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BELL WITCH – ‘Future’s Shadow Part 1: The Clandestine Gate’

El más pantagruélico funeral doom.

Aunque sería una necedad ningunear a Stygian Bough: Volume I, el disco colaborativo que Bell Witch publicaron en 2020 junto a Erik Moggridge de Aerial Ruin, seis largos años separan al superlativo Mirror Reaper de Future’s Shadow Part 1: The Clandestine Gate, el nuevo álbum del dúo de Seattle. Cómo no, mucho ha tenido que ver en ello la pandemia, pues sus distintas secuencias ya se empezaron a gestar en directo durante su gira con Neurosis y Mono.

Si de inicio la hora con 23 minutos y 16 segundos que conforma ‘The Clandestine Gate’, la única canción que figura en esta obra, pueden parecer una cima imponente, incluso inalcanzable para según qué oídos, los americanos exprimen todo su genio para que ésta se convierta en una experiencia cinemática absorbente y desgarradamente conmovedora. De hecho, os juro que tan pronto terminó mi primera inmersión en ella no dudé en repetir, en volver a darle inmediatamente al play.

Al fin y al cabo, tras las dos partes morrocotudas que cimentaron Mirror Reaper, estaba cantado que el próximo paso de Bell Witch debía ser el álbum completo en un solo corte. Porque ellos quieren que, momentáneamente, logres echar el freno en esta loca carrera en que se han convertido nuestras vidas. Dylan Desmond (bajo, voz) y Jesse Shreibman (batería, voz) desean que pares máquinas, aparques el frenetismo y recapacites junto a ellos acerca del eterno retorno, con Nietzche de fondo y Andrei Tarkovsky supervisando toda poética visual.

La suspensión de cada mínima melodía tiene su importancia en un mundo en expansión, cíclico, en el que la existencia es tan natural como la ausencia de ella. Esta verdad es la de todos y todas, y ésta es la verdad de Bell Witch en cuanto un órgano crece para que, hacia el cuarto minuto y medio, un riff que nos resulta muy familiar nos acabe de situar, indiscutiblemente, ante la nueva proeza de los absolutos dominadores del funeral doom.

Llegados a su cuarto álbum, el lenguaje de los estadounidenses es de sobras conocido por sus seguidores, pero no por escasez de sorpresa Future’s Shadow Part 1: The Clandestine Gate decae en grandeza. De hecho, saber que tarde o temprano esta instrumentación en crescendo te destruirá las entrañas no le quita ni un atisbo de emotividad o magnificencia.

Hay pausa, reflexión, observación y clarividencia. Día, noche, oscuridad y luz cegadora. Majestuosidad desde la nada y anonadamiento ante todas las acepciones que contempla la palabra vida. Este disco es antisistema, atenta contra la frivolidad imperante y entronizada. Aspira a aniquilar la plastificación del alma y a resucitar a nuestro yo más recóndito y ancestral.

Situándote al borde de la lágrima en varios instantes, transportándote a un universo de puños en alto que saborean el poder y la gloria del más pantagruélico funeral doom, Bell Witch han vuelto a demostrar, desde la modestia más minimalista, que están a otro nivel musical y filosófico.

PAU NAVARRA