Cancer Christ es un fenómeno curioso y fascinante. Se definen como una «Humilde Iglesia” que difunde su evangelio a través de su ‘Reptilinian Power Violence’.
Afirman, así mismo, que San Antonio y el Pueblo Serpiente han sido enviados desde el cielo en una misión sagrada para hacer que todos los políticos, pedófilos y agentes de policía sufran lentamente… con el fin de crear un espacio seguro para fanáticos y freaks de todos los géneros, sexualidades, razas… Pero sobre todo su punto fuerte son sus actuaciones en directo, o en sus palabras,’sermones’, bautismos de sangre a base de lanzallamas, máscaras, violencia y mucha, mucha teatralidad. Sin duda, una propuesta muy extrema que se contrapone a un mundo en el que todo está calculado, milimetrado y obsesionado con lo políticamente correcto para no correr el riesgo de ser cancelado.
No son los primeros en usar la provocación como reclamo, pero después de haber visto algunos vídeos en la red de redes, se agradece que alguien opte por transgredir. God Is Violence es el primer largo de estos evangelizadores con residencia en Los Ángeles, con una reputación de locos forjada a fuego tras actuar con DRI, Toxic Holocaust o Goatwhore. Rodeados de cierta expectación en los círculos underground de la Costa Oeste americana, esta primera colección de versos se esperaba con ganas.
Musicalmente tampoco inventan la rueda. El crossover thrash mugroso es la nota predominante en los 20 temas que transcurren en apenas 25 minutos. Directos al grano, veloces, guarros, van soltando cada uno de sus sermones. Títulos como ‘Baptized Un Piss Anda Shit’, ‘God Hates Cops’, ‘Satan Is A Bitch’ o ‘Jesus Got A Big ‘Ol Cock’ te indican de qué va esto y cómo encontrar la redención en la iglesia de Cancer Christ.
Disfrutables, irreverentes y divertidos estos locos de California pueden acelerar tu conversión a su credo si te dejas y estás dispuest@ a que te trepanen el lóbulo frontal con sus desquiciadas canciones e irreverentes textos. Yo estoy en ello, y sobre todo espero que se dejen caer por Europa y poder asistir a alguno de sus sermones en directo y así ser bautizado en la iglesia reptiliana. Se me antoja un planazo.
JOAN CALDERON
