Al anunciar su separación en 2018, todos dimos por hecho que Cachemira pasarían a engrosar esa infinita lista de grupos con una vida muy corta y apenas un disco en su haber, el recomendable Jungla. Una lástima, pero ya sabemos que esto es ley de vida en la música.
Así que en 2020 la inesperada noticia de que el conjunto catalán volvía a la actividad con una renovada alineación (en este caso, la ex-The Mothercrow Claudia González se incorporaba como cantante y bajista) fue celebrada con jolgorio por la parroquia aficionada a los sonidos psicodélicos con ascendencia setentera practicados en nuestras fronteras.
El power trío se lo ha tomado con calma para dar forma a un segundo larga duración que en realidad prácticamente se podría considerar como un re-debut. Y es que a pesar de que no se han movido demasiado de las coordenadas dónde ya les teníamos ubicados, los nuevos aires que se respiran en Ambos Mundos son palpables desde el primer instante.
‘Don’t Look Back (To The Fire)’ arranca poniendo la maquina a 100 y de ahí ya no se bajarán en la siguiente media hora. Si en Jungla se dejaban llevar por la improvisación, aquí las canciones son mucho más concretas y directas, sin renunciar al virtuosismo con los instrumentos. Así encontramos a un Gaston Lainé comodísimo, liberado de responsabilidades al micro y con espacio para escupir riffs y solos a su antojo en ‘Dirty Roads’ y ‘Get Out (Turn Around)’.
No solo la presencia de Claudia (quién demuestra gastar una buen vozarrón a lo largo de todo el álbum) es la gran novedad. Se ha cuidado la producción al añadir arreglos de teclados y congas, ayudando a enriquecer la paleta sónica que aquí despliegan. Más llamativas aún son las dos incursiones en el castellano de ‘Mujer Vudú’ y ‘Ambos Mundos’. La primera se trata de un certero single que serviría de estupenda carta de presentación para cualquiera que aún les desconozca. En la segunda, encontramos un largo desarrollo que pasa de la psicodelia a una transición flamenca dónde LG Valeta de ‘77 se cuela para poner la guinda con unos punteos de guitarra clásica.
Viendo los resultados, me hubiera gustado que se hubieran atrevido por completo con el cambio de idioma. Quién sabe si lo veremos más adelante en futuras entregas. De lo que no me cabe duda es que Cachemira están de regreso y con más vitalidad que nunca.
GONZALO PUEBLA