En un momento del documental que complementa al lanzamiento de Letter To You, Bruce Springsteen confiesa a los miembros de la E Street Band que «la mayor emoción de mi vida es estar detrás de un micrófono y a vosotros detrás de mí». Esa misma frase resume a la perfección lo que supone el vigésimo álbum de estudio del cantautor de New Jersey.
Porque si de algo le sirvieron en su momento las pérdidas de Danny Federici y, sobre todo, Clarence Clemons, fue para darse cuenta (si es que hacía falta) de que esa formación ha sido su mayor activo dentro de su carrera profesional. Prueba de ello en estos últimos tiempos fue ese The River Tour de 2016 que ni tan siquiera entraba en los planes y le hizo guardar en el cajón hasta el año pasado Western Stars, un disco en solitario que llevaba grabado desde hacía ya tiempo. Todo sea por aprovechar al máximo la compañía de sus fieles escuderos.
Springsteen sabe que llegado a los 70, la distancia respecto a un posible final se hace cada vez más corta, y que por ello es mejor disfrutar mientras aún quede tiempo. A esa razón obedece Letter To You, un trabajo que parece querer devolver a su banda de toda la vida la relevancia que había perdido últimamente en el estudio. Grabado en apenas cinco días a la vieja usanza con todo el grupo tocando en directo (algo que no ocurría desde Born In The USA), es un documento que certifica el compromiso de unos músicos que en realidad todavía siguen siendo una pequeña pandilla de colegas.
Curiosamente la encargada de dar el pistoletazo de salida es ‘One Minute You’re Here’, una pieza acústica a lo Nebraska que nos introduce en esa filosofía del carpe diem. «Un minuto estás aquí, al siguiente te has ido», canta un Bruce al que se le van sumando tímidamente sus compañeros de batalla para, entonces sí, arrancar motores con el tema que da título al álbum. La nostalgia se palpa en el ambiente, pero lejos de resultar forzada, suena convincente y hasta emocionante.
Con el ritmo trotón de ‘Burnin’ Train’ comprobamos que no sólo la maquinaría sigue engrasada, sino que esta vez va muy en serio. Hacía tiempo que la E Street Band no sonaba tan condenadamente clásica en un disco de Springsteen y, al mismo tiempo, aportando toda esa experiencia acumulada a lo largo de medio siglo. Especialmente conmovedora es ‘Janey Needs A Shooter’, uno de los tres temas rescatados de la época de los 70 que nunca habían visto la luz de manera oficial. Se trata de un extenso medio tiempo que podría haber encontrado su hueco en Darkness On The Edge Of Town. Cuando la armónica entra a mitad de la canción es imposible resistirse a que asome una sonrisilla cómplice. Estos abueletes todavía lo tienen.
En esa misma orbita se encuentran ‘If I Was The Priest’ y ‘Song For Orphans’, los otros dos descartes recuperados para la ocasión en los que hace buenas aquellas primeras y odiosas comparaciones con Bob Dylan que le cayeron al inicio de su carrera. Arropado por la dupla de teclados que forman entre Roy Bittan y Charles Giordiano, Bruce saca a pasear esa faceta crooner que tan bien se le ha dado siempre. Hasta encuentra espacio en ‘Last Man Standing’ para rendir un sentido homenaje a su primera banda, The Castiles, de la cual es el único superviviente vivo en la actualidad. Éste es un de los pocos momentos en los que Jake Clemons (sobrino de Clarence) brilla con luz propia al saxo.
Pero aunque eche constantemente la vista al pasado, también hay momentos para la celebración, caso de una vibrante ‘Ghosts’ que se descubre como un nuevo himno instantáneo para una futura gira que se retrasará hasta que el coronavirus diga. Al final, Springsteen no necesitaba ponerse el traje de cronista de la sociedad americana o de héroe de la clase trabajadora que tanto se ha empeñado en vender para encontrar su mejor su versión, sino ser él mismo, contar su propia historia y estar rodeado de la gente que mejor le ha sabido entender en lo musical.
Sea como sea, si Letter To You significa un hipotético último brindis junto a la E Street Band, desde luego no podría dejar mejor sabor de boca.
GONZALO PUEBLA