¿Making emo great again? Me da igual mientras cada año sigan saliendo discos tan buenos como el esperadísimo Bring Back My Summer, el primer largo de los catalanes Bécquer en 21 años.
Muchos coincidimos en señalar la publicación de Bleed American de Jimmy Eat World en 2001 como un punto de inflexión en la industria musical. Y es que el tercer disco de la banda de Arizona se coló en las listas de éxitos con un puñado de sencillos altamente infecciosos, consiguió captar la atención de medios mainstream y redefinió el sonido del emo para millones de jóvenes.
Ese terremoto digamos emo pop duró unos cuantos años y tuvo sus réplicas dentro de nuestras fronteras con discos de sobras conocidos (pienso en aquel An Investment In Logistics de The Unfinished Sympathy) y otros no tanto. En este segundo grupo encontramos Synchronized Movement, el maravilloso debut de Bécquer lanzado en 2003, que entonces hizo las delicias de una minoría y mereció mucho más.
Esos años de juventud pasaron, Bécquer entraron en un hiato indefinido y nueve primaveras después decidieron juntarse de nuevo y seguir justo donde lo dejaron, como si no hubiera pasado el tiempo. El resultado de esta sorprendente reunión fue el EP The 9th Spring, lanzado en 2017.
Después de este regreso, su bajista y cantante principal marchó, pero ya no había vuelta atrás. Dani, Robert e Iván se conjuraron para seguir adelante y como power trio dieron forma en 2021 a otro entretenido EP titulado The Break -por aquello de la ruptura con su antiguo compañero- sin dejar de tocar en salas y pequeños festivales del circuito underground.
Ya como cuarteto tras la incorporación de Carlos (Bullitt, Badmongos) como bajista, se pusieron nuevamente a las órdenes de Santi Garcia en Ultramarinos Costa Brava para grabar su segundo largo. Juntos habían grabado aquel maravilloso debut a principios de los dosmiles y juntos trabajaron en Bring Back My Summer, una secuela a la altura de las expectativas.
El título -extraído del quinto corte, ‘Into The Deep’- evoca una nostalgia que contrasta con la energía de su música y sus letras. En la inicial ‘Portrait’, despachada en poco más de un minuto, por ejemplo, Bécquer dejan claro que no quieren ser un fantasma del pasado, un viejo retrato ensalzado por el paso del tiempo. En la siguiente, ‘Note After Note’ encontramos otra declaración de intenciones por parte del cuarteto: siguen creyendo en “los acordes con los que crecieron” y seguirán haciéndolo independientemente de los discos y las camisetas que vendan en los conciertos. Gusten más o menos, ellos harán siempre la música que sienten, ajenos a las tendencias, como proclaman en ese estupendo segundo corte.
Se les ha comparado en numerosas ocasiones con The Get Up Kids, una de sus influencias más evidentes, y en este nuevo trabajo encontramos una pila de canciones redondas en esa onda como ‘The Crash’, tan perfecta que no desentonaría demasiado en el antológico Something To Write Home About de 1999. Más especial si cabe es ‘More Than Fine’, uno de los momentos más alucinantes del disco, en el que colabora el cantante de los suecos Starmarket, otra de sus bandas favoritas de siempre.
Ya no son aquellos veinteañeros que grabaron su debut, pues los años pasan y las personas evolucionan, su sonido también, pero la esencia de esa banda formada en 1999 sigue intacta en los 10 cortes de indie rock emotivo incluidos en este muy recomendable Bring Back My Summer, cuya edición en formato físico se reparten los sellos catalanes Saltmarges y Navalla Discos y el japonés Waterslide
LUIS BENAVIDES
