FECHA: 8 DE JUNIO DE 2024
LUGAR: PARAL·LEL 62 (BARCELONA)
PROMOTOR: PARAL·LEL 62
‘Univers Paral·lel’ es el nuevo ciclo de conciertos organizado por la sala Paral·lel 62, que definen como una “serie de coincidencias musicales que revelan la personalidad ecléctica de la sala”. Y qué mejor manera de empezarlo con una velada íntegramente femenina con dos bandas de armas tomar: Pinpilinpussies y Bala.
Nada más llegar a la sala se advertía que el tirón de ambas bandas ha tenido una progresión geométrica desde hace dos años. De tocar en pequeñas salas de la noche barcelonesa a casi llenar la platea de una local de casi 1000 no es moco de pavo. Era una noche especial, el “mundillo” estaba presente -miembros de otras bandas, promotores, periodistas- y había muy buen ambiente, con ganas de salir de recibir una buena dosis de guitarrazos y contundencia.
Las encargadas de abrir la noche serían Pinpilinpussies que una actitud intachable y agresiva, pero simpática, nos regalaron una actuación al más puro estilo riot grrrl, con un sonido desgarrador. Fueron desgranando un set en el que cayeron temas de sus dos largos y singles recientes como ‘Mandarinas’ o su versión feminista de ‘Makarena’. Ane y Raquel son dos fuerzas de la naturaleza que van intercambiando los instrumentos a lo largo de la actuación, unas musicazas. Combativas, incluso provocaron a la gente para hacer un wall of death. Se dejaron la piel hasta el final, en el que Ane se trasladó al borde del escenario para destripar y despedirse con ‘47 Segundos’. Se las veía satisfechas y felices de lo que nos habían ofrecido, dejándonos con el estado de ánimo ideal para recibir a las gallegas.
Bala, con los puños en alto, saltaron confiadas al escenario al son de ‘Sabotage’ de Beastie Boys. Violeta se aposentó tras los parches. Anxela se enfundó su guitarra y se situó tras su micro para empezar a escupir ‘Equivocarme’, máximo exponente del giro afilado y crítico en las letras, con el público entregado desde el primer verso. Un sonido inicial regulero, acabaría de ajustarse con una mordaz ‘Colmillos’. A partir de ahí, todo sería un paseo triunfal para la pareja con un set que repasó su discografía al completo.
Tras ‘Tripas Unchained’, llegó el momento para descargar ‘Prisas’ de Besta, su nuevo disco. Desmadre en el foso. Los temas más recientes fueron acogidos como clásicos, reafirmando el acierto de Bala por ese nuevo sonido. Lume volvió a ser protagonista con ‘Omertà’ y ‘Vitamina’. Anxela se mostró mucho más relajada y “suelta” que otras veces, acercándose al foso provocando a las primeras filas, o a Violeta para atacar los riffs más densos. La batería sigue siendo un torbellino incontrolable, y entre las dos se bastan y sobran para dominar el escenario.
Tras ‘Liar’, una bandera gallega cayó en sus manos y evidentemente quedó expuesta sobre un ampli. Era el momento de volver a Maleza y empalmar ‘Bessie’ y ‘Una Selva’ con la velocidad de una mecha encendida hacia la carga de dinamita. Después, una brutal versión de ‘Territorial Pissings’ de Nirvana para provocar el delirio del público -de generación X predominante esa noche- entregado al pogo y el crowd surfing.
‘Inmutable’ de Besta y ‘Quieres entrar’ de Maleza sonaron cual bulldozer imparable, siendo las encargadas del amago de final. Evidentemente, no podían marcharse así, la gente quería más (y más, y más, y más). Volvieron para el bis con ‘Agitar’ y, tras reivindicar una Palestina Libre, cerraron con Anxela desgañitándose entre el público con ‘Humo’. Con ‘Killing In The Name’ de Rage Against The Machine de fondo, se abrazaron conscientes de su triunfo. No era para menos. Una noche perfecta, que acabó con ellas saludando a la gente desde la mesa de merchandising.
JOAN CALDERON