Justo cuando el anuncio de la ruptura de la banda catalana The Wax nos pillaba a todos con el paso cambiado, los gallegos Back In Town asomaban la cabeza e informaban al mundo del lanzamiento de su debut discográfico. Dos grupos con un mismo ADN cruzaban sus opuestos caminos en el destino. Para que luego se diga que las casualidades no existen.
Ambos conjuntos, curtidos en conciertos de sala pequeña y donde el distanciamiento social suena a distopía, se habían creado a sí mismos sin espejos cercanos a los que mirarse y desarrollando su fanbase en la intimidad de sus respectivas escenas locales.
Los de Navarcles nos han dicho hasta siempre. Los de Viveiro nos dan ahora los buenos días con un zumo de naranja natural tras decirse a sí mismos que está bien eso de versionar canciones de Gallows y que la peña se venga arriba en las primeras filas, pero que donde realmente está la chicha es en eso de componer música propia.
Y, bajo mi punto de vista, el reto al que se han enfrentado es mayúsculo, ya que conseguir crear una identidad propia y definir una propuesta no es nada fácil. Pero tras escuchar detenidamente los cinco temas que componen Insularity uno se queda con la sensación de estar escuchando a un combo maduro, donde cada músico aporta su personalidad para lograr crear una idea común.
Y sí, uno puede apreciar influencias de Comeback Kid, de Snapcase o de Evergreen Terrace, pero los de Galicia han dado un primer paso hacia la autosuficiencia musical. Pistas como ‘Dangerous Citizen’ o ‘After All’ los conectan con su mar pero los aleja de otros territorios sonoros ya explorados. Y es que huyen de los típicos breakdowns, de las voces ultramelódicas y de los pasajes electrónicos tan manidos en esta época para darnos algo más novedoso, pero que combina elementos de siempre como guitarras cruzadas o coros hooligan.
Refused ya no son lo que eran y At The Drive-In viven inmersos en su melancolía. ¿Quién sabe si ahora no es el tiempo de Back In Town?
DAVID (IPANEMA LEAKS)
