Hay bandas de las que te basta escuchar unos pocos segundos para decir «esto está hecho para mí». Como me pasó en su día con PUP, es exactamente lo que he sentido al arrancar el primer tema ‘Your One Way Street’ del debut de Anxious.
Partiendo de la base que en la música de guitarras es ya muy difícil inventar nada nuevo, la gracia está en coger elementos ya existentes y agitarlos desde el corazón y el instinto. Es lo que hace esta joven banda de Connecticut, quien en Little Green House, tienden un puente entre el hardcore, el punk pop, el emo y el power pop con absoluta certeza y naturalidad. Como ejemplo, vuelvo a ese primer tema: arranca con unas guitarras que son puro Superchunk para que al poco tiempo aparezca una parte gritada y luego un estribillo que podrían haber firmado Fountains Of Wayne. ¿Se puede pedir más?
Su influencia todavía resulta más evidente en la acústica ‘Wayne’ -seguro que el título no es casualidad- en la que el vocalista Grady Allen hace su mejor intento por parecerse, tanto melódicamente como en tono, a Chris Collingwood. Pero pese a ese momentáneo punto de calma, o la final ‘You When You’re Gone’ con la deliciosa voz invitada de Stella Branstool y un exquisito juego de guitarras limpias, la línea dominante es el ímpetu de una banda gestada en un sótano; como si tratara de un concierto, varias canciones transitan de unas a otras sin silencios de por medio.
Muy bien producido por Chris Teti de The World Is A Beautiful Place & I Am No Longer Afraid To Die, Little Green House ofrece canciones para poguear a gusto como ‘In April’, ‘Afternoon’ o ‘Speechless’ en las que la dinámica batería de Jonny Camner lleva en volandas a sus compañeros junto a otras más melancólicas como ‘More Than A Letter’ o ‘Growing Up Song’.
Aunque si vas justo de tiempo, ves directo al séptimo corte, ‘Let Me’, en el que Anxious suenan como unos Touché Amoré en versión pop y con un fantástico cameo de Pat Flynn de Fiddlehead. En menos de tres minutos verás todo de lo que son capaces.
JORDI MEYA