FECHA: 6 DE OCTUBRE DE 2022
LUGAR: RAZZMATAZZ (BARCELONA)
PROMOTOR: MADNESS LIVE!

El asunto es muy complejo, así que quiero entender a todas las partes. Cuando un promotor pasa un show de un recinto a otro, en este caso perdiendo más de la mitad del aforo, podéis estar seguros de que en ese mismo instante ya está palmando miles de euros. No lo hace adrede, no pretende joder a su público, no quiere darse el gustazo de perjudicar su marca ante el que le da un sustento. No es una treta, no hay nadie más interesado en que ese concierto vaya como un tiro.

No me quiero ni imaginar cómo debieron ser los emails intercambiados entre Madness Live! y las distintas agencias implicadas en esta gira, cómo se gestionó toda esa tensión hasta tomar la difícil decisión de pasar el bolo a Razz 1 sabiendo de antemano la iracunda cascada de mierda que les iba a caer en las redes.

Por otro lado, evidentemente entiendo el enfado generalizado y me solidarizo con él, porque además siempre pringan los más fieles, aquellos que siguen confiando en la entrada anticipada para que la rueda siga girando. Pagaron 60 eurazos de los de hoy en día para ver un espectáculo a gran escala, con lanzallamas, estatuas enormes, un drakkar, e incluso una cómoda grada. Lo que obtuvieron fue una escenografía descafeinada, como retrocediendo un par de giras con ambas formaciones. Además, es que es un pez que se muerde la cola, porque hay mucha gente que cuando ve un cambio de sala hacia una más pequeña o de menor envergadura, es entonces cuando decide no asistir porque ésta le da pereza. Encima, todavía se pierden más tickets con la migración.

Yo no estoy aquí para exigirle a la peña que compre más anticipadas, pues conozco a un porrón de melómanos que han tenido cientos de euros atrapados en festivales europeos que se han ido posponiendo, perdiendo de esta manera también una infinidad de vuelos y hoteles de por medio. Más sacrificio por sus bandas, imposible. De la misma forma debo argumentar que dada la inflación de precios actual, tanto en temas de logística, como de cachés, como de subasta entre promotores, por no hablar de la saturación de giras y shows, la única opción que éstos tienen de subsistir es justo ese medio.

La cosa está muy jodida y el Navarra no conoce la solución, pero conviene darle unas cuantas vueltas a cada versión para hacerse con una idea formada de ello.

Dicho esto, pasemos a analizar lo que ocurrió sobre las tablas esa tarde del 6 de octubre, porque sinceramente, dudo mucho que alguien se fuera descontento del paso de este ‘Vikings And Lionhearts Tour’ por Barcelona.

Había ganas de comprobar cómo se las gastaban The Halo Effect en directo y el ilustre quinteto lo notó desde el tema inicial. ¡Parecía que tuvieran seis álbumes en la calle! En cuanto empezaron con ‘Days Of The Lost’ supe que me iban a convencer, porque como suele ocurrir, en vivo sus canciones ganaron garra y distorsión.

Foto The Halo Effect: Eric Altimis

Con la soltura habitual, Mikael Stanne y su chupa comandaron un grupo con nada menos que Niclas Engelin y Patrik Jensen a las guitarras, por ejemplo, y canciones acertadas como ‘The Needless End’, ‘Gateways’, ‘Conditional’ o ‘Shadowminds’ arrancaron los primeros ‘loleos’ de la velada con sus estribillos de muchos quirates. Si algo tiene esta banda son tablas. Muy buena toma de contacto, rematadamente sueca.

La mejoría que ha significado Of Kingdom And Crown para Machine Head en materia discográfica también fue trasladada al escenario. Los de Oakland abrieron fuego, nunca mejor dicho, con ‘Become The Firestorm’, y flipé en colores. Menudo sonidazo, qué contundencia. Esos guitarrones caían con muy mala idea. Parecían un grupo de death metal.

Sin tiempo para respirar, una ‘Imperium’ bestial y ‘Ten Ton Hammer’ para rompernos la crisma. Luces teñidas de sangre para ‘I Am Hell (Sonata In C#)’, escandalosa, y luego una ‘Choke On The Ashes Of Your Hate’ que casi pareció un clásico más. Iban sobrados, Jared MacEachern ya se había dejado el cuello.

Foto Machine Head: Eric Altimis

A algunos les aburrió el parlamento introductorio a ‘Darkness Within’, pero ya conocemos a Robb Flynn… A mí desde luego no me disgustó que rememorara ese mítico Under Siege de Sepultura (sí, querido mío, ahí estábamos los irreductibles catalanes) en vez de agasajarnos con lo guays que éramos, los mejores del tour, como habría soltado en Madrid, Estocolmo o París. El tema, para enmarcar, faltaría más. Una catarsis.

Vaya con el subidón de ‘Now We Die’. El cierre con ‘Davidian’ y ‘Halo’, otro pasote. Puños arriba, que nadie se relaje. Flynn sabe cómo encender una audiencia. Estos tipos saben cómo hacer botar a una sala. Ladies and gentlemen, en algunos momentos hasta me emocioné.

Cuando vi el casco que rodeaba la enorme batería de Jocke Wallgren tuve la sensación de vivir un déjà vu con Amon Amarth. Afortunadamente para el público, la saturación y el agobio de su última visita a la grande de Razz no se repitieron y pudimos disfrutar tranquilamente de los nórdicos.

Iron Maiden caldearon el ambiente y tras su intro de rigor los grandullones hicieron acto de presencia con ‘Guardians Of Asgaard’. Muy buena elección. ‘Deceiver Of The Gods’ fue el primer pelotazo de su repertorio, y una ‘The Pursuit Of Vikings’ tempranera, con paradinha incluida, fue como decirnos que no habían venido sólo a cumplir.

Foto Amon Amarth: Eric Altimis

Aquello de sus temerarios molinillos al unísono pasó a la historia, me atrevería incluso a decir que Johan Hegg ha perdido poderío gutural, pero con ‘The Great Heathen Army’, la coreada ‘Heidrun’ o el zarpazo ‘Destroyer Of The Universe’ vi a la gente muy motivada. Sus ya típicos guerreros dándose de cazos con espadas, esa especie de Loki cadavérico que se pasea por allí… Otras cosas habrán ganado Amon Amarth con el paso del tiempo.

Foto Amon Amarth: Eric Altimis

Yo me quedé con ‘Cry Of The Black Birds’, mi canción favorita de toda su carrera, y aunque ‘The Way Of Vikings’, ‘Put Your Back Into The Oar’, la contagiosa ‘First Kill’ o ‘Shield Wall’ no me aporten tanto como su neto death melódico de antaño, la verdad es que tampoco fueron un suplicio.

‘Raise Your Horns’ hizo cantar a todo el recinto, birra en alto, pero no creo que a nadie sorprendiera que una intachable ‘Twilight Of The Thunder God’ concluyera su concierto tras martillear esa sierpe marina. Amon Amarth siempre me convencen, aunque algo les falta para enamorar.

PAU NAVARRA