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ARCHITECTS – ‘The Classic Symptoms Of A Broken Spirit’

Siguen profundizando en su versión más directa y accesible.

Un año después del barroco For Those That Wish To Exist, Architects vuelven a a la carga con el que es su décimo trabajo de estudio, The Classic Symptoms Of A Broken Spirit. Un disco más directo y menos recargado que su antecesor que ahonda en la incorporación de elementos electrónicos -esta vez mejor integrados- y apuesta por la vertiente más groovie de la banda.

Como siempre, los de Brighton entregan un álbum de excelente factura y en el que las canciones parecen pensadas para el directo. Quizás te sonará algo genérico y poco novedoso, pero Architects se propusieron ser una de las bandas de su generación más masivas y siguen en sus trece. Si For Those That Wish To Exist era un álbum denso, con abuso de arreglos electrónicos y, cómo se vería en su versión orquestal, con vocación épica y grandilocuente, este transcurre con temas cortos y directos.

La voz de Sam Carter y los riffs de Josh Middleton y Adam Christianson, sincopados y cortantes, se llevan el protagonismo, no sin olvidar alguna influencia en la manera de tratar el sonido y mezcla fina a cargo de tres miembros de la banda -Middleton, Searle y Carter-, más sintética, por decirlo de alguna manera.

Hay singles claros, como las ya conocidas ‘Deep Fake’, la más tradicional ‘When We Were Young’ o la rítmica ‘Tear Gas’ de riff machacón y base industrial a lo Rammstein. ‘Spit the Bone’ tiene una referencia clara a los Muse más espaciales, con ese inicio tan de Bellamy, e incluso ‘Living Is Killing Us’ tiene un desarrollo que podría recordarte a algún tema synthwave de Carpenter Brut o Perturbator convirtiéndolo en bastante curioso. La que no acaba de funcionar es ‘Burn Down My House’, una especie de balada, con un inicio tétrico que luego desemboca en un coro típico de la banda.

En el tramo final del disco tienes las señas de identidad típicas de los británicos, donde se nota más cierto continuismo y alguna idea reciclada de sus últimos álbumes como ‘Born Again Pessimist’ y ‘All The Love In The World’, pero el carpetazo a un álbum más que correcto, llega con un trallazo mucho más speedico que el resto de temas, ‘Be Very Afraid’, en el que te dejarán sin aliento con un Sam Carter berreando como nunca y dejándote un buen sabor de boca general.

The Classic Symptoms Of A Broken Spirit no puede considerarse un trabajo rompedor, pero si los sigues desde hace tiempo, especialmente desde Holy Hell, te satisfará y lo disfrutarás bastante. El camino hacia la ampliación de base manteniendo la coherencia, no tiene vuelta atrás y, de momento, no hay ningún tropiezo importante. Pero hay que exigirles un poco más para que en un futuro no caigan en la rutina y el piloto automático. Algún síntoma hay, pero todavía no es grave.

JOAN CALDERON