Como tantos grupos surgidos de la explosión del metalcore durante la pasada década, los británicos Asking Alexandria se han ido alejando progresivamente de su sonido original para llegar a un mayor público. Repasando su trayectoria, es evidente que a la banda nunca le ha importado demasiado lo que se dijese de ellos, así que no sorprende que en su sexto álbum ya casi nada tenga ni de metal, ni de core.

Ya en su anterior álbum, el homónimo de 2017 que marcó el retorno a sus filas del vocalista Danny Worsnop, se orientaron a un rock duro mucho más melódico, y, en Like A House Of Fire todavía han ido más lejos en esa dirección. Parecerá exagerado, pero a día de hoy Asking Alexandria suenan más como unos Fall Out Boy rockeros que a ellos mismos. De verdad, temas como ‘They Don’t Want What We Want (And They Don’t Care)’, ‘Antisocialist’ o las estrofas de ‘The Violence’ podrían colar perfectamente en un disco de los de Chicago si le quitaras algunos riffs.

Worsnop, en concreto, parece haber encontrado su inspiración en el R&B a la hora de confeccionar las líneas vocales, lo cual podría aportar un toque de originalidad, pero por contra los hace sonar genéricos. Algo a lo que también contribuye la típica producción radiofónica a cargo de Matt Good.

Es innegable que el grupo ha aprendido a confeccionar temas con gancho (la balada ‘I Don’t Need You’, ‘Take Some Time’ o ‘Down To Hell’), pero incluyendo 15 canciones, la sensación es que las mismas ideas se van repitiendo a lo largo de su escucha.

No tengo nada en contra de que las bandas evolucionen, pero su caso parece más fruto de ir allá donde sopla el viento (o el dinero) que de una verdadera necesidad artística.

DAVID GARCELL