La irrupción de Barbarian Swords en la escena metálica underground fue discreta pero aplastante. La edición de Crusaders Of The Apocalypse, su demo en 2012 supuso que la gente que llegó a escuchar tremenda blasfemia, quedó sorprendida y porque no decirlo, abrumada ante tal despliegue de odio y violencia sonora.
La banda no se andaba con tonterías, no se habían formado para demostrar nada ni esperaban ni tampoco querían, ningún tipo de reconocimiento. Lo único que ellos deseaban era machacar al oyente con el más lacerante, ofensivo y podrido black doom metal que se haya escuchado jamás. Y creedme que lo consiguieron.
La demo, aunque algo tosca y primitiva, sonaba absolutamente aplastante, y aunque la evolución posterior del grupo les llevó a zambullirse en el punk, el funeral doom o incluso el death más crujiente, nunca dejaron de lado su compromiso de no hacer ningún tipo de concesión. No iban a levantar el pie del acelerador ni para respirar. “Yo no digo en mis letras que mates a tu enemigo, yo lo que digo es que mates a tu enemigo y a toda su familia. No me extrañaría que acabara en la cárcel”. Esas palabras son de su cantante, Von Pax, un tipo con las ideas claras.
Aquella maqueta fue el germen que luego traería bombas tan incendiarias como Hunting Rats (Blood Fire Death, 2014), Worms (Cimmerian Shade/Satanath Recordings/Ritual Production, 2016) o el vicioso Totemic Anal Turbofucker (Third I Rex/Fair Warning, 2018), además de otros títulos en directo y splits compartidos. Habían sido tremendamente prolíficos y se habían convertido en una de las formaciones más fiables, sólidas y controvertidas del metal extremo nacional, pero llegó la pandemia, y la actividad de la banda se ralentizó.
Ahora vuelven para celebrar el décimo aniversario de Crusaders Of The Apocalypse, y lo que no esperábamos, es que de aquellas sesiones pudiera salir tanto material. Porque Barbarian Swords no solo se han limitado a reditar, remasterizar y limpiar aquellas viejas composiciones primigenias. Si había que hacer una celebración, debía ser por todo lo alto y lo que nos ofrecen, es un impresionante paquete donde recuperan un show completo inédito del 2014 y seis canciones más de la época, con la banda destripando sus instrumentos en el mismo local de ensayo.
Un doble álbum presentado en un precioso digipack, donde la portada también ha sido revisada y puesta al día. Uno ya se había acostumbrado a la evolución que había ido experimentando la banda a través de los años, y de golpe se topa con una barbaridad tan demencial como ‘Forever With Them’ o con la crudeza de ‘Immortal Victory’ y regresa a aquellos primeros tiempos de urgencia y desenfreno infinito.
Ya hemos comentado el hecho de que nunca suavizaron su propuesta, pero lo que es seguro es que nunca editaron algo tan primario, implacable y básico como estos seis proyectiles que te dejan absolutamente exhausto. Solo ellos nos podrán explicar porque demonios dejaron fuera algunas de esas composiciones no editadas aquí incluidas.
Ahora la pregunta sería esta ¿Se guardan en los archivos de la banda más consignas malignas de esta misma calidad? ¿Más temas de la mastodóntica etapa de Worms? Eso sería digno de escuchar también. Dejaremos que ultimen sus siguientes pasos discográficos y disfrutemos de esta reedición hecha para aquellos oídos curtidos que no le tengan miedo a nada. Si eres de los que piensa que el metal extremo ha caído en la más decadente auto complacencia, hazte con esta grabación y te aseguro que cambiarás de opinión.
ANDRÉS MARTÍNEZ
