FECHA: 28 DE JUNIO DE 2024
LUGAR: POBLE ESPANYOL (BARCELONA)
PROMOTOR: ALMA FESTIVAL
Podríamos decir muchas cosas del show que Alice Cooper ofreció en el marco del Alma Festival en Barcelona, y seguramente no llegaríamos a hacer justicia con lo que aquello llegó a ser. No es sólo que el sonido fuera portentoso, tampoco el hecho de que la banda se mostrase pletórica, lo realmente extraordinario es el estado de forma del jefe. The Coop manda sobre las tablas, con la seguridad de ser uno de los mejores en lo suyo, además de conservar una presencia y unas facultades físicas envidiables. Su voz continua siendo poderosa, su carisma arrollador, y lo que en cualquier otro artista de su edad, podría resultar hasta ridículo, en su persona continua siendo excitante, impactante y amenazador.
Llegaba con su clásica puesta en escena renovada y dispuesto a aplastarnos desde el inicio. Tras una salida con ‘Lock Me Up’ y ‘Welcome To The Show’, nos estampó una tríada tan irresistible como ‘No More Mr Nice Guy’, ‘I´m Eighteen’ y ‘Under My Wheels’ ¿Qué artista se permite quemar naves tan seguras nada más comenzar? Seguramente uno que está muy seguro de una trayectoria que se presume impecable. Momentos especiales hubo muchos, los amantes de su etapa más metal disfrutaron con temas como ‘Bed Of Nails’, ‘Poison’, ‘Hey Stoopid’ o ‘Feed My Frankenstein’, cuatro súper exitosos clásicos donde la guitarrista Nita Strauss se explayaba con ganas. Curiosamente, y a pesar del evidente protagonismo que le otorga su jefe, la vi más comedida e integrada con la banda y he de reconocer que sin ser santo de mi devoción, me gustó su trabajo en ‘He´s Back’ o en ese pepinazo titulado ‘Lost In America’ coreado por todo el respetable.
Luego están tus momentos especiales, esos que por preferencias personales se quedan grabados a fuego en tu cabeza. ‘Welcome To The Nightmare’/’Cold Ethyl’ fue uno de ellos y lo disfruté como nunca, viendo a Ryan Roxy y Tommy Henricksen recrear esas hipnóticas notas y ese monstruoso riff. Cuando Chuck Garrick inició las oscuras notas de ‘Go To Hell’, me dio un vuelco el corazón, canté ‘Be My Lover’ como si no hubiera un mañana, y por supuesto, me añadí como devoto seguidor, cuando nuestro hombre sobre una de las pasarelas movibles a modo de pulpito, nos exigía el voto durante ‘Elected’, otro de sus incunables que sonó como un cañón.
Estaba siendo una perfecta y cálida noche de verano que todavía nos depararía algún regalo más, como esos recuerdos a ‘Black Widow’ y ‘I Love The Dead’, después de que The Coop fuera una vez más decapitado por su hija Calico. Y no, a diferencia de algún otro festival europeo, la serpiente no hizo su aparición, pero ni falta que hizo, el himno adolescente ‘School´s Out’, con estrofas y estribillo intercalados del ‘Another Brick In The Wall’ de Pink Floyd, cerró una velada maravillosa, absolutamente inmejorable.
Alguien se quejó de que fue corto, y lo fue, porque podríamos haber seguido allí toda la noche y todavía querríamos más. Alice Cooper amigos, uno de los últimos supervivientes de una era que seguramente ya no volverá, pero que nuestro protagonista defiende todavía con una entereza y un aplomo incluso sorprendente. Un jefe en toda regla.
ANDRÉS MARTÍNEZ