Chat Pile es un cuarteto de Oklahoma que practica una suerte de sludge metal/noise rock que los sitúa en algún punto indeterminado entre el indie y el metal, incómodo para algunos; no para mí. Te los podrías encontrar en el Resu o en el Primavera Sound, para hacerlo ilustrativo.
Incorporan en su sonido unas afinaciones que recuerdan a los primeros Korn, guitarras potentes, base rítmica contundente con un bajo todopoderoso que es lo que más los aproxima a los de Bakersfield y voz agonizante, pero también podrías emparentarlos con los Idles más crudos.
En esta sociedad líquida, postfordista y sometida a la dictadura del algoritmo, Chat Pile expresan el descontento generacional con un sonido guarro, ludita en contraposición al avance tecnológico, más analógico que digital. Para ello tiran de destreza, desarrollando unos temazos a medio tiempo en el que el ruidismo se gana su espacio entre tanta contundencia.
En este mundo del “todo fácil”, en el que aparentemente todo se consigue sin esfuerzo, adentrarse en este God’s Country es una titánica experiencia. Requiere que tú, oyente, pongas de tu parte y seas permeable a lo que aquí nos muestran.
Un disco que supura odio. Expulsa bilis. Genera cabreo. Ahí tienes la superlativa ‘Why’ que denuncia la situación de la vivienda en EEUU (aunque el problema es compartido a nivel global) con una sencilla letra, pero clara y directa “¿Por qué la gente tiene que vivir afuera/Cuando hay edificios a nuestro alrededor/Con calefacción y nadie adentro?/¿Por qué?”. La influenciada por Pixies, ‘Anywhere’ que denuncia el colapso de nuestro mundo desatado y sin control que conduce a los individuos a la alienación. El transcurrir de un atraco en ‘The Mask’ desde el punto de vista del atracador y su asfixiante náusea vital… Y de la machacona ‘grimace_smoking_weed.jpeg’ y la pesadilla lisérgica ¿qué me dices?
God’s Country es un disco, que puede ser el primero de muchos, de una banda que puede marcar tendencia y no solo por su música. Hacer de altavoz de lo que no gusta en esta puta sociedad, no vende muchos discos, la verdad, y menos en los terrenos en los que nos movemos. La suma de influencias poco vista hasta el momento -aquí hay noise, indie, sludge, nu metal e incluso algo de hardcore- puede catapultar a Chat Pile a ese Olimpo de grupos indefinibles, pero con una base de seguidores sólida. O al menos, debería.
JOAN CALDERÓN
