A juzgar por la cantidad, y calidad, del material sobrante que Biffy Clyro acumulan cada vez que graban un nuevo álbum, el trío escocés podría haber hecho carrera a base de sacar únicamente discos dobles… o triples. Ahí están los álbumes de caras B de todos sus trabajos para atestiguarlo.
El último, A Celebration Of Endings, publicado en agosto del año pasado, no iba a ser una excepción, y la banda se quedó con 15 temas extras guardados en sus archivos para que vieran la luz cuando creyeran más oportuno. Sin embargo, ante el inesperado tiempo libre con el que se encontraron al no poder salir de gira, Simon Neil y los hermanos Johnston decidieron darle una vuelta y componer aún más material nuevo. Lo que en un principio podría haber sido un artefacto destinado a sus fans más acérrimos, se acabó convirtiendo en un disco en toda regla, y del título previsto inicialmente, A Commemoration Of Commiserations, pasó a llamarse The Myth Of The Happily Ever After.
Ignoro cómo hubiera sido el disco tal y como lo tenían originalmente previsto, pero resulta evidente que esto es mucho más que un simple disco de descartes. Porque si algo está claro después de 20 años de carrera es que Biffy Clyro no hacen las cosas a medias. Para ellos cada canción es una oportunidad para crear un mundo nuevo y experimentar nuevas vías creativas, y eso se hace de nuevo patente en su noveno trabajo.
Si A Celebration Of Endings ya era una exhibición de su diversidad, aquí han ido incluso más lejos. Aunque eso provoca que al disco le falte algo de cohesión, a la que uno se va familiarizando con las canciones ese defecto acaba pareciendo menor ante todo lo bueno que ofrece. La atmosférica ‘DumDum’ servida sobre un lecho ambient, con la voz de Simon adquiriendo un tono divino advirtiéndonos que «así es como la cagamos desde el principio», y un crescendo post rock, es la perfecta entrada para un álbum en el que nunca sabes lo que te espera al otro lado de la esquina.
Si no fuera porque no pueden evitar untar de melodías pop cualquier cosa que hagan, muy probablemente se hablaría de ellos como una banda de rock progresivo. Afortunadamente, Biffy esquivan caer en la autocomplacencia y nunca aburren. ¿Cómo hacerlo cuando de la pseudo electrónica ‘Separate Missions’ pasamos a una especie de himno a lo Sgt. Peppers en ‘Witch’s Cup’ donde suenan hasta trompetas? ¿O de las suaves texturas de ‘Existed’ a la disruptiva ‘Slurpy Slurpy Sleep Sleep’ con la que acaba explotando el disco?
Quien quiera intensidad la encontrará en ‘A Hunger In Your Heart’ con un estribillo arrebatador y esas ‘paradiñas’ que tan bien les salen; en la propulsiva ‘Denier’, con otra melodía de diez, y ‘Unknown Male 01’, con cierto sabor old school por los riffs y punteos que van descubriendo a lo largo de sus seis minutos. Y aunque no tenga guitarras potentes, la preciosa ‘Haru Urara’ resulta especialmente emocionante; como subirte a los lomos del caballo que inspiró su letra y salir volando.
Menos memorable son la balada acústica ‘Holly Water’, o la épica futurista de ‘Errors In The History Of God’, simplemente porque en su repertorio tienen otros temas parecidos mejores, pero en cualquier caso no empañan otro trabajo de una banda que sigue encontrando oro entre las espesas brumas escocesas.
JORDI MEYA