Con la avalancha de discos que nos llegan un mes sí y al otro también, a uno se le acaban escapando ciertos lanzamientos a los que no llega a prestar atención hasta pasados unos meses. La llegada del fin de año es un buen momento para hacer repaso y recuperar esos álbumes que se quedaron perdidos en el camino. Y en mi caso la segunda obra de Church Of The Cosmic Skull está siendo uno de ellos.
En circulación desde 2015, está banda coral procedente de Nottingham, debutó hace un par de años con Is Satan Real?, en el que llamaban la atención tanto por su puesta en escena como por el contenido de sus canciones. Como si de una especie de secta espiritual neo-hippie se tratase, la Iglesia de Calavera Cósmica propaga su amor por la ciencia, el arte y el libre pensamiento por medio de guitarrazos con regustillo hard rock, teclados progresivos y coros angelicales revestidos de aroma kitsch. O como a ellos mismos les gusta decir «put the ABBA in Sabbath». Más claros no pueden ser. Conjugan el rock duro y las melodías pop de un modo que me hace emparentarles con Ghost, aunque la manera en la que cada uno ejecuta las mismas influencias es bien distinta.
Pueden pivotar desde la urgencia de ‘Timehole (Gonna Build A Rocket Tonight)’ y el irresistible hit single ‘Cold Sweat’, a la majestuosidad vocal que despliegan en ‘Revolution Comes With An Act Of Love’, siendo todo un canto que hará que te unas a su noble causa. Pero entre tana túnica blanca y pulcra también se esconde un lado oscuro, como bien dejan atisbar ‘The Devil Again’ y la incisiva ‘Go By The River’ con un juego de teclados y guitarras notable, en los que destaca su barbudo líder, el hermano Bill Fisher y su Flying V de arcoíris fantasía que llena de colorido cada rincón de sus composiciones.
En mayo les tendremos en el Kristonfest y apuesto a que serán uno de los nombres más destacados de su próxima edición. Yo que vosotros me aseguraría de llegar pronto la ceremonia.
GONZALO PUEBLA