Cuando leí por primera que Fat Mike, Sam King de Get Dead y el rapero Ceschi Ramos habían formado una nueva banda llamada Codefendants, me imaginé que serían una especie de versión más macarra de aquellos Transplants, que hace 20 años juntó a Tim Armstrong, Travis Barker y Rob Aston. Pero una vez escuchado este debut, veo que el proyecto tiene mucha más miga de la que imaginaba.
Al igual que aquellos, este trío también usa el punk rock como base y lo reboza con todo tipo de sonoridades distintas, principalmente del hip hop. La diferencia es que aquí todo suena más oscuro y amenazante, pero no por ello, y ahí está el mérito, menos accesible. El hecho que tanto King como Ramos hayan pasado tiempo entre rejas y hayan tenido problemas con las drogas -algo que nuestro amigo Mike también conoce de cerca- tiñe las canciones de una autenticidad de la que carecen otros grupos que van de malotes.
Como pasaba con los discos de gansta rap de finales de los 80, This Is Crime Wave consigue totalmente que te metas en esta película que relata la otra cara del sueño americano. Arte salido de esas cloacas que todos tenemos dentro. Son historias de adicción, de hogares rotos, de traumas infantiles, de abusos, de autodestrucción; de aceptación de los defectos propios, de brutalidad policial, de pobreza económica y espiritual, que podrían resumirse en una de las frases de ‘Suicide By Pigs’, «Nada le quita la alegría a la vida como la verdad».
El protagonismo compartido de los tres miembros, junto a las aportaciones de colaboradores como Stacey Dee de Bad Cop/Bad Cop, Onry Ozzborn de Dark Time Sunshine, y The D.O.C., (el fundador de Death Row hacía 20 años que no grababa nada) le dan al disco un aire coral que refuerza la idea de que a pesar de que se traten de historias muy personales, todas juntas acaben formando el retrato de una comunidad.
La diversidad de la música también establece esa conexión entre los individuos y el colectivo. A priori podría ser fácil identificar quién ha sido el responsable de cada una de las partes -Fat Mike las más punk rock, King las más folk y Ceshi la más hip hop- pero en algunas canciones vas pasando de un estilo a otro con una gran fluidez que demuestra que esto ha sido un verdadero ejercicio de colaboración.
Por tu oído entrarán ritmos jamaicanos (‘Def Cons’), guitarras distorsionadas (‘Abscessed’), pasajes acústicos (‘Prison Camp’), rapeados rasgados (‘Fast Ones’), flows increíbles (‘Suckers’), melodías pop (‘Brutiful’) y hasta arreglos de cuerda (‘Suicide By Pigs’). Lejos de sonar como pastiche forzado, este debut utiliza el mestizaje para pintar la complejidad del ser humano y su entorno de una manera brillante.
JORDI MEYA
