Cuando crees que no es posible que una banda que lleva once álbumes a sus espaldas pueda seguir mejorando, llegan Clutch y se plantan con discazo como Book Of Bad Decisions. No es que destaque por nada en particular respecto a los trabajos que han publicado en esta década, Earth Rocker (2013) y Psychic Warfare (2015), es simplemente que el cuarteto de Maryland ha adquirido ese punto de excelencia en el que parece que hayan sido tocados por una varita mágica.
Seguramente tenga mucho que ver con la madurez que han alcanzado como músicos y esa química como colectivo que hace que todo fluya con absoluta naturalidad. Es una delicia centrarse en lo que hace cada instrumento, interviniendo sólo cuando es necesario y dando el espacio para que cada uno brille: los riffs y solos de Tim Sult, un guitarrista de lo más infravalorado, el pulso del bajo de Dan Maines y la precisión y groove del batería Jean-Paul Gaster, y naturalmente el flow rockero de la voz de Neil Fallon.
Además, el sonido del disco a cargo de Vance Powel (The White Stripes, Arctic Monkeys) es estelar. El productor ha tenido el buen ojo de capturar la esencia que tiene el grupo en directo y proponer algún novedoso arreglo como esa estupenda sección de vientos en ‘In Walks Barbarella’ o un piano en ‘Vision Quest’. Estilísticamente, Clutch ya hace tiempo que juegan con las cartas boca arriba, combinando rock pesado y blues, aunque quizá este sea un disco más funky que los anteriores. Tampoco falta a la cita su amor por Black Sabbath en ‘Spirit Of ‘76’, y de hecho ‘A Good Fire’, trata sobre la primera vez que Fallon los vio en directo. Hoy por hoy, infalibles.
JORDI MEYA