Si sois habituales de salas madrileñas como la Wurlitzer, el Fun House o el mítico Gruta 77, es más que probable que hayáis reconocido a la primera el tupé y las patillas mejor perfiladas a esta orilla del Manzanares. Efectivamente, Álvaro Escribano es uno de esos músicos incombustibles que desconocen lo que es quedarse tumbado en el sofá.
Por si no tuviese suficiente con dos proyectos tan activos como Odeón y Swampig, la pasada temporada se sacó de la chistera una nueva aventura bajo el nombre de Crazy Stacey & The Customs. Un personaje con el que saca a pasear su innegociable pasión por el rock and roll de la vieja escuela, pero con una actitud salvaje a la par que incendiaria.
No en vano, su EP de presentación, Scream & Shout, se nutría de versiones de The Sonics y Nick Curran entre otros. Y precisamente el cantante de Biddeford es el punto de partida de donde surge First Class Hypochondriac, su primera obra con material original. El asunto despega (literalmente) con ‘An Introduction To Crazy Stacey & The Customs’, que no es que sea una invitación a la fiesta, es que te agarra directamente, te mete de lleno en ella y de paso te sirve un cocktail para que te vayas entonando con lo que viene a continuación.
Recupera ’62 Impala’, un corte perteneciente a su etapa con los geniales The Hardtops y que aquí sigue sonando estupendamente. ‘First Class Hypochondriac’ sería la que mejor resume lo que es Crazy Stacey: rock’n’roll con actitud punk y un saxo a cargo de David Pardo que es pura gasolina. Sus otros compinches son dos rostros sospechosos como los de Saray Saéz tras los parches y Diego Serrano al mando del bajo sexto. Con semejante escuadrón suicida, el loco Stacey no tiene reparos en meterse por terrenos más barriobajeros (‘Smoke Signals’), rendir tributo a la Brian Setzer Orchestra en la instrumental ‘Pompadour’ o estamparte en todo los morros una macarrada del calibre de ‘The Jukebox Wolfpack’.
Como dice el propio Escri , estamos ante un disco de ensueño para girar por todos los psiquiátricos de la galaxia. Rockonudo.
GONZALO PUEBLA
BONUS TRACK CON… ÁLVARO ESCRIBANO
¿Cuando empieza a rondarte la idea de crear Crazy Stacey & The Customs?
«Crazy Stacey nace como un accidente, la verdad. Llevaba tiempo queriendo grabar baterías de rock n’ roll a la antigua en La Chulona, mi estudio de grabación, dando un tratamiento distorsionado y agresivo a la movida. Oli, batería de Accidente y Redneck Surfers y amigo desde hace mil años, se ofreció con toda amabilidad como conejillo de indias. La idea era grabar un puñado de versiones para ver qué podía hacer con esas baterías a nivel de tratarlas y demás. Me gustó tanto el resultado, que pensé: «Hombre, esto hay que vestirlo». Así que hablé con más amigos para darle forma a esos temas que terminaron convirtiéndose en Scream & Shout, el EP de debut que salió el pasado año».
En las canciones hay mucho de rock clásico, con referencias que son muy evidentes para quienes conozcan tus gustos. Pero entre todas destacaría especialmente la de Nick Curran. ¿Qué significa para ti una figura como la suya?
«Sin duda Nick Curran es la influencia que me hizo echar a andar este proyecto. Para mí, junto a JD McPherson, es la figura más importante que ha habido en el rock n roll desde los Stray Cats. De Nick me encanta que pudiera absorber todas las influencias musicales que recibió, desde el blues y rhythm & blues más puro, al punk rock o incluso alguna metalada y aglutinarlas en una propuesta de rock n roll cincuentero pero hecho en el siglo XXI sin mirar atrás. Reform School Girl es uno de mis discos favoritos. Sin él no existiría Crazy Stacey & The Customs, eso seguro».
A pesar de la variedad que podemos encontrar en First Class Hyponchondirac, se trata de un trabajo muy breve. ¿No te planteaste el hacer un álbum completo en lugar de un mini?
«La verdad es que no. Me encanta el concepto de hacer un trabajo breve, entre 6 y 8 temas. Que sea inmediato, fácil de escuchar y que a la gente que le guste se quede con ganas de más. Mi intención es sacar un mini álbum cada año. Ya veremos si a la larga es posible hacerlo, pero me gusta la idea de que la máquina no pare, que puedas ver la evolución del proyecto en tiempo real».
¿Quién es Crazy Stacey? ¿Por qué este alter ego?
«Es mi versión más desenfadada, rockera y enérgica. Quería recuperar la parte más directa y rocanrolera que he tenido en algunos de mis grupos, pero bajo mi nombre. Aunque ese nombre sea un alter ego. Esta historia tiene la continuidad que quiera y sea capaz de darle individualmente. La vestimenta de fantasía nace como una escalada armamentística entre los Customs, que son unos malditos genios para dejar ciega a la peña con lo que llevan puesto».
Define en pocas palabras como es uno de vuestros conciertos.
«Fiesta, punk rock, rock n’ roll, sudor y risas. Nos gusta hacer un espectáculo muy potente y divertido a la vez. ¡Venid a verlo y lo comprobaréis!».
GONZALO PUEBLA