Aunque ningún grupo se ha escapado de los efectos negativos de la pandemia, a Creeper les pilló especialmente mal. Sex, Death & The Infinite Void, su ambicioso segundo álbum, apareció en julio del año pasado, cuando soñábamos con volver pronto a la normalidad y la banda parecía tenerlo todo a favor para consolidarse.
Sin posibilidad de salir de gira -aunque al menos pudieron actuar en el Download Pilot en junio-, los británicos han decidido dar salida a un nuevo EP, con material que no entró en el disco, y que sirve como epílogo de su último trabajo, tanto narrativa como musicalmente. Eso significa que volvemos a encontrarnos al grupo incidiendo en esa tendencia cada vez cercana al rock atemporal y más alejada del punk rock de sus inicios. Lejos de ser un problema, diría que es todo un acierto.
Con tantos grupos de rock intentando estar ‘a la última’, es reconfortante que haya un grupo todavía joven buscando la inspiración en artistas de antaño. Ahí está esa inicial ‘Midnight’ que parece una puesta al día de ‘Because The Night’ de Patti Smith (más en la versión live de Springsteen) con ese fraseo de piano y un impetuoso solo de guitarra, la balada ‘Damned And Doomed’, cuya melodía recuerda a la de ‘Knocking On Heaven’s Door’ de Bob Dylan, o ‘Ghosts Over Calvary’ con un estribillo hard rockero que habría encajado en el Trash de Alice Cooper. Naturalmente todo ello sazonado con el punto melodramático que proporcionan las interpretaciones del cantante Will Gould en baladas como ‘One Of Us’, que en ocasiones parecen un homenaje al fallecido Jim Steinman.
Otro punto a su favor es el protagonismo cada vez mayor de la teclista Hannah Greenwood, convertida de facto en co-vocalista, algo que también les da un punto diferencial respecto a otros grupos de su órbita, y que les ayuda a encontrar nuevos matices. Por todo ello, a pesar de tratarse de un EP, con cinco temas y tres interludios, American Noir te deja con el estómago lleno, a la vez que con hambre de saber hacia dónde tirarán en su próximo paso.
JORDI MEYA
