Hasta hace unas semanas dudo que Bokassa fueran conocidos más allá de los especialistas en stonercore noruego. O sea, por casi nadie. Pero a raíz de su confirmación como teloneros de la gira europea por estadios de Metallica (por petición del propio Lars Ulrich), no son pocos los que, como mínimo, han vista despertada su curiosidad hacía el trío y su nuevo álbum Crimson Riders.
Con pocas florituras, el disco se abre con una breve intro, que uno imagina que sirve para acabar de regular sus amplis cuando suben al escenario, y arranca con ‘Charmed & Extremely Treacherous’, un himno gamberro construido sobre guitarras gruesas y un estribillo pegadizo. Más melódica todavía es ‘Vultures’, un tema que podría pertenecer al repertorio de The Hives y con solo de saxo metido por ahí en medio. La potencia sube de nivel con ‘Mouthbreathers Inc.’ donde se aprecia su origen escandinavo. Y es que en cierta manera, Bokassa son unos perfectos herederos de toda aquella escena, aunque añadiéndole su propio toque. Por ejemplo, en ‘Wrath Is Love’ combinan algún grito más hardcoreta con un coro a lo Biffy Clyro y un riff más stoner.
Sus nueve cortes pasan como un suspiro (buena señal) y la banda maneja con gracia sus diferentes influencias (en ‘Captain Cold One’ combinan de nuevo una estrofa que podría ser de Sick Of It All con un estribillo a lo Turbonegro). Veremos, a efectos reales, cómo se traduce la increíble oportunidad que han tenido -aunque tocar en un escenario gigantesco cuando nadie te conoce, y con una música más concebida para ser descargada en clubs, también tiene sus riesgos-, pero como mínimo la banda presenta un segundo largo con pegada. Si te gusta el rock crudo, pesado y rápido hasta puede que te lleguen a gustar tanto como a su padrino Ulrich.
JORDI MEYA