ARTISTAS: THE MENZINGERS / GORKA URBIZU + CÁNDIDO GÁLVEZ
FECHAS: 22 Y 23 DE ABRIL DE 2025
LUGAR: SALA COPÉRNICO (MADRID) Y LA 2 DE APOLO (BARCELONA)
PROMOTOR: HELLO CLEVELAND
Lo admitimos. Tal vez lo de escribir en una revista se nos de regular (aunque si hemos logrado sobrevivir durante 20 años, algo bueno habremos hecho, ¿no?), pero cuando se trata de armar una buena fiesta, solemos cumplir con creces. Si en 2015 celebramos el décimo aniversario de Rockzone con los conciertos de Brand New en Madrid y Every Time I Die en Barcelona, para el vigésimo había que superarse. ¿Y qué mejor manera de hacerlo que volviendo a traer a una de nuestras bandas favoritas como son The Menzingers después de 6 años sin pisar España?
Aprovechando que los de Scranton cruzaban el charco para realizar algunas fechas en Reino Unido, nos parecía una excusa magnífica para darnos el gustazo de verlos de nuevo en acción. Además, por el recuerdo de su anterior visita en 2019, sabíamos que difícilmente hubiéramos podido encontrar a un grupo mejor con el que festejar estas dos décadas de existencia. Y claro, como en todo cumpleaños hay que invitar a los buenos amigos, también liamos a dos músicos tan cercanos a nosotros como Gorka Urbizu y Cándido Gálvez para que se apuntaran a las dos fechas de Madrid y Barcelona.

Tras una breve presentación de Jordi Meya a modo de agradecimiento a todos los que han seguido Rockzone a lo largo de todo este tiempo, la improvisada pareja tomó asiento en el escenario, en Madrid, siendo la primera fecha, visiblemente inquietos. Casi tanto como nosotros mismos por ver que es lo que nos habían preparado. Por suerte, a la que Gorka se arrancó con una versión acústica de ‘Oreka’, uno de los grandes clásicos de Berri Txarrak, en Madrid y de ‘Tren Bat’, de su debut en solitario, en Barcelona supimos que estábamos en buenas manos.
Como si fuera un partido de tenis, fueron alternándose temas propios de Berri (‘Zorionaren Lobbya’, ‘Katedral Bat’) y Viva Belgrado (‘Perfect Blue’, ‘Un Tragaluz’). De hecho, en Madrid a Cándido le traicionaron los nervios a la hora de atacar ‘Un Collar’, teniendo que descartarla finalmente, aunque al día siguiente sí sería capaz de quitarse la espinita. Por suerte, poco a poco se fueron soltando y nos regalaron una selección acertadísima de versiones de Rise Agaisnt (‘Swing Life Away’), Weezer (‘Butterfly’) o Bright Eyes (‘First Day Of My Life’). Esta última contó con la anécdota de Cándido, que descubrió precisamente a la banda de Conor Oberst al ver una foto de Gorka en un antiguo número de Rockzone en la que llevaba una camiseta suya. Detalles como ese son los que de un modo u otro conectan la historia de bandas a las que admiramos con la nuestra propia. Igual que la inesperada cover de ‘Conmigo’ en un guiño a Cala Vento, con quienes ambos han grabado, que en Barcelona ejercieron de DJ’s en la after party pinchando hits -desde Blink-182 a Dua Lipa- que los asistentes, entre ellos los propios Menzingers y su crew, bailaron hasta que nos echaron del local.

Lo de Gorka y Cándido fue un experimento curioso y de lo más emotivo que sin duda guardaremos en la memoria por haber presenciado algo que difícilmente se repita en el futuro. Aunque quien sabe si esto podría ser el comienzo de algo más…
De ese formato íntimo y recogido, pasamos a la euforia desatada de los grandes protagonistas de las veladas. Y es que bastó que The Menzingers pegaran el primer guitarrazo de ‘Good Things’ para que a todos se nos dibujara una sonrisa de oreja a oreja que no se borraría en toda la noche. A partir de ahí, la siguiente hora y media se convirtió en un festival de cánticos y puños en alto en cuanto se avecinaron los estribillos de ‘Try’, ‘I Don’t Wanna Be An Asshole Anymore’ y ‘Burn After Writing’.

Con especial atención a sus dos obras más celebradas, On The Impossible Past y After The Party, el cuarteto fue soltando un temazo tras otro sin vacilar. Se agradeció que recuperaran algunos cortes no tan habituales como ‘Ava House’, ‘Rodent’, ‘Thick As Thieves’ o ‘House On Fire’. En Barcelona también interpretaron ‘Gates’ a petición de un fan que se habían encontrado esa tarde. A estas alturas ya casi podemos considerarles unos veteranos de la escena punk rock, pero el entusiasmo que trasmiten es más propio de una banda novel que de una que ya está de vuelta de todo. Probablemente ahí resida su gran secreto: el ser una pandilla de colegas que disfrutan cantando sobre las penas de la vida a grito pelado como si fueran victorias. Cuando tienes eso, y además te crees cada línea y acorde al 100%, no hacen falta de más artificios para poner una sala patas arriba.

En cierto sentido, ese espíritu de cercanía es con el que Rockzone nos sentimos más identificados. No es que reneguemos de los conciertos de estadios o grandes festivales, pero desde luego nos resulta más fácil imaginarnos en la barra de un bar tomando una cerveza con alguien como Tom May, quien parece salido de un casting de The Office metido a punk rocker saltarín, que con Axl Rose. Mientras tanto, íbamos coreando ‘Lookers’, ‘Sun Hotel’, ‘Anna’, ‘In Remission’ y ‘After The Party’ como los grandes himnos para minorías que son.

Para los bises, tuvieron el detalle de tocar ‘Tellin’ Lies’, la cual no aparecía en los setlists planeado y que fue otros momentazos para dejarse la garganta antes de que finiquitaran con ‘America (You’re Freaking Me Out)’ y ‘Casey’. «¿A dónde vamos a ir ahora que nuestros 20 se han acabado?». Los de Rockzone no han hecho más que empezar y no sabemos muy bien a dónde nos llevarán, pero esperamos que nos sigáis acompañando a lo largo del camino, al menos hasta el 30 aniversario. Ojalá que en 2035 volvamos a reunirnos todos para seguir brindando juntos. Desde luego, lo vivido en estas dos noches dan gasolina para seguir adelante.
GONZALO PUEBLA / DAVID GARCELL