Hace unos meses, jugando al tenis de mesa en la calle, vi a una adolescente con una cazadora vaquera tuneada con la cara de Billie Eilish en su espalda. Era algo que no veía en un fenómeno pop desde los años de gloria de Michael Jackson.
Reconozco que a su arrollador debut apenas le hice caso más allá de oír obligatoriamente alguna cosa, porque como con Rosalía, el huracán Eilish era y es imposible que no te arrastre en algún instante. Escuchado, en este segundo álbum no sólo ha evolucionado y mejorado sino que ha usurpado la corona de reina del pop a Lady Ga Ga (olvídense de Dua Lipa, juega en otra liga, la del pop bubblegum e insustancial), si es que se puede mencionar a ambas en un mismo párrafo.
Afortunadamente el álbum incide en lo que nos enseñó como nueva canción de la última película de la franquicia James Bond, y no a sus fallidas colaboraciones con Rosalía o el horripilante Justin Bieber. Pistas atmosféricas y con toques de electrónica minimalista, para la voz susurrante de Eilish, que en sus letras enfoca el paso a la madurez, su responsabilidad como modelo de conducta o la llegada de la muerte como un paso natural en el ser humano.
Ninguna es tan brillante como ‘No Time To Die’ pero el nivel es alto. La excepción: se atreve con una bossa nova simpática (‘Billie Bossa Nova’). Los mejores temas es donde ahonda en las baladas electro acústicas como ‘Your Power’ y el tema que titula al álbum o la enteramente acústica ‘Male Fantasy’ que cierra el viaje. También es destacable que pese a tener la posibilidad de trabajar con quien le hubiera dado la gana, el binomio Billie-Finneas se ha mantenido intacto.
El único fallo para que no sobrepase el notable bajo, es que al ser tan extenso en número de canciones, puede llegar a hacerse algo monótono en algún instante, aparte de dos temas, ‘NDA’ y ‘Therefore I Am’ bastante mediocres y que reinciden en su vertiente musical pretérita sin ser ya un hallazgo, sino una repetición de esquemas totalmente olvidables. Como con Lana del Rey, no es alguien que cambiará la historia del pop, pero mejor que los adolescentes escuchen una voz cuya música tiene algo que decir sobre el aquí y el ahora, que en otros referentes del género insustanciales.
IGNACIO REYO
