No es oro todo lo que reluce. Cuando el mes pasado se anunció el cartel de la tercera edición del festival Sick New World, que debía celebrarse el 12 de abril de 2025 en Las Vegas, en Estados Unidos, quien más quien menos suspiró por poder asistir un evento parecido por aquí.
Además de contar con Metallica y Linkin Park como cabezas de cartel, en la programación también figuraban Queens of the Stone Age, Evanescence, Gojira, Mastodon, Refused, AFI, Meshuggah, 311, Ministry, Daron Malakian’s Scars on Broadway, Down, Mudvayne, Machine Head, Arch Enemy, Cannibal Corpse, la reunión de Acid Bath, o la primera actuación de los Tomahawk de Mike Patton en diez años, entre muchos otros. Vamos, todo lo necesario para que volviera a ser un gran éxito.
Pero inesperadamente, la organización ha anunciado hoy su cancelación. “A pesar de nuestros mejores esfuerzos, nos hemos encontrado con circunstancias imprevistas que no podemos superar para ofrecer el evento del próximo año», han escrito en un comunicado.
No habiendo un motivo claro para la suspensión, algunos medios como Hits Daily Double, apuntan a que la venta de entradas no habría llegado todavía a un tercio de las 60.000 que se habían puesto a la venta y que eran necesarias agotar para poder cubrir los elevadísimos cachés de Metallica y Linkin Park, presuntamente 5 millones de dólares por cabeza, y que el evento diera beneficios.
Teniendo en cuenta la increíble oferta de bandas, se hace difícil pensar que ese sea el problema, sino que más bien estaría en los elevados precios de las entradas, 472 dólares las más barata hasta 1873 por las VIP.
Esperemos que semejante batacazo ayude a reflexionar a todo el sector, desde los managements de los artistas, a sus agentes y promotores, para poner fin a esta locura inflacionista que no conduce a ninguna parte y que supone un gran perjuicio para los fans. Y es que por mucho que devuelvan el importe de las entradas adquiridas, ¿quién se hace cargo de los billetes de avión o reservas de alojamiento que pudieran haberse abonado ya?