Pese a tratarse de su séptimo disco, In These Silent Days bien podría verse como el segundo de una nueva etapa en la carrera de Brandi Carlile. Al fin y al cabo, no fue hasta el anterior By The Way, I Forgive You de 2018 -que le valió ganar el Grammy al Mejor Disco de Americana y fue nominado a Disco del Año-, y su participación en el debut el supergrupo Highwomen de 2019, que gran parte del mundo descubrió el talento de esta cantautora de Seattle.
Desde entonces, Carlile se ha erigido también con un personaje mediático en defensa de los derechos de la comunidad queer, escritora de éxito con su biografía Broken Horses, como productora -grabó el último disco de Tanya Tucker y está trabajando en el próximo de Lucius-, y también ha ganado puntos entre la parroquia rockera grabando un single junto a los miembros vivos de Soundgarden o saliendo a cantar con Pearl Jam hace pocos días. Con todos estos elementos, no sorprende que se hubiera generado una gran expectación a su próximo álbum, y desde luego, si Carlile podía sentir algún tipo de presión, la pandemia le dio la oportunidad de aislarse completamente de ella.
Inspirada por el éxito de ‘The Joke’, el hit de By The Way, I Forgive You, Carlile ha decidido potenciar esa faceta de gran intérprete de baladas y nos regala preciosidades como ‘Right On Time’, ‘Letter To The Past’ o ‘Throwing Good After Bad’, emotivas torch songs que podrían haber firmado Carole King o Elton John, y le permiten alcanzar esas notas dramáticas que van directas al corazón.
Estas tres piezas estratégicamente colocadas al principio, en el ecuador y al final, sirven como pilares de un disco en el que no faltan algunos temas más de raíces como ‘This Time Tomorrow’ o ‘Mama Werewolf’, rendir una suerte de homenaje a otra de sus heroínas, Joni Mitchell, en la animada acústica ‘You And Me On The Rock’; ponerse algo ñoña en ‘Stay Gentle’, una nana en la que anima a sus hijos a que mantengan su inocencia, e incluso mostrarse moderadamente visceral en ‘Broken Horses’ o ‘Sinners, Saints And Fools’ en las que se aprecia la influencia de las bandas que reinaron su ciudad en los 90.
Producido por Dave Cobb y Shooter Jennings, el mismo equipo ganador de By The Way, I Forgive You, y compuesto junto a sus inseparables gemelos Phil y Tim Hanseroth, guitarrista y bajista de su banda desde sus modestos inicios, In These Silent Days rezuma ese aire clásico de los grandes discos de los 70, pero sin sonar retro. Un álbum delicioso, formalmente impecable -incluso demasiado- que debería consagrar definitivamente a esta eterna promesa a sus 40 años. Merecido lo tiene.
JORDI MEYA