Las bandas de punk rock están viviendo su propia ‘nueva normalidad’. Por un lado tenemos a Travis Barker jugando su SuperLiga particular. Por otro, a viejas glorias que, al igual que el AC Milan, quieren volver a sentirse importantes y lanzan nuevos discos entremezclando sus señas características con nuevos ingredientes modernos. Estamos hablando de The OffSpring o de Nofx, por ejemplo. Y luego están los románticos, amantes de los sonidos de siempre y acostumbrados a jugar en campos de barro. Y sí, ahí podemos encajar perfectamente a Belvedere.
Tras un hiato definido de cinco años, los canadienses vuelven a mostrarnos su esquema de juego. Canciones frenéticas con alta presencia de guitarras. Tras las incorporaciones al equipo de Dan Wollach a las seis cuerdas y Ryan Mumby en el bajo, su propuesta sigue una línea continuista pero con un aire fresco que transmite vitalidad. Temazos como ‘Camera Obscura’, ‘Comrade’ o’ Memento Mori’ dan buena cuenta de ello. Y espontáneos que saltan al campo durante el partido como Roger Lima de Less Than Jake en ‘Comrade’ o Rody Walker de Protest The Hero en ‘Automate’, animan todavía más el cotarro.
En el apartado lírico, Steve Rawles, cantante y fundador, quiere hacernos pensar sobre nuestro presente y futuro. Con clara vocación de despertar conciencias, los de Alberta nos hablan de la situación política, de una sociedad polarizada y alineada, de salud mental y de la manipulación de las redes sociales. Sin duda, parecen haber reflexionado mucho acerca de la vida en este tiempo pandémico.
En definitiva, un buen álbum si eres de los que echas de menos el GroezRock y los recopilatorios del Punk-O-Rama. Y es que, bajo mi punto de vista, es un motivo a celebrar el que This Is a Standoff se haya convertido en el grupo paralelo a Belvedere y no en su sustituto, como muchos pensamos que iba a acontecer.
DAVID IPANEMA LEAKS