A veces somos más exigentes con quien menos lo merece. Algunos tuvieron la sensación en los reciente conciertos de Bryan Adams que el canadiense ha caído un poco en la autocomplacencia, repitiendo el mismo repertorio desde hace tiempo… pero la realidad es que sus shows siguen siendo muy buenos.
Y lo mismo podríamos decir de ese trío de discos que son Get Up (2015), Shine A Light (2019) y este recién editado So Happy It Hurts. Tres trabajos en cierta manera cortados por el mismo patrón, pero que han enderezado su catálogo en esta parte final de su carrera. Poco más podemos pedirle a un músico de 62 años que todavía sigue disfrutando encima de un escenario y grabado temas más que decentes. Como señala su título, So Happy It Hurts es un disco endiabladamente positivo, y solo por eso ya debería de ser aplaudido.
Uno de los grandes alicientes del álbum era la vuelta de John ‘Mutt’ Lange en la producción de algunos temas. Pero por mucho amor que se le pueda tener a Lange, lejos quedan aquellos días en los que gracias a sus producciones, pura artesanía tecnológica, lanzó a la estratosfera carreras como las de AC/DC, Def Leppard, Shania Twain…o el propio Bryan Adams con Waking Up The Neighbours.
No deja de resultar entrañable que algunas de las canciones que han hecho para este álbum, como ‘You Lift Me Up’, ‘Always Have, Always Will’ o ‘Let’s Do This’, parezcan descartes de los Leppard o Shania, y aunque sin alcanzar sus momentos de gloria, por algún motivo, siguen funcionando.
También tiene gracia que se haya auto plagiado sin descaro en ‘I’ve Be Looking For You’ un tema clavado a ‘You Belong To Me’, el resultón single de Get Up, que el mismísimo John Cleese haga un speech al principio de la impetuosa ‘Kick Ass’ o que la magia con su colaborador de siempre, Jim Valance, siga fluyendo en la rockera ‘I Ain’t Worth Shit Without You’ o en esos aires countries de ‘Just Like Me, Just Like You’.
So Happy It Hurts es un disco que ni cambiará nada, ni lo pretende. Como sus últimas obras sencillamente son guiños de complicidad que el artista nos lanza a todos aquellos que hemos estado a su lado durante décadas, y que nosotros recibimos con más que agrado. Siempre tan consciente de que quien es, de dónde viene, y a dónde quiere ir, Adams sigue siendo un valor seguro.
RICHARD ROYUELA