FECHA: 10 DE DICIEMBrE DE 2023
LUGAR: RAZZMATAZZ (BARCELONA)
PROMOTOR: BRING THE NOISE
En estos días en que la despedida de Kiss y la presentación de sus avatares está generando tanto debate entre sus fans (y en nuestro podcast) es gracioso comprobar como el concepto de crear una banda ‘eterna’ ya hace años que funciona bajo el nombre de Babymetal.
En realidad, la idea es bastante más vieja a su aparición; desde los 70 los creadores de grupos infantiles o juveniles tuvieron claro que lo importante era ‘la marca’ y no quienes formaran parte de ella, reclutando miembros que pudieran ser reemplazables a media que iban creciendo. Naturalmente Japón tiene una larga tradición en la creación de pop idols y boy bands, así que era esperable que algún día esa poderosa industria tuviese la idea de ampliar su público también al nicho del metal y así fue como en 2010 el productor Kobametal bajo el auspicio de la agencia Amuse Inc. gestó una banda a ese efecto. Dado su conocimiento y recursos, y la originalidad del producto, todo hay que decirlo, no es de extrañar que la popularidad de Babymetal no haya parado de crecer tanto en Asia como en Occidente, incluido nuestro país, donde no habían actuado nunca hasta ahora.
Supongo que si alguno de los miles de turistas japoneses que pululan por Barcelona es fan de la banda alucinaría con que Babymetal actuasen en una sala tan ‘pequeña’, acostumbrado en que su país llenen recintos gigantescos, pero ya le gustaría a cualquier agotar las entradas para Razzmatazz en su primera visita y contar con un público tan variado en el que había desde niños a heavys con melenas canosas. Fuera lo que fuera lo que les llevó ahí, devoción o pura curiosidad, la realidad es que todos lo pasaron en grande. Incluso teniendo una posición más distante respecto al fenómeno es innegable que tanto la bizarra mezcla de metal y melodías j-pop como a nivel visual, el espectáculo funciona.
Uno se imagina a las tres componentes actuales, Su-metal, Moametal y Momometal, y a todas las chichas que hayan pasado o pasarán en un futuro por la formación, siendo sometidas a un estricto régimen de entrenamiento en alguna montaña nevada de su país siendo castigadas con no comer o siendo encerradas en una mazmorra hasta conseguir que cada movimiento sea absolutamente perfecto.
A lo largo de 70 minutos, Babymetal nos bombardearon con canciones como ‘Gimme Chocolate’ ‘PA PA YA!!’, ‘Monochrome’, ‘Headbangeeeerrrrr!!!!!’ o ‘Road Of Resistance’, coreadas como grandes himnos llegados del espacio exterior. Ver las coreografías del trío mientras una banda de músicos enmascarados tocaban detrás te hacía sentir como si en un universo paralelo alguien hubiese tenido la perversa idea de juntar un concierto de Slipknot con una gala de La Voz Kids. De tan absurdo, hasta tiene gracia.
JORDI MEYA