Cualquier proceso de crecimiento requiere su tiempo y esfuerzo. Por eso sólo aquellos que están dispuestos a persistir son los que finalmente llegan a buen puerto. Y nadie podrá negar que Aphonnic han perseverado, pese a que menudo pareciese que lo hicieran en balde.
Posiblemente el día en el que decidieron ser ellos mismos, o tuvieron la autoconfianza para intentarlo, es cuando las cosas empezaron a cambiar. En ese aspecto, La Reina no deja de ser la culminación de un proceso que iniciaron con Héroes en 2013 y que siguió con Indomables en 2016. Ah, y es también su mejor disco. En primer lugar porque ya podemos hablar de un ‘sonido Aphonnic’, en el que las inevitables influencias externas son asimiladas con naturalidad al pasar por su filtro personal hasta hacerlas propias. En segundo, porque le han pillado totalmente el truco a escribir grandes canciones. No hay aquí una sola de relleno, y todas aportan algo y se complementan gracias a sus distintos registros.
Ya sea en las metaleras ‘En Globo’, ‘Zurda Oveja Negra’ o ‘Tres Deseos’, en las melódicas ‘KaleboRock&Roll’ o ‘Mickey & Minnie’, con estribillos gigantescos, o en las épicas ‘Vestigios’ o ‘Necios’, los vigueses salen victoriosos. También hay que destacar el sonidazo que han sacado gracias a su fiel relación con el portugués Vasco Ramos, añadiendo toques de cuerdas o teclados, pero que en ningún momento sobrecargan.
Por último, que se hayan a grabar una canción tan desnuda y emotiva como ‘Crisantemos’ da fe de lo lejos que han llegado. Eso, ya no se lo quita nadie.
DAVID GARCELL