

Mientras desmontamos siguen sirviéndonos más cerveza y cenamos unos Egg Rolls estilo Mexican de un foodtrack de fuera llamado “Paco’s Mexican Food”. Impresionante el sabor (y el picor), exquisito todo. ¡Qué buena hospitalidad! Un par de cervezas más que nos faltaban por probar (hoy vamos calentitos) y marchamos al hotel.

Esta experiencia de California en general va a quedar grabada a fuego en nuestras mentes. Ojalá podamos repetir lo antes posible. ¡Siguiente parada: Arizona!

23 de septiembre de 2022, Scottsdale, AZ.
Nos levantamos pronto ya que queremos pasar por el cementerio de San Bernardino antes de abandonar California, donde está enterrado uno de nuestros héroes de toda la vida: Randy Rhoads. Pasamos por allí y echamos un rato con las guitarras Jackson de Guille y David, dejando alguna que otra púa y presentando nuestros respetos a alguien tan importante para la música rock y heavy metal, y sobre todo para todo guitarrista de metal que se precie, especialmente si como Guille, llevas sus guitarras.

El viaje está siendo similar a los que hemos estado haciendo algunos días, pasando unas 7/8 horas en carretera, con sus correspondientes paradas para hacer acopio de unas cuantas cervezas y algo para picar y hacer más ameno el viaje. Finalmente llegamos al abrasador desierto de Arizona, o como un foráneo de allí nos dijo, “you’re in the devil’s backyard”.

Es curioso, viviendo en España y conociendo bien lo que es pasar calor especialmente en julio y agosto en Albacete o Valencia, siempre piensas que cuando ves pelis o series en las que sale esta zona del mapa y ves lo que está cayendo lo exageran un poco, ¡pero no! Podemos asegurar de primera mano que es bárbaro lo que cae por estas tierras; pero no hay excusas que valgan, con frío o con calor sacaremos toda la artillería en la sala de hoy, el Pub Rock Live de Scottsdale/Tempe/Mesa/Phoenix (está todo junto, ¡copón!).

Un garito muy chulo a-la-americana, con un escenario bastante amplio a lo ancho, lo cual es de agradecer ya que algún día nos hemos tenido que apretujar en escenarios bastante reducidos. Eso sí, al contrario que el resto de salas, esto es más bien un poco antro en el sentido que no hay equipo ni cables suficientes para poder trabajar como estamos acostumbrados, y la mayoría de lo que hay está en lamentables condiciones, por lo que tiramos todo para hacer un bolo a la vieja usanza, algunas cosas a pelo y a darlo todo. La hospitalidad aquí hoy brilla por su ausencia: solo hay agua de una fuente en vasos, de hecho, nos llaman la atención por traer nuestras propias cervezas para el bolo y nos invitan a no sacarlas de la furgo. Ok, beberemos fuera y seguiremos sin consumir dentro. Bueno, mentira, nos tomamos una IPA buenísima, no podemos romper la tradición de probar al menos una cerve en cada sitio.

Hoy repetimos compartiendo escenario con Escuela Grind y Test, de las que ya os hemos hablado y con las que hemos coincidido varias veces en esta gira y que hoy unen fuerzas para hacer una noche de metal variado. Aun así, con un cartel tan potente y variado, no ha sido un gran aforo el que ha acudido. Jeff, un amigo de Guille que vive en Phoenix explica que la zona casi siempre está muerta y que la gente es muy difícil de arrastrar, pero la verdad es que los que han venido hasta el bolo lo han disfrutado de la hostia, agradeciéndonos una vez acabando el concierto, el haber ido hasta allí y haber elegido su zona como punto por el que pasar en esta gira.

Nos tomamos la caja de birras que sobra en la puerta con algunos de los asistentes, muy agradables y un trato genial por su parte, y nos despedimos del estado de Arizona para volver lo antes posible, ¡y en mejores condiciones! Mañana tenemos un día libre que lo usaremos para viajar hasta Fort Worth en Texas, pasando por todo el desierto de Arizona y Nuevo México. ¡Walter White, allá vamos!

25 de septiembre, Fort Worth, TX.
¡Buenos días, hoy es nuestro primer día en el enorme estado de Texas! Anoche paramos a dormir en el famoso pueblo de Roswell, en Nuevo México, y en vez de aliens nos encontramos con una brutal plaga de langostas. ¡¡¡Por todos lados!!! Cientos, miles, por el suelo, paredes, por todo… también miles de insectos en todas las luces que hubiesen, ¡vaya movida! Cenamos en Applebee’s (de los pocos sitios que cierran tarde para cenar) y dormimos en el Roswell Inn, un pequeño y acogedor motel que como todo lo que hay en ese pueblo, ambientado en el mundo del folclore alienígena (una pasada). Nos despertamos y tras visitar algunos puntos famosos y el gran cartel de entrada al pueblo, seguimos nuestra ruta hasta Fort Worth.

Qué guay estar aquí y poder contemplar todo este paisaje, que auténtico se ve todo. Llegamos a Lolas, el local donde tocamos, y aparte de su escenario interior, tienen uno chulísimo al aire libre cubierto con una gran casa de madera, donde estaremos nosotros dando leña. Menos mal que estaba cubierto, porque de golpe y porrazo a mitad de prueba empezó una tormenta de película, se puso a llover a muerte durante hora y pico y tuvimos que refugiarnos (e incluso mover mucho de nuestro equipo para que no se mojase).

Tras la cata oficial de algunas cervezas locales mientras nos secábamos y ya con el tiempo algo más estabilizado, probamos y volvemos a sentir el enorme y húmedo calor de la zona. Hay dos ventiladores industriales a ambos lados, pero poco ayudan a que sea uno de los conciertos más sudorosos que recordamos, ¡terminamos completamente chorreando!

Bolazo en mayúsculas, ¡y muy divertido, la verdad!, no ha venido mucha gente, pero los que han estado se van encantados sintiendo muy buen feedback que como otras veces se nota muchísimo en el merchan. La mayoría de gente se había desplazado desde Dallas ya que como nos dijeron no suelen haber conciertos de metal por esa zona; se quedaron muy extrañados que tocáramos allí puesto que mayormente es un lugar para conciertos de música country y del estilo, artistas de otros rollos, y no hay una escena como tal en Fort Worth.

Pero nosotros estamos encantados de estar aquí, a la próxima si podemos iremos a Dallas, pero nos encanta poder vivir cada segundo de esta gira. Cenamos de escándalo gracias a la hospitalidad y buen rollo del staff del Lolas y en seguida nos retiramos para descansar. Por la mañana a primera hora Jay tiene que llevar la furgo a cambiar el aceite y una pequeña revisión, y de mientras nosotros aprovecharemos para ir al Moore Memorial Garden de Arlington, a escasos 20 minutos de allí, a visitar el lugar donde reposan los restos de nuestros héroes Dimebag Darrell y Vinnie Paul. Promete ser una muy emotiva mañana.

26 de septiembre de 2022, Austin, TX.
Salimos de Fort Worth y antes de coger carretera para nuestro siguiente destino en Austin, pasamos por el cementerio de Arlington, para visitar el memorial y las tumbas de Dimebag Darrell y Vinnie Paul, dos de nuestros músicos de siempre, grandísimas influencias y que nos dejaron huérfanos tras sus muertes, especialmente la repentina y trágica de Darrell. Poco más que decir, un momento muy emotivo, ojos vidriosos y un rato tranquilo todos para pensar en muchas cosas. Muy trascendental. Cómo se os echa de menos…

Hoy es uno de esos días bastante relajados para viajar, ya que no llega a tres horas la distancia entre ambas ciudades, aun así, al ir muchos en la furgoneta siempre hacemos unas cuantas paradas para estirar las piernas, ir al baño o comprar algún refresco o snack.

Llegamos a la sala, la genuina Come And Take It Live, situada muy cerca del río Colorado, ¡probablemente una de las mejores salas de toda esta gira hasta la fecha! No deja de sorprendernos lo en serio que se toman su trabajo en algunos lugares, nos llama la atención que, para ser una sala de conciertos mediana, nos pidan a todos la identificación personal para poder acceder a la pulsera del sitio, sobre todo para constatar que somos mayores de 21 (¡se agradece!) y así poder pedir en el bar sin problema. No tiene mucha más controversia, pero es cierto que no nos ha ocurrido antes en Estados Unidos, aunque en seguida entendemos que las leyes de Texas son diferentes al resto de estados. A la par que son mucho más permisivos con la compra y transporte de armas, son mucho más restrictivos a la hora del ocio y del consumo de alcohol. Carteles en todos lados de ‘Terminantemente prohibido entrar con armas de fuego’. Es inevitable que te recorra un escalofrío por la espalda. ¿De verdad va la peña con pipas por ahí? Pues sí…

Montamos el equipo súper rápido, como cada día, y dejamos todo seteado para unas horas más tarde. Algunos aprovechan para ir a una lavandería que estaba cerca de la sala, con tantas fechas llega el momento en el que tienes que poner alguna lavadora, puesto que, al ser un viaje como este, no puedes traer toda la ropa que te gustaría (además que siempre vuelves con más ropa de con la que has salido, entre merchan de las bandas y alguna compra que haces, al final te vuelves más cargado de lo que viniste).

Empieza la descarga de hoy pasando por el escenario nuestros compis de gira, descargando ambos sus respectivos repertorios y animando mucho a la gente que hoy ha decidido venir al evento, ¡muchísimo más numeroso el público! Y es que se nota que Austin es ciudad de música. Perfectamente podría haber 200 conciertos a la vez esa misma noche, lo que te da un extra de subidón saber que toda esa gente de abajo ha venido exclusivamente a verte a ti y no porque no tenían nada mejor que hacer. ¡Gracias Austin!

Todo esto hace que disfrutemos incluso un poco más que otros días, el ambiente y el público siempre juegan una parte importante en el partido, y tanto la sala de hoy como los asistentes consiguen que nos sintamos súper arropados, haciendo un gran bolo con el que todo el mundo quedó súper contento. Nos tomamos unas fotos con toda la peña que vino mientras pillaban su merchan, y nos echamos unas buenas risas con un grupo de latinoamericanos que lo estuvieron dando todo durante el show, ¡esperamos veros en la próxima amigos!

Toca desmontar y recoger el equipo, como no, todo acompañado de unas buenas cerves locales, mañana tenemos un viaje corto hasta Houston, ¡¡con muchas ganas de ello!!

Por cierto, ¡os animamos a que sigáis este diario chequeando los vídeos que vamos colgando en nuestras redes sociales cada día donde podéis ver muchas cosas de las que contamos!