¿Os acordáis que hace unas semanas hice la crítica del último disco de Escape The Fate? Pues casi que podría haber hecho un corta y pega de ella para reseñar lo nuevo de Atreyu porque parecen primos hermanos: dos grupos venidos del metalcore intentando adaptarse a los nuevos tiempos de la mano del productor John Feldmann.
Tantos unos como otros ya habían trabajado anteriormente con él, así que sabían lo que querían, pero realmente parece que el productor haya cogido la misma plantilla para hacer ambos discos. ¡Si hasta Travis Barker aparece como invitado en los dos! Pero si en el caso de Escape The Fate, su viraje hacia el pop me pareció que había salido más o menos bien, aquí todo parece mucho más forzado. Desde luego la salida del vocalista Alex Varkatzas, dando rienda suelta a Brandon Sallers para que imponga todas las voces melódicas que quiera, les ha restado gran parte de su identidad.
Poco importa que metan algún riff cañero por ahí en medio (‘Save Us’, ‘Broken Again’), haya solos heaviatas sueltos (‘Weed’) o que suene algún que otro grito (‘Underrated’), en general la esencia de Atreyu casi se ha borrado dando paso a un sonido mucho más genérico. ¿No podría ser ‘Dead Weight’ la balada de cualquier otro grupo? ¿No suenan ‘Oblivion’ y ‘Untouchable’ más a Papa Roach que a Atreyu? Y no lo digo sólo porque en esta última cante Jacoby Shaddix. ¿O ‘No Matter What’ a Good Charlotte? ¿Y ‘Stray’ a Fall Out Boy?
No sé, por muy bien que puedan entrarte al oído algunos de estos temas, yo cuando me pongo a Atreyu espero otra cosa. Por si fuera poco, no se les ha ocurrido otra cosa que meter hasta 15 canciones con lo que encima el álbum se hace laaaargo. Esperemos que la vuelta de Varkatzas no lo sea tanto, y pueda corregir el rumbo de una banda que da la sensación de andar bastante perdida. Más que un baptismo, esto es un aborto.
MARTA PUIG