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CODE ORANGE – ‘The Above’

Resulta que el futuro estaba en volver a 1999.

La pandemia nos impidió conocer hasta dónde podrían haber crecido Code Orange con su anterior álbum en circunstancias normales. Publicado el 13 de marzo de 2020, Underneath era un disco denso y oscuro, pero también contenía algunas de sus canciones mas melódicas y asimilables, concebidas para llegar a un público más amplio.

La profunda frustración por no poder promocionar un trabajo en el que habían invertido tanto esfuerzo y depositado tantas esperanzas, les situó al borde de la separación, pero finalmente acordaron tirar adelante y darse una nueva oportunidad. Viendo el percal quizá otra banda, habría optado por rebajar sus pretensiones y, quizá,  volver a los orígenes haciendo un disco de ese metalcore abrasivo que les puso en el mapa en sus inicios. Lejos de eso, el sexteto de Pittsburgh ha doblado la apuesta facturando un álbum todavía más ambicioso y descaradamente ecléctico.

De la mano del nuevo sello Blue Grape Music, creado el año pasado por Cees Wessels y David Rath, antiguo fundador y A&R respectivamente de Roadrunner, Code Orange prosiguen una evolución hasta ahora insólita dentro de su escena creando un híbrido con elementos de metal industrial, grunge, nu metal y trip hop. Resulta que el futuro estaba en volver a 1999.

The Above sería justo el disco que esperarías si Underneath lo hubiera petado comercialmente. Incide en ese sonido muy procesado en el que parece que cualquier pista haya pasado por miles de filtros (aunque la base instrumental se grabó en directo con el anti productor Steve Albini) e incorpora todavía más hooks. La incorporación a las filas de Max Portnoy -siendo batería no hace falta decir de quién es hijo- ha contribuido también a darles una pátina más rock. Todavía encontramos algún rastro de sus raíces en algún breakdown, pero es obvio que los referentes de la banda han cambiado.

Uno de los más evidentes es Korn en los riffs y el tratamiento vocal en temas como ‘Theatre Of Cruelty’, ‘A Drone Opting Out Of The Hive’ o la pegadiza ‘Take Shape’. No en vano Billy Corgan, que canta en el interludio de esta última, también ayudó en la composición de uno de los singles del último disco de los de Bakersfield. La influencia de The Smashing Pumpkins también se aprecia en ‘Mirror’, una canción semi acústica de base electrónica cantada por la guitarrista Reba Meyers, que podría encajar sin problemas en un disco como Adore.

La banda abraza el rock alternativo noventero en ‘I Fly’ o ‘Circle Through’, e incluso en ‘The Mask Of Sanity Lips’ suenan como una imposible colaboración entre Nirvana y Marilyn Manson. Tampoco faltan abundantes guiños a Nine Inch Nails en ‘Splinter The Soul’, ‘But A Dream…’ o ‘The Above’ tanto por sus arreglos electrónicos como por el enfoque de la voz de Jami Morgan, quien en algunos estribillos arrastra las palabras como hacía Chester Bennington. Sus haters ahí van a tener un filón para atacarles.

Ahora ya sí, sin otra pandemia por medio (crucemos los dedos) será el momento de comprobar si la jugada les ha salido bien o no, pero más allá de sus resultados comerciales, Code Orange pueden sentirse orgullosos de romper con la monotonía.

JORDI MEYA